Expertos hablan de cómo cambiar nuestros hábitos para evitar el cambio climático
Varios expertos hablan de cómo enfrentar uno de los mayores retos de la especie humana en el presente y el futuro: la emergencia climática. Coinciden en que existe un triple nivel de responsabilidad individual, empresarial y del conjunto de la sociedad, y explican cuáles son las soluciones para evitar el cambio climático. Las políticas públicas tienen la llave para los hábitos sostenibles en la vida de cada habitante del planeta.
Es un fenómeno imparable y uno de los mayores desafíos de la historia humana. Así lo recuerda Luis Jiménez, ex director del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE) y presidente de la Asociación para la Sostenibilidad y el Progreso de las Sociedades (ASYPS). El cambio climático exige a todos soluciones y un doble esfuerzo: adaptarse y reducir su impacto en el medioambiente. "Mitigar este fenómeno pasa por mitigar las emisiones", apunta el experto.
Las plantas también pueden ayudar a evitar el cambio climático. A la espera de los frutos de trabajos como el de la botánica y genetista Joanne Chory, Premio Princesa de Asturias de Investigación 2019, sobre la creación de plantas capaces de almacenar CO2 en sus raíces para contrarrestar los efectos del cambio climático, los ciudadanos se ven ante la responsabilidad de adoptar hábitos más sostenibles en su vida cotidiana.
"Por ejemplo, los últimos informes de la ONU hablan de reducir el consumo de carne. Este sector acumula el 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), por no mencionar las enfermedades cardiovasculares derivadas de consumos no saludables de carnes rojas", apunta Jiménez. Y no solo eso. A nivel mundial se han implementado ya otras medidas para salvar el planeta.
Nuevos hábitos para acabar con el cambio climático
El experto también recomienda otras soluciones para combatir el cambio climático, como desarrollar la economía circular con un objetivo: cambiar el modelo de usar y tirar (extraer materia prima, transformarla en productos y desechar sus residuos) por otro en forma de bucle, con recursos que se usan, se transforman y se vuelven a usar. "Los ciudadanos tenemos mucho que decir en una economía basada en el servicio, centrada en el uso y en el alquiler en vez de en la compra y en la posesión", destaca.
"Podemos controlar el nivel de residuos generados a diario reciclando plásticos, ropa y otros materiales. Además, es necesario realizar una adecuada clasificación para tirar cada uno en su contenedor y aprovechar materiales, artículos o productos que hayan cumplido su primer ciclo de vida", resume Intermón Oxfam.
Reciclar es la primera gran recomendación de esta ONG. Evolucionar hacia un modelo de consumo responsable sería la segunda. "Debemos saber cuáles son nuestras verdaderas necesidades como consumidores y consumidoras. No se trata de comprar porque sí, sino de hacerlo con responsabilidad y en base a una necesidad real y no a un capricho", añade.
¿Qué podemos hacer para evitar el cambio climático?
- Reducir el consumo de carne
- Desarrollar la economía circular
- Controlar el nivel de residuos
- Reciclar
- Evolucionar hacia un modelo de consumo responsable
- Consumir alimentos de temporada
Contra la huella de carbono y las emisiones
"Lo primero es conocernos a nosotros mismos, nuestro estilo de vida, y utilizar herramientas que ayuden a medir nuestro impacto", argumenta Juan Miguel Martínez Orozco, profesor del departamento de Construcciones Civiles en la Universidad Europea. En clase, suele preguntar a sus estudiantes por su vivienda, la ropa que usan o los alimentos que consumen habitualmente para después evaluar su huella medioambiental. "Los alumnos se sorprenden mucho cuando descubren las consecuencias de hábitos que no consideraban perniciosos".
Por ejemplo, poner en la mesa una fruta exótica fuera de temporada dispara las emisiones de CO2 asociadas a ese bocado. "Para que la decisión de compra esté motivada, necesitamos más información, buenas eco-etiquetas que nos indiquen el impacto ambiental y la huella de carbono del producto que metemos en el carrito", tercia Jiménez.
La importancia de reciclar
Reducir, reciclar, reutilizar y recuperar. La responsabilidad de cumplir con estas cuatro claves no debería recaer únicamente en hombros y conciencias individuales, opina Jiménez. "Las buenas acciones ciudadanas quedan sin reconocer ni recompensar", cuando "los sistemas y las personas cambian si reciben los incentivos adecuados para hacerlo". De hecho, este experto es partidario de un sistema de estímulos y castigos, una especie de palo y zanahoria, con impuestos ecológicos y a la vez desgravaciones fiscales a las buenas prácticas.
"La persuasión moral no basta", declara. "Ya se sabe que hubo que inventar el infierno porque la promesa del cielo era insuficiente". “Si uno de los consejos es usar el transporte público en detrimento del privado, la red de autobuses o el Metro tendrán que funcionar bien y ser baratos. Si una ciudad quiere fomentar la bicicleta como vehículo, deberá facilitar carriles y espacios para que así sea”.
El día a día sostenible
"Mitigar el cambio climático como individuos pasa por un cambio de comportamiento muy transversal, de alimentación, de tipo de vivienda, cómo transportamos lo que consumimos, cómo nos desplazamos, qué energía utilizamos en nuestros hogares... En estos momentos, además de querer y saber hacerlo, necesitamos como ciudadanos poder hacerlo", explica Cristina Monge, profesora de Sociología en la Universidad de Zaragoza y experta en gobernanza para la transición ecológica.
"Son necesarias políticas públicas que faciliten los comportamientos individuales", reclama. En energía, en alimentación, en movilidad. "Muchas veces ponemos el foco en las acciones individuales, cuando las grandes corporaciones y los gobiernos tienen más peso en las decisiones que los administrados", añade Jiménez.
El profesor Martínez Orozco pide a las empresas procesos de trabajar y producir que reduzcan las emisiones GEI. "Muchas lo están haciendo, pero algunas de ellas de una manera excesivamente cosmética, sin un compromiso lo suficientemente serio. El riesgo es más importante e inminente de lo que parece, nos jugamos todo como sociedad".