Beatriz Morilla (AEB): "En un mundo ideal, la Educación Financiera debería ser responsabilidad de hogares y colegios"
Beatriz Morilla, responsable de RSC de la Asociación Española de Banca, es una firme defensora de la Educación Financiera como vertebradora de las finanzas de la persona adulta. Explica con pasión las dificultades con las que nos hemos encontrado los españoles en este ámbito en comparación con otros países pero mira el futuro con esperanza. Desde bbva.com hemos querido entrevistarla con motivo de la semana en la que se celebra el Día de la Educación Financiera, como responsable de AEB, entidad que ha lanzado la tercera edición del programa 'Tus finanzas, tu futuro'.
¿Por qué se está poniendo tan de actualidad un elemento como la llamada Educación Financiera?
Efectivamente, la Educación Financiera está ahora más en boca de todos pero es una materia de toda la vida. Lo que ocurre es que ahora tiene más visibilidad porque la crisis ha evidenciado las carencias que tenemos. Además, ahora contamos con más encuestas y estudios que dejan claro que la gente no tiene los conocimientos básicos para gestionar sus propias finanzas. Por un lado están siendo los bancos los que han tomado la iniciativa porque son actores principales en este aspecto. Si tú vas a vender tus productos y el mercado y las finanzas son cada vez más complejos, también tienes la responsabilidad de explicar mejor ciertas cosas. Tantos de cara tus clientes concretos como a la sociedad en general. También se ha puesto mucho más de moda ahora porque resulta que en las casas no se habla de ello, como si fuera feo hablar de dinero. Hay una especie de código de silencio. En los colegios tampoco se hace pedagogía al respecto y entonces, el joven sale de del colegio y quizá en la universidad reciba algo de información pero según los casos. Cuando el joven se lanza al mercado laboral, al mundo del adulto, y no tiene las cosas claras. Pero me refiero a aspectos muy básicos. Nos parece todo un lío y lo vamos dejando de lado. Dejando de lado algo tan importante que además pertenece a nuestra propia responsabilidad.
La economía es una de las ciencias sociales más complicadas de dominar e incluso de divulgar. ¿Quién debe comandar la universalización de la Educación Financiera? ¿Los economistas? ¿Los periodistas con cierta formación económica?
No hace falta apuntar tan alto. Yo no hablaría de algo que puede ser tan complejo o elevado como la economía. Me refiero más a las cuestiones más básicas, a la Educación Financiera básica, a gestionar tus finanzas. Cosas sencillas como que tus ingresos tienen que ser mayores que tus gastos, conocer la diferencia entre una tarjeta de crédito y una de débito, saber qué significa el consumo responsable, tener un fondo de emergencia para los imprevistos que en un determinado momento nos van a surgir, o ahorrar para que cuando tengas 65 años vas a disponer de más tiempo pero tus ingresos van a ser menores.
Todos estos aspectos son responsabilidad de los padres –que ya vemos que no están suficientemente preparados a día de hoy–, de los centros educativos y del sector privado que debería apoyar las iniciativas del sector privado que surgen gracias al músculo financiero y al capital humano con el que cuentan. ¿En un mundo ideal? La Educación Financiera debería ser responsabilidad de los hogares y los colegios.
La crisis económica mundial iniciada hacia 2007 dejó bien a las claras, entre otras muchas cosas, que los hogares de las sociedades occidentales vivían en muchos casos por encima de sus posibilidades. ¿Habría servido la Educación Financiera para que los usos y costumbres de las familias hubieran estado más pegados a sus capacidades financieras?
Yo creo que sí. De hecho si nos alejamos de las ciudades vemos como en los pueblos, la gente sencilla era capaz de detectar cuándo alguien iba montado en un coche que no estaba aparejado con su nivel de ingresos. Ciertos términos sencillos nos habrían venido muy bien. Aunque también ha ocurrido que sí se contaba con el conocimiento mínimo y suficiente pero, sin embargo, no se ha traducido en un comportamiento responsable. Y creo que ese es nuestro siguiente reto. Aquellos que tenían los conocimientos básicos de Educación Financiera y la disciplina para poder aplicarlos, la crisis lo que le ha generado es oportunidades. Porque tenían cash para comprar e invertir.
