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Biodiversidad: Estos son los seres más solitarios del planeta

En la isla de Mauricio vive el último ejemplar de una palmera, el ser más solitario del planeta. Alrededor de 17.500 especies están en peligro de extinción y de 440 solo quedan 50 individuos. La expansión de terrenos agrícolas, la tala, el desarrollo residencial y los incendios son las principales amenazas. La superficie forestal se ha reducido un 40% en los últimos 300 años.

Biodiversidad: Estos son los seres más solitarios del planeta

Al norte del valle del río Marañón, en Perú, crece una planta que durante años se creyó desaparecida. Cuando los naturalistas europeos Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland recorrieron la región hace más de dos siglos, la ‘Pradosia argentea’ crecía sin problemas en la zona. Poco a poco, la destrucción del bosque para ampliar los terrenos agrícolas y los pastos para ganadería fue dejando a este árbol sin espacio. En 1998, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) la declaró extinta. La ‘Pradosia argentea’ se sumaba a la larga lista de especies que habían desaparecido del mundo para siempre.

Sin embargo, pronto empezaron a llegar los primeros informes de botánicos locales que aseguraban que no se debía dar todo por perdido, que quizá todavía quedaban ejemplares escondidos en la parte baja de los Andes. Desde 2008, el biólogo Marcelo Peña y su equipo de la Universidad Nacional de Jaén, se marcaron el objetivo de rastrear la zona en detalle. Una década más tarde, 216 años después de los registros originales (y únicos) de Humboldt y Bonpland, descubrieron cinco ejemplares sanos de este árbol, con flores y frutos, cerca de la localidad de La Yunga.

Dos años más tarde, el equipo de Peña localizó otros 22 ejemplares saludables y la IUCN cambió el estatus de la especie de ‘extinto’ a ‘en peligro crítico’. Porque la ‘Pradosia argentea’ no ha desaparecido de la Tierra, pero sigue siendo uno de los seres más solitarios del planeta. Alrededor de 17.500 especies de árboles están en peligro de extinción, de acuerdo con el ‘State of the World’s Trees’ publicado en 2021, el doble que la suma de todos los mamíferos, aves, reptiles y anfibios amenazados a nivel mundial. De ellas, hay 440 de las que quedan menos de 50 ejemplares en estado salvaje en la naturaleza.

La vida en 300 millones de años

Desde el valle del Marañón hacia el este, se extiende uno de los mayores reductos de biodiversidad del planeta: el Amazonas. En la cuenca del río más caudaloso del mundo habitan una de cada 10 especies conocidas en el mundo, además de muchas que están todavía por descubrir. Solo en las últimas dos décadas, allí se han descrito más de 2.000 especies nuevas de plantas y vertebrados. Más de la mitad de la masa vegetal del Amazonas pertenece a 227 especies de árboles que dominan el territorio, pero la riqueza es tal que se estima que en toda la cuenca crecen cerca de 12.000 árboles diferentes.

Biodiversidad: Estos son los seres más solitarios del planeta

La diversidad amazónica es difícil de igualar en otros puntos del planeta, pero aun así la Tierra sigue albergando una gran variedad de especies de plantas y animales. Los últimos estudios señalan que hay alrededor de 73.000 variedades de árboles en el planeta, incluyendo 9.200 tipos que todavía no han sido descubiertos, un inmenso rango de seres vivos que ha ido evolucionando desde que los primeros árboles aparecieron en la superficie del globo hace más de 300 millones de años. De su mano, hemos crecido y evolucionado también el resto de las especies del planeta.

“Una de cada cinco especies de árboles conocidas es utilizada directamente por el ser humano, sobre todo, para madera y como combustible”, explica Alex Hudson, experto en conservación de plantas del Botanic Gardens Conservation International (BCGI), entidad que, junto a Fauna & Flora International (FFI), está detrás de la campaña Global Tree para intentar proteger las especies de árboles más amenazadas. Entre muchas otras cosas, esta iniciativa prestó apoyo a Marcelo Peña y su equipo en la localización de ejemplares de ‘Pradosia argentea’, la recolección de semillas y el diseño de protocolos de diseminación de la especie.

