¿Cómo afecta el cambio climático al turismo? Otras consecuencias
El turismo es responsable pero también vulnerable al cambio climático. El clima es el que determina la duración y la calidad de las temporadas vacacionales. El aumento de altas temperaturas, los periodos de largas sequías o las inundaciones, son algunos de los fenómenos extremos que influyen directamente en el desarrollo de este sector. En el monográfico de BBVA ‘El viaje hacia la sostenibilidad del turismo’, puedes ahondar más sobre las consecuencias medioambientales que afectan a este sector.
Los cambios del clima afectan a los entornos, especialmente a las zonas costeras e islas, como ha apuntado la Oficina Española de Cambio Climático afirmando que se están dando “riesgos reales”. El último informe del IPCC analiza el fenómeno de las inundaciones costeras. En Europa se prevé que los daños vinculados incrementarán al menos 10 veces para finales del siglo XXI. Todo ello de mantenerse el actual escenario de reducción de emisiones e incremento de temperatura entre 2,5ºC y 3ºC.
De hecho, esto representa una auténtica amenaza para las comunidades costeras y su patrimonio natural, económico y cultural. Además, solo en la región del Mediterráneo viven 42 millones de personas en áreas costeras de baja altura, que están muy expuestas a una subida del nivel del mar. En España, prácticamente la mitad de la población vive en la costa.
Turismo y cambio climático
El cambio climático, por lo tanto, supone un riesgo para el sector. Lo vimos con cinco islas del Pacífico anegadas por la subida del agua del mar y ahora también en Yakarta, Indonesia. Las previsiones indican que en 2050, esta ciudad estará completamente sumergida; de hecho, se han visto obligados a mover su capital con una inversión de más de 30.000 millones de euros.
Unos efectos que también sufre Latinoamérica, uno de los continentes con mayor proyección y, a la vez, el más afectado por la crisis medioambiental. La Niña, la sequía del Caribe o México, los ciclones, los incendios del Amazonas o el aumento de la temperatura del océano son solo algunas de las tragedias más cercanas. A estos sucesos, se suma el aumento del nivel del mar. Aquí es importante destacar que el 27 % de la población de América Latina y el Caribe vive en áreas costeras. En el informe del Estado del Clima en América Latina y el Caribe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) se advierte a la comunidad internacional de la necesidad de priorizar el financiamiento de medidas de adaptación a este continente.
Recuperar el turismo, una prioridad
Recuperar el sector del turismo en estas regiones y buscar alternativas globales sostenibles a largo plazo es una prioridad. De hecho, la bioseguridad, la sostenibilidad y la inversión centraron la XXV Conferencia Iberoamericana de Ministros y Empresarios de Turismo (CIMET) celebrada para favorecer el desarrollo económico y social. En esa línea, ministros y representantes del turismo de América Latina firmaron la declaración “Transformación hacia el turismo del futuro” para que el sector sea “más responsable, consciente y comprometido” y preserve la naturaleza, la cultura y las comunidades locales, como informó a la Agencia EFE el ministro de Turismo de Panamá, Iván Eskildsen.
Esto es clave para alcanzar un turismo que tiene como principal misión reducir el impacto sobre el medioambiente. Se trata de diseñar y potenciar un turismo que respete el entorno social y ambiental. El camino para alcanzarlo está indicado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como ha afirmado el biólogo ambiental Ramón Martí: “La emergencia climática, la pérdida de biodiversidad y de servicios ecosistémicos deben condicionar los modelos actuales en nuestra sociedad. Recursos ambientales clave de los que dependemos están en riesgo y la ciencia alerta de nuestra vulnerabilidad. Los actores implicados, incluyendo los consumidores, deben avanzar decididamente en el cambio. Reducir consumos, emisiones, residuos y otros impactos debe conjugarse con empleo, economía, cumplimiento de la legislación, salud y bienestar en el marco de los retos que suponen los ODS o la Agenda 2030. No podemos retrasar más esa transición justa, responsable y sostenible”.
El turismo sostenible en los ODS y la Agenda 2030
La postal que dejó la pandemia marcó un antes y un después en nuestras vidas, que requieren grandes transformaciones. La Agenda 2030, aprobada en 2015 para el Desarrollo Sostenible, junto con los ODS, formaron un tándem sustancial para la recuperación. Aquella crisis se convirtió en una oportunidad de cambiar el modelo. “Juntos podemos construir alianzas con los destinos, la población local y los proveedores de servicios generando una economía verde que produzca empleo de calidad. Tenemos la oportunidad de cambiar el modelo de gestión siendo respetuosos con la huella de carbono que generamos y debemos aplicar los indicadores de Turismo Sostenible marcados por la OMT a través de los ODS de la Agenda 2030. Estas herramientas son los instrumentos para desarrollar una nueva visión del turismo que nos permite evaluar el grado de cumplimiento de nuestros objetivos”, ha afirmado la experta Macu Armisén.
La importancia del desarrollo sostenible
169 metas de desarrollo sostenible y 17 objetivos para llamar a la acción. El 8, el 12 y el 14 dedicados a este sector con el llamamiento de políticas y prácticas que generen un crecimiento económico sostenible e inclusivo, el consumo y la producción responsable y el uso de los océanos y los recursos marinos. En el ODS 13, como señala un estudio del Pacto Mundial, se percibe la relación directa entre el turismo y la Agenda 2030. Con una meta integrada en este punto, se menciona “la incorporación de medidas referentes al cambio climático en políticas, estratégicas y planes nacionales”. Un dato interesante de este mismo informe: casi el 90% de las empresas de este ámbito ya está actuando para la consecución de los ODS. Los que más se aplican son los referentes a la reducción y mitigación de los impactos ambientales y la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
En América Latina, Costa Rica es un ejemplo de transformación: de una crisis de deforestación se ha convertido en líder mundial de sostenibilidad. La ONU llamó a este país “Campeón de la Tierra” por la lucha contra el cambio climático con proyectos que involucran a su gente y organizaciones públicas y privadas. La sostenibilidad, innovación y la inclusión definen un modelo que se apoya en las más de 400 empresas que tienen el certificado de turismo sostenible.
Una de ellas es Adventure Tours Costa Rica, una compañía de ecoturismo comprometida con un desarrollo a largo plazo que implica a trabajadores, las regiones donde organizan diferentes actividades y proveedores. Ahí los turistas pueden encontrar guías naturalistas, observación de aves, ciclismo, fotografía y programas de educación intercultural. Si se prefiere la aventura, también hay agencias locales comprometidas con las comunidades, como 3 Monkies Tours, donde dan la opción de ver las tortugas gracias al Programa de Conservación de Tortugas que APM Terminals ha incluido en su Plan de Gestión Ambiental (PGA).
Pasar a las acciones sostenibles es también la línea de trabajo que se han marcado la ONU y el WTTC con un programa conjunto que están implantando para llegar al 2050 libres de emisiones CO2. Un objetivo que comparten más de 300 agentes de la industria que firmaron la Declaración de Glasgow para la acción climática en el turismo presentada en la COP26. Con el apoyo de la OMT, se unió a los gobiernos y destinos con el compromiso de reducir las emisiones a la mitad de aquí a 2030 y cumplir con el objetivo de cero emisiones antes de 2050.