¿Cuáles son las causas de la escasez de agua?
Esta sustancia, compuesta por dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno, es esencial para la supervivencia del planeta y del ser humano, quien está compuesto en un 80% por agua. Según un informe de la UNESCO, hay suficiente agua dulce para toda la población mundial, pero el problema reside en que su distribución no es equitativa y que el cambio climático genera escasez.
¡Suscríbete a nuestra 'newsletter' semanal de sostenibilidad!
El agua se ha convertido prácticamente en un lujo. El planeta está compuesto en un 70% por agua pero, según datos de National Geographic, sólo el 3,5% es dulce y el 0,025, potable. De ahí que la distribución desigual de este recurso preocupe a los gobiernos de todo el mundo. Las cifras señalan que aproximadamente 2.000 millones de personas en el mundo no tienen acceso a servicios seguros de agua potable; 3.600 millones no disponen de servicios de saneamiento seguros y 2.300 millones no tienen lo básico para lavarse las manos.
Todo parece indicar que debemos empezar a gestionar nuevas políticas de cambio en la comprensión, utilización, dimensión, valoración y proyección de este recurso limitado pero indispensable no sólo para la vida, sino también para el crecimiento económico mundial. No en vano tener acceso a agua limpia y saneamiento es el sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda de 2030. Pero las previsiones de aquí a 2050 no son nada halagüeñas.
Principales causas de la escasez de agua
La importancia del agua es clave para el mantenimiento del planeta y de la vida. Hay muchos factores directos e indirectos que generan y agravan la problemática generada por la escasez del agua. Estos serían los más importantes:
El cambio climático
Se confirma: no es una ‘amenaza fantasma’. El Informe Mundial de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2020 no deja lugar a dudas: “el cambio climático va a influir negativamente en la cantidad y calidad del agua disponible a nivel mundial para satisfacer toda una serie de necesidades humanas básicas, lo cual irá en menoscabo del derecho fundamental de miles de millones de personas a tener acceso al agua potable y el saneamiento”. Los grandes fenómenos meteorológicos (huracanes, temporales, tormentas de hielo, olas de calor, las grandes sequías…) parecen tener su causa realmente en el cambio climático.
Lo que comemos también afecta
¿Sabes cuánta agua es necesaria para producir un kilo de arroz? No te lo vas a creer, pero nada menos que 5.000 litros. La ONU dice que la huella hídrica de la producción mundial está relacionada con la producción de alimentos en un 70%.
¿Qué es la huella hídrica? La cantidad total de agua dulce que se utiliza para producir bienes y servicios consumidos por los habitantes de un país, puede ser de producción nacional o externa. Según el Banco Mundial más de 330 millones de hectáreas tienen instalaciones de riego; “la agricultura de regadío supone el 20% del total de la superficie cultivada, pero aporta el 40% de la producción total de alimentos en todo el mundo”. Por otra parte, la agricultura y la ganadería son las dos actividades primarias que contaminan más el agua con vertidos de pesticidas, fosfatos y nitratos.
La contaminación de los recursos hídricos
Explotaciones mineras, fugas de petróleo, productos químicos, material fecal, plásticos… todo va directo a las reservas hídricas del planeta. Beber agua contaminada causa la muerte de casi cinco millones de personas en el mundo, y por supuesto, este hecho es especialmente flagrante en poblaciones en riesgo de exclusión social, pobreza y marginalidad. Otro problema que contribuye a la contaminación de los recursos hídricos es la deforestación: la tala descontrolada de bosques hace que ríos y lagos se sequen y, además, sin sus raíces en las orillas de los ríos, aparecen bacterias y sedimentos que perjudican la calidad del agua.
Cada vez somos más
Una mayor demanda, la urbanización masiva provocada en gran parte por el éxodo del campo a las ciudades en busca de mejores opciones laborales y la carencia de una conciencia o educación hídrica para evitar el despilfarro del agua en el primer mundo agravan el problema. Según la Fundación AQUAE, la demanda de agua para el uso doméstico representa un 10% de las extracciones mundiales de agua y un 80% del consumo total urbano. En España, por ejemplo, cada ciudadano consume 136 litros de agua al día.