Captura de carbono, o cómo cerrar el círculo
En la lucha contra el cambio climático, recortar las emisiones de CO2 es prioritario, pero para alcanzar el net zero las tecnologías que capturan el dióxido de carbono serán imprescindibles.

La historia de la humanidad se ha desarrollado gracias a la innovación y el progreso. Sin duda, ha logrado mejorar el bienestar general de su especie, pero también ha deteriorado la salud de la Tierra. Para evitar las consecuencias negativas del cambio climático, provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero, es necesario pasar a la acción. El informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas pide la eliminación anual de 10.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) a nivel global hasta 2050. Tanto el consenso científico como gobiernos y empresas coinciden en que reducir las emisiones de carbono debe ser prioritario. Sin embargo, hay procesos y sectores en los que esto es difícil de conseguir. ¿Significa que debemos renunciar a un futuro descarbonizado? ¿Y si hubiese una forma de capturar el CO2?
Aunque debe entenderse como una solución complementaria, lo cierto es que ya existen formas de atrapar el CO2 para evitar que siga contribuyendo al efecto invernadero. Se trata de la Captura, Uso y Almacenamiento de Carbono (Carbon Capture, Usage and Storage o CCUSS). La captura puede realizarse directamente en la fuente de producción o de la atmósfera (Carbon Direct Removal o CDR), ya sea de forma natural o tecnológica. «La CDR abarca los enfoques que eliminan el CO2 ya presente en el aire a través de procesos técnicos o biológicos para almacenarlo de manera permanente», comenta Harris Cohn, de la empresa estadounidense Charm Industrial.
La compañía se ha convertido en un referente en el campo de la captura de carbono, pues han logrado eliminar más de 7.000 toneladas de CO2 desde sus inicios. Su enfoque innovador se basa en aprovechar los residuos vegetales donde el CO2 ya ha sido absorbido por la biomasa vegetal a través de la fotosíntesis. Estos residuos se procesan para convertirlos en un aceite biológico rico en carbono, conocido como bio-oil. Luego, este bio-oil se inyecta en antiguos pozos de petróleo vacíos, creando un ciclo que podría compararse con la producción y reposición de petróleo sintético, pero con un enfoque en la captura permanente de carbono.
Harris Cohn (Charm Industrial): «La CDR abarca los enfoques que eliminan el CO2 ya presente en el aire para almacenarlo de manera permanente»
Según afirma Cohn, al procesar biomasa sobrante como árboles caídos o residuos forestales, Charm Industrial contribuye a reducir la carga de combustible en los bosques, ayudando a prevenir incendios forestales. Acciones como estas«generan beneficios económicos para las comunidades rurales al ofrecer nuevas oportunidades para los agricultores que venden residuos de cultivos y, al mismo tiempo, el uso de los subproductos de este proceso mejora la salud del suelo al aumentar su contenido de carbono y nutrientes», explica Cohn. En conjunto, estas tecnologías no solo pueden ayudar a mitigar el cambio climático, sino que también pueden llegar a promover la resiliencia en los ecosistemas locales.

Otro referente en captura de CO2 del aire, en este caso, en captura tecnológica de la atmósfera, es Heirloom. Su innovación radica en el desarrollo de un método basado en la piedra caliza, uno de los minerales más abundantes y baratos de la Tierra. «La piedra caliza se puede descomponer en óxido de calcio y CO2. Cuando se elimina el CO2 de la piedra caliza mediante calor, el óxido de calcio restante se hidrata con agua para formar cal. La cal tiene sed de CO2 porque quiere volver a su estado natural (piedra caliza) y actúa como una esponja, absorbiendo CO2 de la atmósfera. El CO2 retirado de la piedra caliza se almacena bajo tierra o en cemento. La tecnología de Heirloom reduce el tiempo que la piedra caliza tarda en absorber CO2 de años a menos de tres días», afirman desde la compañía.
Según la propia empresa, se podrían eliminar mil millones de toneladas de CO2 para 2035 con un coste de menos de 100 dólares por tonelada de CO2. Y consideran que Heirloom podría desempeñar un papel importante en el cumplimiento de los objetivos globales de eliminación de carbono.
Heirloom: «Nuestra tecnología acelera la propiedad natural de la piedra caliza de absorber el CO2 de la atmósfera, reduciendo de años a menos de tres días el tiempo que tarda en absorberlo»
Una solución prometedora
La captura directa de CO2 de la atmósfera es una de las tecnologías emergentes más prometedoras en el camino hacia la meta net zero. Rocky Mountain Institute o RMI, organización sin ánimo de lucro que marca la senda de la descarbonización de la energía a nivel global gracias a su labor de investigación, colaboración con industrias y desarrollo de políticas, ha identificado 32 enfoques distintos para la captura directa de carbono. Además, han desarrollado una hoja de ruta para llevar estas tecnologías desde su estado actual hasta un punto de viabilidad técnica a gran escala para 2050.
Incluso si solo una parte de estas tecnologías logra desarrollarse, se espera que el impacto en la lucha contra el cambio climático sea significativo. Según Rudy Kahsar, de RMI: «La captura de carbono va a ser un componente relevante a partir de la mitad del próximo siglo. Si se tiene que contener el calentamiento va a ser necesaria una descarbonización acelerada [de la industria y los hogares] acompañada por captura de carbono. Ahora mismo, a nivel global, estamos por detrás de las metas. Si los eventos climáticos se vuelven más virulentos, la presión por la acción se incrementará. En los próximos cincuenta años, estos cambios fomentarán la implementación de innumerables proyectos de captura».
Rudy Kahsar (RMI): «Según casi todos los modelos climáticos, la captura directa de carbono será importantísima para limitar el calentamiento global»