'Blockchain' también es una cadena para la ayuda humanitaria
Diez mil refugiados sirios en Jordania han recibido ayuda humanitaria con más rapidez y eficiencia gracias a 'blockchain'. El uso para fines humanitarios de esta tecnología presenta grandes ventajas frente a los protocolos habituales.
El desarrollo de 'bitcoin', y su fuerza como moneda puramente especulativa, tiende a oscurecer el potencial de la tecnología que hay detrás y a distorsionar su auténtica función. 'Blockchain' es mucho más que 'bitcoin' y trasciende de lejos el ámbito de la moneda digital.
Entre las muchas aplicaciones que va teniendo la tecnología de la cadena de bloques se está consolidando su uso en tareas humanitarias, como quedó de manifiesto en uno de los debates del congreso Sharing Madrid, celebrado recientemente.
La prueba más evidente la acaba de dar Naciones Unidas, que a mediados de junio anunció que había enviado ayuda humanitaria a más de 10.000 refugiados utilizando 'blockchain', en concreto la plataforma de Ethereum, en la que colaboran grandes compañías multinacionales como Microsoft, Cisco, Intel, JP Morgan o BBVA.
A través de esta red, el pasado 31 de mayo el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) ayudó a refugiados sirios asentados en Jordania. Ahora, la misma organización planea repetir la jugada el próximo agosto en una operación más ambiciosa, al multiplicar por diez el número de beneficiados.
Rapidez, trazabilidad, seguridad y desintermediación son las ventajas frente a los sistemas de ayuda tradicionales. Pero, ¿cómo funciona exactamente?
Decenas de comercios junto a campos de refugiados en Jordania reciben por el 'blockchain' de Ethereum cupones criptográficos emitidos por PMA, cupones que tienen un valor equivalente en la moneda local. Los comercios intercambian los cupones con los refugiados por productos de primera necesidad. La identidad de los receptores de la ayuda es comprobada por escáneres de retina.
La ayuda a los refugiados sirios es solo un ejemplo más, aunque probablemente el más llamativo, de cómo 'blockchain' puede mejorar los procesos de ayuda humanitaria. Desde enero de 2017 Naciones Unidas tiene un programa en Pakistán, llamado Building Blocks, es el que pone a prueba el funcionamiento de 'blockchain' para ayuda humanitaria. Y en Sharing Madrid el consultor Carlos Corredor detalló la iniciativa Smart Network, en la que 42 organizaciones no gubernamentales (ONGs) trabajan conjuntamente con la tecnología de la cadena de bloques.
Para estas instituciones privadas utilizar 'blockchain' en situaciones de crisis tiene ventajas significativas. Una de ellas es la rapidez. Como explicó Corredor, en menos de 72 horas los participantes del programa son capaces de decidir el destino de los fondos de ayuda, cuando la media es de 17 días en situaciones de crisis y de 80 en contextos habituales. Además, los proyectos pueden arrancar a la semana de solicitar la ayuda, cuando normalmente los fondos tardan alrededor de dos meses en comenzar a distribuirse.
La otra gran ventaja es la trazabilidad, tan característica de 'blockchain'. La información está totalmente compartida y no se puede manipular sin que quede constancia, así que las ayudas no se ‘despistan’ por el camino. Tampoco hay intermediarios financieros que reduzcan, aunque sea mínimamente, el volumen de la ayuda.
El uso de blockchain para la ayuda humanitaria solo está empezando a andar, pero su potencial es enorme y supone otro enfoque frente al habitual ante la llegada de toda tecnología disruptiva. Como apunta en este artículo Robert Opp, director de Innovación en el PMA, “ 'blockchain' no es solo una cuestión de San Francisco o Nueva York. Si podemos llegar hasta la gente más pobre y más vulnerable del mundo, será algo totalmente transformador”.