Claves para la descarbonización del sector inmobiliario
El sector inmobiliario y de la construcción es uno de los mayores consumidores de recursos del planeta y representa el 37% del total de las emisiones contaminantes. Su descarbonización pasa por mejorar la eficiencia energética de los edificios, multiplicar el ritmo de las rehabilitaciones, adoptar medidas de diseño pasivo y proporcionar incentivos financieros.
Vitoria-Gasteiz es una de las ciudades más verdes de Europa. Esta tiene 42 metros cuadrados de parques y jardines por cada uno de sus 250.000 habitantes. Los más de 170 kilómetros de carriles bici, su anillo verde o sus caminos centenarios han impulsado una transformación radical en las últimas décadas. Sin embargo, la verdadera carrera por la sostenibilidad de esta ciudad del norte de España no está en sus parques, está en sus edificios. Vitoria-Gasteiz quiere reducir sus emisiones de gases efecto invernadero (GEI) un 55 % en los próximos años. Para ello se ha enfocado en la descarbonización del sector inmobiliario.
En la última década, ha trabajado para reducir las necesidades energéticas de los edificios municipales y del alumbrado público, ha aumentado la generación de energía renovable en las instalaciones públicas y ha reforzado los programas de ayudas para la rehabilitación energética de la envolvente y las instalaciones térmicas de las viviendas. Y es que cuando uno busca el origen de las casi 40.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) emitidas cada año en el planeta, son muchas las flechas que apuntan hacia el mismo lugar: los edificios.
Las emisiones de los edificios
Casi desde que empezamos a caminar sobre el planeta, los seres humanos no hemos dejado de construir. Primero fueron cosas pequeñas, a base de materiales naturales, pero poco a poco fuimos multiplicando nuestra capacidad de desarrollar nuevos materiales y transformar nuestro entorno. En los últimos 20 años, la masa total de materiales artificiales creados por el ser humano se ha duplicado. Desde 2020, en la Tierra hay más hormigón, asfalto, ladrillos y plástico que materia orgánica, según los cálculos de un estudio publicado en la revista científica ‘Nature’.
El sector inmobiliario y de la construcción es uno de los mayores consumidores de recursos del planeta. Representa el 34% de la demanda final de energía, principalmente, para cubrir el consumo de las calefacciones y los aires acondicionados de los edificios, de acuerdo con el informe ‘2024 Global Status Report for Buildings and Construction’, elaborado por la ONU. Las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la operación de los edificios y de la construcción alcanzaron máximos en 2022, representando el 37 % del total de las emisiones mundiales.
¿Cómo descarbonizar el sector inmobiliario?
El mundo de los humanos es un lugar cada vez más urbano. Hoy, el 56 % de la humanidad vive en ciudades y la cifra seguirá aumentando hasta al menos mitad de siglo, cuando 7 de cada 10 personas vivirán en entornos urbanos, según los datos del Banco Mundial. En la huella de carbono de las ciudades, los edificios tienen todavía más peso: representan alrededor del 60% de las emisiones de dióxido de carbono, según las estimaciones de la empresa global de servicios inmobiliarios Jones Lang LaSalle (JLL). Por eso, en el contexto internacional de lucha contra el cambio climático, tampoco es de extrañar que las ciudades tengan objetivos de descarbonización cada vez más ambiciosos.
“El mundo está avanzando en la reducción de la huella de carbono de los edificios a través de regulaciones cada vez más estrictas”, explica Kimberly Markiewicz, líder de investigación en sostenibilidad para JLL. “Por ejemplo, la Directiva Europea de Eficiencia Energética de Edificios exige que las nuevas construcciones estén preparadas para alcanzar los objetivos del plan ‘Fit for 55’, que busca reducir las emisiones al menos un 55 % para 2030. A nivel municipal, también hay avances, como la ley local 97 de Nueva York, que busca que los edificios más grandes de la ciudad reduzcan sus emisiones un 40 % para 2030 y alcance el cero neto en 2050”.