“Los árboles también generan comida, en forma de frutas o alimentos vegetales, y son el hogar y el sustento de muchas otras especies que a su vez prestan servicios al ser humano. Los árboles son también fuente de medicinas”, añade Hudson. “Y eso solo si analizamos su valor económico, porque también tenemos también que tener en cuenta los usos religiosos, culturales y recreativos, y, por supuesto, todos los servicios ecosistémicos que prestan, su efecto como agentes reguladores del clima o su capacidad de absorción de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera para mitigar el cambio climático. No creo que pudiésemos vivir en un mundo sin árboles”.

¿Cómo salvar a los seres más solitarios del mundo?

Muy lejos de las faldas de los Andes peruanos, en isla Mauricio, en el océano Índico, vive el que de verdad se puede denominar el árbol más solitario del planeta. ‘Hyophorbe amaricaulis’ ha vivido en el Jardín Botánico Curepipe de Mauricio en soledad durante los últimos 150 años. Hoy, los responsables del jardín lo tienen encerrado en una especie de jaula e intentan frenar las infecciones bacterianas que afectan a los daños que ha sufrido su tronco a lo largo de su larga vida. Hasta ahora, nadie ha sido capaz de reproducir con éxito la especie y generar nuevos ejemplares.

Biodiversidad: Estos son los seres más solitarios del planeta

Especie en peligro de extinción Hyophorbe amaricaulis en el jardín botánico de Curepipe, Mauricio. - Coolth (Creative Commons)

En isla Mauricio, así como en su vecina isla Rodrigues, hay otros casos parecidos, casos de especies endémicas muy adaptadas a un entorno concreto que ha desaparecido rápidamente en pocas décadas, un suspiro en los tiempos que maneja la evolución. La Global Tree Campaign tiene en marcha un proyecto con la organización local Mauritian Wildlife Foundation para conservar y salvar de la extinción a 10 de esas especies endémicas en peligro. El trabajo va desde la creación de planes de recuperación para cada especie (cada una con su contexto y sus características específicas) hasta la recolección y propagación de semillas y esquejes.

“Las técnicas empleadas varían mucho en función de la especie y de su contexto. Por un lado, hay que trabajar para reducir las amenazas. Por otro lado, intentamos contribuir a su reproducción en la medida de lo posible”, explica Alex Hudson.“El objetivo final es restaurar los procesos naturales. Lograr que la especie sea capaz de producir sus propias semillas, repartirlas por su entorno y hacer que germinen y se conviertan en nuevos individuos. Para ello, hay que analizar los problemas que tiene cada especie y enfocarse en solucionarlos”.

De acuerdo con el ‘State of the World’s Trees, las mayores amenazas hoy en día son la expansión de los terrenos agrícolas (afecta a un 29% de las especies de árboles amenazadas), la tala para madera, la ganadería, la expansión y el desarrollo residencial, industrial y comercial, los incendios provocados, así como la supresión de los incendios en lugares en los que el fuego forma parte del régimen natural del bosque, la producción energética, la minería y los monocultivos silvícolas. Todas estas amenazas podríamos resumirlas bajo una sola: la pérdida de hábitat.

La eliminación total de la vegetación y la degradación y fragmentación de los hábitats persistentes, sean por la causa que sean, han sido siempre la gran amenaza de las especies arbóreas, solitarias o no. Durante los últimos 300 años, la superficie forestal mundial ha disminuido un 40 % y 29 países han perdido más del 90 % de su cubierta forestal. “Los niveles de extinción son muy elevados en todo el planeta, mucho más altos de lo que es natural. Son niveles similares a los que se registraron durante los anteriores eventos de extinción masiva en la Tierra”, recalca Hudson.

“Es importante tratar de frenar esta pérdida de biodiversidad lo máximo posible. Entender qué pasa con una especie de árbol particular nos ayuda a entender cómo proteger la biodiversidad y hacer frente a su crisis de forma efectiva”, concluye. “Si dejamos que todas las especies amenazadas de árboles del planeta desaparezcan, podría generarse una cascada de extinciones inmensa. Debemos tener en cuenta que todas las especies son importantes”. Por solitarias que sean.

'Podcast': Preservar las especies para evitar la sexta extinción masiva

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