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Centinelas que protegen a los anfibios y reptiles en España

La Asociación Herpetológica Española (AHE), establecida hace cerca de 40 años, cuenta con proyectos destinados a obtener información rigurosa para la detección temprana de los problemas de conservación de los anfibios y reptiles, sensible a la degradación y pérdida de hábitat, así como al cambio climático. Su labor ha sido reconocida por la Fundación BBVA en la XVII edición de sus Premios a la Conservación de la Biodiversidad.

Foto cabecera: Asociación Herpetológica Española (AHE).
Centinelas que protegen a los anfibios y reptiles en España

La naturaleza tiene su propia sinfonía. Quién no ha escuchado el armonioso “croac, croac” de las ranas, entrelazado con el zumbido de los mosquitos, el susurro del viento, meciendo suavemente las hojas de los árboles, y el “ploc, ploc” de las gotas de agua. “Todos hemos vivido una noche de verano en un entorno rural o incluso en alguna parte de la ciudad, donde hemos escuchado estos cantos y coros de fondo”, dice Eva Graciá, de la Asociación Herpetológica Española (AHE).

El sonido y la vida de este universo, tan cercano como infinito, cautivó a Graciá desde una edad temprana. “Siempre me ha gustado mucho”. Sin embargo, su mayor atracción se dirigió hacia los anfibios y reptiles, en especial hacia las tortugas. “Son un grupo sumamente antiguo. Las primeras aparecen antes de los dinosaurios y llegan hasta nuestros días”.

Actualmente, el cuidado de estos reptiles y anfibios, como las ranas, es esencial para la conservación del medioambiente. “Son fundamentales para la biodiversidad. Suelen ocupar posiciones intermedias en las cadenas tróficas [cadena alimenticia], pueden ser depredadores, presas y también detritívoros [que se alimentan de residuos]”, destaca la experta.

Su papel en la naturaleza es invaluable. Participan en el ciclo de nutrientes y pueden controlar poblaciones de especies consideradas plagas, por ejemplo, las serpientes que se alimentan de ratones y ratas. Por lo tanto, es crucial conocer en detalle las tendencias de sus poblaciones y movimientos. “Nos alertan de que las cosas no van bien. Los anfibios son muy sensibles a la degradación ambiental. Son el grupo faunístico más amenazado del planeta y se considera que son especies indicadoras [del estado de la naturaleza]”, agrega la investigadora.

XVIII Premio a la Conservación de la Biodiversidad en España: Asociación Herpetológica Española. - Fundación BBVA

Sin embargo, realizar un seguimiento y un análisis detallado de cada especie requiere de un esfuerzo titánico y la colaboración de muchos ojos en el terreno. Por ello, desde hace más de una década, la AHE ha implementado una serie de proyectos preventivos con el fin de recopilar información precisa que permita identificar de manera temprana los desafíos relacionados con la preservación de esta fauna. Actualmente, los 511 socios que conforman la asociación actúan como vigilantes o centinelas de estas especies, monitoreando constantemente las poblaciones de reptiles y anfibios y proporcionando información crucial para reconocer tendencias y alertar sobre posibles situaciones de peligro. Su labor ha sido reconocida por la Fundación BBVA en la XVII edición de sus Premios a la Conservación de la Biodiversidad.

La AHE ha recibido el premio en la categoría de Actuaciones en Conservación de la Biodiversidad en España, gracias a iniciativas como el proyecto SOS Anfibios, iniciado en 2015 y lanzado en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Su objetivo es abordar enfermedades emergentes en anfibios, involucrando a la comunidad en la recolección de muestras para su posterior análisis en laboratorio. “SOS Anfibios tiene una parte de asistencia ciudadana. Si alguien encuentra un anfibio muerto en un lugar determinado, puede recogerlo, colocarlo en un frasco con alcohol y enviarlo a la asociación para su estudio”, explica Graciá.

El proyecto SOS Anfibios, en desarrollo a nivel nacional, ha recopilado más de 7.900 muestras, revelando la presencia de patógenos como el Batrachochytrium dendrobatidis (amenaza mundial para los anfibios), Batrachochytrium salamandrivorans (amenaza para las salamandras en Europa y Norteamérica) y el Ranavirus (que afecta a anfibios, reptiles y peces). Este proyecto se complementa con otros dos: SARE, que permite a los entusiastas de la herpetología contribuir con información sobre anfibios y reptiles en una región específica a lo largo del tiempo, y SIARE, una base de datos que cuenta con más de 50.000 registros validados por expertos. La información recopilada ha sido fundamental para identificar cambios en las distribuciones y patrones de actividad, lo que ha permitido evaluar su relación con factores ambientales y priorizar estrategias de conservación. El premio, según Graciá, reconoce las cuatro décadas de existencia de la organización y fortalece el deseo de seguir adelante.

Centinelas que protegen a los anfibios y reptiles en España

La presidenta de la Asociación Herpetológica Española (AHE), Eva Graciá. - Fundación BBVA

“Nos emociona e inspira. Nos brinda la oportunidad de desarrollar de una mejor manera algunas de las ideas que ya teníamos. Por ejemplo, planeamos lanzar una versión 2.0 del SIARE, que incluirá aplicaciones para la recopilación de información en el campo y ayudará en el desarrollo de proyectos de ciencia ciudadana como SARE, que también queremos impulsar”, agrega. Además, según la investigadora, la asociación continuará con sus programas de voluntariado y tiene la intención de revitalizar algunos proyectos emblemáticos de la institución. “Vamos a publicar una nueva versión del Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles Españoles y planeamos modelar en el futuro los efectos del cambio climático en las poblaciones de herpetos (anfibios y reptiles)”.

De la existencia de estas especies depende una parte de nuestra existencia. “Pueden llegar a ser clave en algunos entornos y su desaparición ha tenido efectos negativos en cadena”, enfatiza Graciá. Por ejemplo, la desaparición de las tortugas gigantes de algunas islas en el Océano Índico, después de la llegada de los primeros colonos, ha provocado que las plantas que dependían de ellas para dispersar sus semillas ya no puedan hacerlo debido a la falta de un herbívoro tan grande. Otras veces, las consecuencias de su desaparición son más sutiles, pero siempre representan una pérdida de biodiversidad.

“Las principales amenazas que enfrentan tanto los anfibios como los reptiles son la pérdida y degradación del hábitat, la contaminación, el cambio climático, la explotación de sus poblaciones y las enfermedades emergentes que están causando episodios de mortalidad masiva en anfibios”, agrega la especialista. El reto que ha asumido la AHE es monumental, pero necesario, porque cuidar, proteger y seguir de cerca a estas especies es preservar el sonido vivo de la naturaleza.