Biotecnología: un futuro fascinante para la medicina
La biotecnología médica aplica la ciencia y la tecnología a la medicina, consiguiendo que millones de personas en todo el mundo se beneficien de los medicamentos y los avances que se realizan en esta especialidad. Terapias génicas y regenerativas, medicina personalizada, xenotrasplantes o la técnica de las tijeras genéticas son algunas aportaciones de un campo que promete avances de ciencia ficción.
El gran público sabía poco de una disciplina multidisciplinar llamada biotecnología. Esta se puede definir como "la aplicación de la ciencia y la tecnología a los organismos vivos, así como a sus partes, productos y modelos, con el fin de alterar materiales vivos o no vivos para la producción de conocimientos, bienes y servicios". Así lo hace el documento 'A Framework for Biotechnology Statistics' de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La gente no estaba muy familiarizada con ella, hasta que irrumpió la pandemia por el Covid-19 y el mundo asistió expectante al esfuerzo de los biotecnólogos en pos de una vacuna. No obstante, otras aportaciones recientes de la biotecnología moderna en la salud también la sitúan bajo los focos. Todas ellas persiguen un futuro mucho más saludable para todos. Medicina y biotecnología van de la mano en un momento único en la historia reciente.
La biotecnología moderna
Para diferenciar las diferentes aplicaciones de los tipos de biotecnologías, se clasifican por colores. “La roja corresponde a los campos de la salud humana”, escribe Adrián G. Rodríguez, jefe de la Unidad de Desarrollo Agrícola y Biodiversidad de la División de Recursos Naturales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en la investigación ‘El aporte de la biotecnología médica frente a la pandemia de COVID-19 y lecciones para su desarrollo mediante las estrategias nacionales de bioeconomía’, elaborada sobre estudios de caso en Colombia, Costa Rica y Uruguay.
La modificación del material biológico desde un punto de vista genético ha posibilitado las vacunas de ARN (ácido ribonucleico) mensajero o ARNm. ¿Cómo funcionan? ‘Enseñan’ a las células de un organismo a producir una proteína que desencadena una respuesta inmunitaria, según explica el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
La biotecnología médica también contribuyó a las pruebas de diagnóstico mediante PCR (proteína C reactiva), que permiten detectar un fragmento del material genético de un patógeno o un microorganismo. “Ahora tenemos más herramientas para atacar a los virus que vengan en el futuro”, avanza Estrella Cortés, directora del posgrado de Biotecnología Aplicada a la Salud, de la UNED española (Universidad Nacional de Educación a Distancia).
Los avances de la biotecnología médica
En febrero de 2001, el Proyecto del Genoma Humano (PGH) publicó una secuencia completa al 90% de los 3.000 millones de pares de bases en el genoma humano. A raíz de ese hito empezaron los estudios para identificar qué genes están identificados en qué enfermedades, y así poder atacarlas mediante medicinas o tratamientos específicos que las eliminen o mejoren los síntomas. “Avanzamos hacia las terapias génicas”, apunta Cortés, que tratarán dolencias mediante la alteración del material genético del paciente. Es enorme su potencial para prevenir y eliminar enfermedades de base hereditaria como la fibrosis quística o la hemofilia, y curar otras como el sida o el cáncer.
También, gracias a la biotecnología moderna, avanzan las terapias regenerativas a partir de células madre con las que obtener células, tejidos o incluso órganos que sustituyan a los que fallan. “Si somos capaces de producir las células que secretan la insulina en el páncreas, sería el fin de la diabetes”, apunta Cortés como ejemplo.
La experta saluda las nuevas generaciones de antibióticos basadas en técnicas que provocan cambios a nivel molecular en las bacterias y podrán frenar la resistencia a los actuales fármacos. Tecnologías como el análisis ‘big data’, la computación en la nube, internet de las cosas (IoT) o la inteligencia artificial (IA) harán más eficientes y menos costosos los nuevos medicamentos, según reseña en su estudio Adrián G. Rodríguez.
¿Qué ejemplos existen de biotecnología moderna en medicina?
El futuro de la salud de las personas está, en gran parte, en la biotecnología médica. Como ejemplos, las terapias génicas y regenerativas, la medicina personalizada, los xenotrasplantes o la técnica de las tijeras genéticas.
Medicina personalizada gracias a la biotecnología médica
Conocer el perfil genético de una persona abre la puerta a la medicina personalizada, o de precisión, que a partir de esos datos genómicos y metabólicos emite diagnósticos y toma decisiones de prevención o tratamiento de una enfermedad. “Es la base para recomendar un medicamento u otro en función de sus efectos secundarios en ese organismo en concreto, o para elegir el tratamiento más adecuado en cada caso”, incide Cortés.
La Sociedad Española de Medicina Oncológica (SEOM) considera esta nueva aportación de la biotecnología médica como una “revolución en el tratamiento de los pacientes con cáncer”, al permitir decisiones terapéuticas de acuerdo con “las características genómicas y moleculares del tumor de cada paciente”.
Otra puerta abierta para la biotecnología de la salud es la investigación en xenotrasplantes, es decir, el trasplante de órganos de animales —como cerdos y simios— en seres humanos.
El corta-pega merece un Fronteras y un Nobel
Puede que los nombres de Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna tampoco le digan mucho al gran público. Pero estas dos científicas, la primera francesa y la segunda estadounidense, recibieron Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Biomedicina 2017 y el Premio Nobel de Química 2020 por el desarrollo de CRISPR-Cas9A, una técnica conocida como “tijeras genéticas” o “corta-pega genético”. Resumiendo al extremo el concepto, se trataría de ‘cortar’ el gen que causa una enfermedad y cambiarlo por otro que carezca de ese efecto. “Muchas enfermedades son provocadas por un producto génico que no funciona, que está mal regulado, que se produce en exceso o no se produce”, explica Cortés.