Cleantech for Europe: Un plan para impulsar las tecnologías limpias y la industria verde
Las tecnologías limpias (‘cleantech’) son una pieza esencial para la descarbonización. La Unión Europea tiene un ambicioso plan para que todos estos productos, procesos y servicios se fabriquen, cada vez más, en los Veintisiete. Según Cleantech for Europe, en 2023 se invirtieron más de 11.000 millones de euros de capital riesgo en empresas de tecnologías de cero emisiones netas.
El pueblo de Boden, en Suecia, nació como un cruce ferroviario, como un punto de encuentro entre las vías que unían el norte y el sur del país y las que llegaban de las minas de hierro. Ha pasado más de un siglo desde su fundación y Boden sigue siendo un lugar animado. A las infraestructuras de transporte y la cercanía del mineral de hierro se le ha sumado el potencial renovable del condado de Norrbotten. Y los planes para construir en sus tierras la mayor planta de acero verde de Europa.
Los planes de H2 Green Steel para Boden tienen un objetivo claro. A finales de esta década deben tener una planta con capacidad para producir cinco millones de toneladas de acero sin generar ni un gramo de dióxido de carbono (CO2). Para ello, es necesario abandonar uno de los procesos industriales más contaminantes y difíciles de descarbonizar: la producción de acero mediante hierro y carbón. El proyecto de H2 Green Steel ha logrado atraer 2.100 millones de euros de capital, 4.200 millones en financiación y 250 millones de subvención del EU Innovation Fund.
Pero el caso de H2 Green Steel es casi único en la Unión Europea. La mayoría de los proyectos de energías limpias no encuentran la financiación necesaria. Los Veintisiete quieren convertirse en la meca de las ‘cleantech’, necesarias para la descarbonización de la economía y para alcanzar la neutralidad climática. Y quieren transformar las ‘cleantech’ en una palanca para reindustrializar la UE, reforzar la competitividad de su economía y crear empleos verdes de calidad. El camino no es fácil, pero la asociación Cleantech for Europe tiene un plan.
El estado de las ‘cleantech’ en la UE
Tras 20 años de altibajos, el desarrollo y la inversión en tecnologías limpias está en una clara fase de expansión en Europa. Las señales políticas son claras: la Net Zero Industry Act (NZIA) establece el objetivo de fabricar en la Unión Europea al menos el 40 % de las necesidades de tecnologías limpias de la región. Y los inversores parecen haber recogido el guante: según los datos de Cleantech for Europe, en 2023 se invirtieron más de 11.000 millones de euros de capital riesgo en empresas de tecnologías verdes de la UE. Es 15 veces más que hace una década, pero la cantidad ha permanecido casi invariable en los últimos tres años.
Estas cifras todavía están lejos de los niveles de inversión en ‘cleantech’ que existen en EE. UU. (19.200 millones de euros en 2023 y 38.000 millones en 2022) y la región de Asia Pacífico (16.000 millones en 2023 y 13.700 en 2022). De acuerdo con Cleantech for Europe, la realidad de las energías limpias está marcada por uno de los mayores retos del sector, la dificultad de escalar la producción de estas tecnologías limpias de convertir la innovación en un motor de la reindustrialización europea.
El problema de las tecnologías limpias
Con la Net Zero Industry Act, la Unión Europea busca reforzar el ecosistema europeo de fabricación de productos de tecnologías de cero emisiones netas. Es decir, contribuir a que la transición hacia una economía baja en carbono se haga no solo comprando tecnología de terceros países, sino que esta se fabrique también en los países de la UE. Para ello, la propia normativa europea reconoce la necesidad de una inversión que, hoy en día, no existe.
“Tenemos un déficit de inversión de 50.000 millones de euros solo para escalar las energías solar fotovoltaica y eólica, la producción de baterías, la captura y el almacenamiento de carbono, la electrólisis y las bombas de calor, la generación de biogás y las tecnologías de gestión de la red eléctrica. La Comisión Europea estima que, para lograrlo, necesitamos invertir 92.000 millones de euros de aquí a 2030, de los cuales unos 18.000 deberían llegar a través de inversiones públicas”, explica Sophia Karagianni, senior policy officer de Cleantech for Europe.
Para la experta, la UE tiene un sistema robusto de inversión en innovación, pero los obstáculos se multiplican a la hora de escalar la fabricación de las tecnologías. “Por la parte pública, no existen los instrumentos adecuados. Y, por la privada, no existe ni la capacidad ni el apetito de riesgo necesarios”, añade Karagianni. “Los fondos de capital riesgo no tienen la misma fuerza que en otros mercados, como EE. UU., y la inversión depende en gran parte de los bancos, que no siempre pueden aceptar los niveles de riesgo que conlleva este tipo de inversión”.
Un plan para multiplicar la inversión en ‘cleantech’
La ambición de la UE con las ‘cleantech’ está clara sobre el papel, pero se enfrenta a un escenario plagado de desafíos, marcado por los precios elevados de la energía y por los altos tipos de interés, así como por el aumento de la resistencia política y social al Pacto Verde Europeo. Para lograr movilizar la inversión necesaria para desplegar y escalar con éxito las tecnologías limpias a medio plazo, la organización Cleantech for Europe ha elaborado un plan construido sobre tres pilares:
- Usar el capital institucional para cambiar las tendencias de inversión en tecnologías limpias. Las aseguradoras y los fondos de pensiones europeos no muestran demasiado interés por el capital riesgo. En EE. UU., los fondos de pensiones públicos invierten el 1,9% de sus activos en capital riesgo, frente al 0,018% de sus homólogos europeos. Cleantech for Europe propone revisar las normativas para facilitar la entrada del capital institucional en la inversión en ‘cleantech’, lo que serviría para atraer más capital privado.
- Garantías públicas para catalizar la inversión privada. Para escalar la producción, las empresas del sector ‘cleantech’ necesitan poder endeudarse de forma asequible. Los bancos piden para ello una serie de garantías y requisitos que estas empresas no siempre pueden cumplir. Ampliar los fondos de garantía pública, como los que facilita el Banco Europeo de Inversiones, puede ayudar a movilizar más capital privado e impulsar la producción de tecnologías limpias.
- Aprovechar los ingresos del sistema de comercio de derechos de emisión de la UE. Cerrar la brecha de inversión en tecnologías limpias requiere reorientar la arquitectura de financiación de la UE. Para ello, los Veintisiete podrían apoyarse en una importante fuente de capital: los ingresos del sistema de comercio de derechos de emisión (EU ETS), la herramienta principal de la UE para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Este sistema cubre cada vez más sectores, por lo que sus ingresos se multiplicarán en los próximos años.
“Europa está ahora en una posición mucho más fuerte que hace diez años. Su progreso ha sido más que notable. Si ponemos estos cimientos, creo que estaremos en una posición mucho más fuerte y seremos capaces de sacar un mayor provecho de nuestras grandes fortalezas, que son un buen sistema bancario y una gran capacidad de fabricación”, añade Ben Potter, vicepresidente senior de Energy Dome, una compañía ‘cleantech’ que ha desarrollado una nueva tecnología de almacenamiento de energía. “Ahora, si queremos cambiar las cosas de verdad, debemos abordar también las cuestiones culturales, como la escasa atracción por el riesgo”.