El Plan Nacional de Educación Financiera, el programa ‘Tus finanzas, tu futuro’ de AEB… da la sensación de que se están haciendo cosas muy interesantes en este ámbito. ¿Cómo surgen estas iniciativas y qué es lo que ofrecen realmente?
Estas iniciativas surgen de lugares como la OCDE, por ejemplo. Tras constatar el fracaso de los resultados del Informe PISA, la OCDE y Bruselas emplazan a los países para que tomen medidas. Aquí hay entidades que toman las riendas, como el Banco de España y la CNMV, y empiezan a tejer redes para que colaboren con ellos para llevar a cabo el Plan Nacional de Educación. El de ‘Tus finanzas, tu futuro’ es un proyecto muy interesante porque se unen muchos bancos para hacer lo mismo, es una gota más dentro de todas las iniciativas. Hay entidades que están llevando a cabo muchos otros proyectos y BBVA es un ejemplo, desde hace muchísimos años, de las cosas bien hechas. De todos modos hace falta conseguir hacer más y el principal problema desde mi punto de vista es que no conseguimos entrar en el sistema educativo. Que esa es la clave. Como la Educación Financiera no entre en los colegios… Aspectos básicos como saber leer un contrato o la utilización de una tarjeta de crédito. Todo muy básico.
En resumen, hace falta más colaboración entre sector público y privado y la introducción definitiva en el sistema educativo. El problema es que en España, al estar transferida la Educación a las Comunidades Autónomas, son muchos los actores que tienen que ponerse de acuerdo. Actores que además tienen distintos intereses y que son de distinto signo político y esto lo hace aún más complejo.
El lunes 3 de octubre se dieron cita en la sede del Banco de España algunos de los responsables más importantes de la economía de España con motivo del segundo Día de la Educación Financiera que se incluye dentro del Plan de Educación Financiera (PEF). ¿Qué sale de encuentros como éste?
Todo lo que sirva para dar visibilidad a un problema que tenemos y para dar solución a iniciativas que están llevando a cabo personas concretas, bienvenido sea. Es una buena oportunidad para hablar de casos de éxito, para tender lazos, para sentarnos y ver cuáles son las palancas que tenemos que mover para llegar más y mejor.
¿Cómo haría Beatriz Morilla para dar el impulso que necesita la Educación Financiera?
Si de mí dependiera, crearía una plataforma en la que tendrían que estar todos los grupos de interés involucrados y lo impulsaría desde el sector privado –que es donde están los recursos– e intentaría generar un compromiso tangible, a dos o tres años. El problema es que son demasiados grupos distintos a poner de acuerdo. Ojalá tuviéramos una estabilidad que lo permitiera. O como ocurre en otros países, donde la educación es una prioridad absoluta y ahí no existentes intereses particulares a la hora de sentarse a construir. Cada actor deja la mochila con sus peticiones fuera de la reunión y se prioriza el llegar a acuerdos. Nos falta un poco de generosidad a todos.
Pero no sólo los niños necesitan de la Educación Financiera, porque también son muchos los adultos que no han tenido la fortuna de haber sido formados siquiera en lo básico.
Sí, pero ahí yo apelaría más a la responsabilidad personal. ¿Sabes cuánto estás gastando y en qué? ¿Cuánto serías capaz de aguantar si de repente te quedaras ahora sin trabajo? Confiamos en que no nos van a echar del trabajo, confiamos en que todo nos va a ir bien, en que nuestros hijos nunca se pondrán gravemente enfermos… pero esas cosas, pasan. Afortunadamente ahora hay programas y aplicaciones que te ayudan a gestionar tus finanzas. Pero cada uno tenemos que ser capaces de no delegar estas cuestiones en nadie, ni siquiera en nuestra pareja. Cada uno tenemos la responsabilidad individual de gestionar nuestras finanzas. Si no lo hacemos, las finanzas nos van a gestionar a nosotros. Y la buena noticia es que estamos a tiempo de tomar las riendas.
