Cada gota cuenta: ¿Qué soluciones existen para prevenir los efectos de las sequías?
Las situaciones de sequía afectan cada vez más a los recursos hídricos necesarios para la supervivencia de la naturaleza y la población. El sector agrícola –el que más agua consume– es clave. Los expertos reclaman asesoramiento y uso de tecnologías para no malgastar ni una gota. A nivel doméstico tenemos que aprender a ahorrar.
Primero fue un pequeño trozo de madera, luego la proa y, finalmente, toda una embarcación. En las dos últimas décadas, la sequía ha transformado el río Colorado. El agua que durante siglos ha modelado los cañones más impactantes de EE. UU. ha ido reduciéndose hasta dar paso a escenarios áridos que no se veían desde hacía más de un siglo, en los que cobran protagonismo barcos hundidos hacía años y hasta cadáveres que reviven historias de la mafia.
El río Colorado, al igual que muchos de los lagos y los terrenos que se benefician de sus aguas, se seca. Lo hace en un país que cuenta con una ventaja importante para hacer frente a las consecuencias de la sequía: una herramienta de monitorización que controla la situación y el uso de los recursos hídricos en todo el territorio y en tiempo real.
Conocer la situación de los recursos hídricos y mejorar la eficiencia de su uso es fundamental para prevenir los efectos de las sequías. Sobre estos dos principios se pueden establecer medidas y herramientas con las que proteger un recurso tan importante como es el agua, la base de la vida.
Entender las sequías para prevenir sus efectos
La sequía es una anomalía climatológica que se caracteriza por la falta de lluvias durante un periodo de tiempo prolongado. En estas situaciones, los recursos hídricos no son suficientes para abastecer las necesidades de la naturaleza y de la población. Es un fenómeno recurrente que resulta muy difícil de predecir. “La sequía es un fenómeno que va a ocurrir sí o sí”, explica José Martínez Fernández, catedrático de Geografía Física e investigador principal del Grupo de Investigación en Recursos Hídricos de la Universidad de Salamanca. “No se puede predecir, porque la predicción meteorológica no dispone del margen de tiempo necesario para hacerlo, por lo que es habitual que nos enteremos cuando la sequía ya ha comenzado. Lo que sí se puede hacer es prevenir sus efectos”, añade.
Estos efectos son muy variados y dependen en gran medida de las características del lugar en donde se produce la sequía. La principal es la falta de agua para uso humano, industrial y agrario, así como para la supervivencia de los ecosistemas. Esto genera a su vez un efecto en cadena de diferentes problemas, que van desde la subida de los precios de los alimentos hasta el aumento de riesgos en la salud de las personas, pasando por la pérdida de biodiversidad.
Tal y como se explica en el Informe Especial sobre la Sequía 2021 de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), las repercusiones son mayores en los países con una alta dependencia de las economías rurales y con grandes poblaciones vulnerables. Se trata, además, de efectos que suelen traspasar las fronteras y que en los últimos años han aumentado como consecuencia del cambio climático, un fenómeno que incrementa la frecuencia, la intensidad y la duración de las sequías.
“La mejor manera de mitigar estos efectos es hacer un uso lo más eficiente posible del agua”, explica Martínez. “Lo primero que tenemos que hacer es trabajar en la concienciación y comprender que debemos proteger este recurso. Hay que recordar que, aunque tengamos una época de bonanza, la siguiente sequía va a llegar tarde o temprano, por lo que hay que estar preparados. En las situaciones con más recursos, tenemos más herramientas. Cuando ya tenemos la sequía encima hay más tensión y tenemos menos margen para llevar a cabo estrategias adecuadas”.
Herramientas de prevención
Para prevenir los efectos de la sequía es importante empezar por la concienciación. Sensibilizar a todos los usuarios del agua, sin excepción. “Las campañas de sensibilización y educación deben llegar a todos: agricultores, usuarios domésticos, industrias, etcétera”, explica el catedrático de la Universidad de Salamanca.
De acuerdo con el informe de UNDRR, las medidas preventivas tienen costes en recursos tanto humanos como económicos considerablemente menores que las respuestas reactivas (aquellas que se dan una vez ya existe la sequía), y pueden evitar que las comunidades se vean abrumadas por sus consecuencias.
“Donde más hincapié hay que hacer es en la agricultura, un sector que hace un gran uso del agua. Alrededor de tres cuartas partes del agua que se consume se destina a la agricultura, y en España este porcentaje sube hasta el 80 %. Por ello, para ganar en eficiencia es importante poner el foco en ese sector y dar herramientas a los agricultores. Un pequeño ahorro de agua en la agricultura es un gran ahorro en el balance global”.
Para garantizar el ahorro de agua y evitar su uso ineficiente, es importante asesorar a los agricultores para que pongan el agua exacta que necesitan sus cultivos. “Ni una gota más, ni una gota menos. Ni una gota más, porque estaríamos desperdiciando el agua, y ni una gota menos, para lograr la máxima productividad”, explica Martínez.
“Para ello, pueden utilizarse tecnologías que ya están inventadas y tenemos a nuestra disposición. Por ejemplo, aquellas que permiten la monitorización del agua del suelo, el riego localizado o el goteo subterráneo. Es importante que la administración aporte medios para que los agricultores puedan añadir estas tecnologías a sus estrategias habituales”, añade.
El informe de UNDRR destaca también la importancia de contar con herramientas de vigilancia y alerta temprana. “En este sentido, EE. UU. es un país modélico. Tiene una herramienta muy útil que lleva utilizando desde hace años, el U.S. Drought Monitor: una plataforma de información nacional que monitoriza e informa en tiempo real de la situación que hay en relación con la sequía y los sistemas hidrológicos”, explica el catedrático de la Universidad de Salamanca.
“Ahora tenemos a nuestra disposición herramientas que hace unos años eran impensables, como los satélites. Son una herramienta muy útil que está a nuestra disposición y que no podemos permitirnos el lujo de no utilizar. Nos sirven para conocer el estado de los cultivos o la cantidad de agua que hay en el suelo en cada momento, por ejemplo”, añade Martínez.
Pautas para ahorrar agua en casa
También hay muchas cosas que se pueden hacer a nivel individual. Estos son algunos de los consejos para ahorrar agua que proponen la Fundación Aquae y la Organización de Consumidores y Usuarios de España (OCU):
- Cierra los grifos cuando no estés usando el agua. Por ejemplo, cuando te laves los dientes o friegues los platos. Si estás esperando a que se caliente, puedes recogerla y utilizarla para fregar el suelo o regar las plantas.
- Date una ducha en lugar de un baño.
- Coloca 2 botellas llenas de agua dentro de la cisterna del wc. De este modo, ahorrarás varios litros cada vez que la uses.
- Arregla rápido las fugas. Un solo grifo goteando puede perder hasta 40 litros de agua al día.
- Apuesta por electrodomésticos eficientes, que consuman menos energía y también menos agua.
- Utilízalos también de forma eficiente: pon la lavadora o el lavavajillas solo cuando estén totalmente llenos.
- Riega tus plantas al amanecer o al anochecer. Así podrás evitar que el agua se evapore antes de ser absorbida.
- Elige especies autóctonas, que no requieran mucha agua.
Siguiendo sencillas pautas como estas es posible ahorrar decenas de litros de agua al día, lo que contribuye a mitigar los efectos de las sequías. “Hacer todo lo posible por ahorrar agua es importante, porque están en juego muchas cosas y la perspectiva que se presenta desde el punto de vista del calentamiento global es bastante preocupante. Sin agua no hay vida. Creo que este argumento es suficiente para que todos estemos sensibilizados”, añade Martínez.