La descarbonización del sector inmobiliario pasa, en gran medida, por mejorar la eficiencia energética de los edificios de forma que la pérdida de energía sea mínima y por reverdecer la forma en que producimos esa energía. El informe ‘2024 Global Status Report for Buildings and Construction’ de la ONU recomienda centrar los esfuerzos en estas líneas de acción:
- Desarrollar códigos energéticos de construcción alineados con los principios para edificar con cero emisiones (ZEB, por sus siglas en inglés).
- Multiplicar el ritmo de la rehabilitación energética de los edificios, pasando del 1% anual de la actualidad a entre un 5% y un 10%.
- Adoptar medidas de diseño pasivo para todos los edificios nuevos.
- Mejorar la recogida y el análisis de datos de los edificios.
- Proporcionar incentivos financieros para que aumente la inversión en la descarbonización del sector inmobiliario.
Las ‘cleantech’ en la descarbonización de los edificios
El cemento Portland es uno de los conglomerantes más utilizados en construcción. Cada tonelada producida deja tras de sí 0,58 toneladas de CO2, una cifra que ha mostrado ser muy difícil de reducir. Sin embargo, en Reno, Estados Unidos, está a punto de construirse la primera fábrica en la que se producirá el mismo material, pero sin emisiones. Así espera demostrarlo la startup Brimstone, apoyada por el fondo de capital riesgo FifthWall en el que ha invertido BBVA. La compañía ‘cleantech’ ha desarrollado una nueva tecnología de producción que combina nuevos materiales bajos en carbono con sistemas de captura de CO2 para reducir al mínimo las emisiones.
“Descarbonizar el sector de la construcción no solo es esencial para mitigar los peores efectos del cambio climático, sino que también creará ciudades más resilientes y preparadas para el futuro, ayudará a las empresas inmobiliarias y de construcción a reducir los costes operativos y a proteger el valor de los edificios y apoyará la creación de empleo, entre otras cosas”, explica Kimberly Markiewicz. También presenta oportunidades para la innovación y el emprendimiento, tanto en las tecnologías y métodos empleados para planificar las rehabilitaciones de los edificios, como en los modelos de negocio y en la introducción de soluciones basadas en la naturaleza, señala el informe de Naciones Unidas.
La inversión de capital riesgo en ‘cleantech’ enfocadas en el sector inmobiliario aumentó un 70% entre 2021 y 2022.
El emergente ecosistema de las startups de tecnologías limpias, o ‘cleantech’, tiene un papel cada vez más relevante en este escenario. De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía, la inversión de capital riesgo en ‘cleantechs’ enfocadas en el sector inmobiliario aumentó un 70% entre 2021 y 2022. Las startups de construcción y renovación y las de sistemas de control y gestión de energía fueron las que acumularon más inversiones en 2022, seguidas de las empresas emergentes con soluciones tecnológicas alternativas de calefacción y refrigeración.
“La tecnología desempeña un papel crucial en la descarbonización del sector inmobiliario. Proporciona soluciones para mejorar la eficiencia energética, reducir las emisiones e integrar las energías renovables, lo que a menudo se traduce en reducción de costes y de la incertidumbre”, añade Markiewicz. “Hay muchas innovaciones interesantes. Hank, por ejemplo, una startup adquirida por JLL hace poco, utiliza modelos de inteligencia artificial y análisis de datos para mantener la comodidad de los inquilinos de un edificio mientras optimiza el consumo de energía y para anticiparse a las necesidades de mantenimiento de la estructura”.
A pesar de desafíos como los costes de invertir en la rehabilitación o en las soluciones tecnológicas o como las trabas regulatorias, la innovación en la descarbonización del sector inmobiliario se está abriendo camino. Según el informe ‘Global Monitoring of Policies for Decarbonising Buildings’ de la OCDE, el presente y el futuro de la lucha contra el cambio climático se juega ya en ciudades como Vancouver (Canadá), donde a partir del año que viene entrarán en vigor límites de emisiones para todos los edificios, Tokio (Japón), donde las viviendas más contaminantes pagan un precio por sus emisiones, o Vitoria-Gasteiz, con su corredor verde, sus carriles bici y su programa de ayudas para la rehabilitación energética de las viviendas.