En países como los más importantes del ámbito anglosajón y otros como el caso de Japón, la Educación Financiera está incluida dentro de los planes estatales. ¿Cuál es la situación de España en este sentido?
Sí, nos sacan mucha ventaja. Canadá estaba en los peores puestos y se pusieron manos a la obra para cambiar radicalmente el sistema educativo. Cambiaron, por ejemplo, el sistema retributivo de los profesores y dieron un vuelco total al sistema educativo. Luego hay otros países en los que por cultura, no ven que sea feo hablar de dinero y que piensan que cuanto antes empiecen, mejor. En Alemania, a los niños les regalan bonos del Estado para que se puedan pagar la universidad el día de mañana. Hay países en los que no está mal visto que tu hijo trabaje de camarero o paseando perros de otros, mientras que en España creemos que a ver qué van a pensar si ven a tu hijo limpiando coches, por poner un ejemplo. Es decir, hay un componente cultural muy fuerte.
Luego por otra parte está la transferencia en materia educativa a las CC.AA. En Holanda está todo centralizado y quizá así sea más sencillo tomar estas decisiones. El ciudadano español está en un nivel bajo si lo comparamos con otros países como los anglosajones. Sí estamos más o menos al mismo nivel que Portugal, Italia o Grecia y no muy por debajo de otro vecino como Francia.
¿Cuál es el futuro de la Educación Financiera en España?
Veo el futuro de la Educación Financiera en España mejor. Porque se acabará escuchando a los profesores y, sobre todo, a los niños. Son los más pequeños los que nos están diciendo que no soportan la escuela. El fracaso escolar está poniendo de manifiesto que no estamos formándolos ni para el futuro laboral ni para el mundo del emprendedor. Yo creo que nos van a hacer espabilar ellos mismos y que también la tecnología nos va a ayudar mucho. Porque nuestros hijos van a tener acceso a ciertos recursos y si se lo hacemos atractivo, ellos van a pinchar ahí y nos van a cuestionar acerca de asuntos que quieren conocer como pueden ser la Bolsa o los préstamos. Y va a ser, creo yo, a raíz de ellos que vamos a tener que espabilar los adultos. Además, las entidades financiera –y BBVA es un ejemplo muy evidente– están haciendo un gran esfuerzo para ponerlo todo mucho más claro. Por último también añadiría que tras la crisis tenemos que ser responsables y aprender de nuestros propios errores. No creo que vayamos a caer en los mismos.
¿Cuáles son los aspectos más relevantes de la Educación Financiera a la hora de formar a quien no tiene conocimientos al respecto?
Es fundamental darse cuenta de que todos tenemos que tener un plan y ese plan pasa por un presupuesto. Da igual lo que quieras ser, locutor de radio, emprendedor… da igual. Necesitas un plan. Y ese plan es muy sencillo, los ingresos han de ser mayores que los gastos, tan sencillo como eso. Los ingresos suelen estar mucho más claros que los gastos y dentro de los gastos tenemos que distinguir entre los gastos necesarios de los no necesarios y ahí se complica todo un poco más. Pero lógicamente, los gastos necesarios son los primeros que hemos de afrontar antes de poder pasar a los otros, si se puede. Mientras tengas todo esto controlado, que es lo básico, el resto es sentido común.
Para finalizar, cuáles serían, a modo de resumen, los puntos principales a destacar dentro del ámbito de la economía financiera.
Pues podríamos enunciar unos puntos para que sean fáciles de retener. Por ejemplo:
- Todos necesitamos un plan y ese plan se llama presupuesto.
- Ahorra ya, aunque sea poco a poco y tu futuro te lo agradecerá.
- Riesgo y Rentabilidad son hermanos gemelos: a mayor rentabilidad, mayor riesgo.
- Ten clara la diferencia entre bruto o neto para evitar sorpresas.
- Si es demasiado bonito para ser verdad, es que no es verdad.
- Diversifica dónde pones tus ahorros.
- Si no entiendes algo, no lo compres o no inviertas en ello.
- La responsabilidad de gestionar tus finanzas es principalmente tuya: no la delegues.