BBVA promueve entre sus empleados dinámicas para trabajar las polaridades masculinas y femeninas
Enmarcado en el proyecto de Diversidad de BBVA, ‘Be Yourself’, y coincidiendo con la semana de la mujer, la entidad ha organizado unas dinámicas con empleados para estudiar y despertar la conciencia sobre las energías masculina y femenina de la persona. En una actividad dirigida por ‘coaches’ profesionales, los participantes han podido experimentar de qué forma los atributos asignados tradicionalmente a hombres y mujeres se encuentran en cada persona con independencia de su sexo, y cómo recurrimos a unos u otros en función de cada situación.
Los empleados han iniciado la actividad hablando sobre los prejuicios y los roles tradicionales de lo que se espera de hombre y de una mujer. “Todos tenemos fuerzas masculinas y femeninas”, explica Carla Alonso, chief happiness officer de ‘Be Yourself’. “Estamos habituados a entender al hombre y a la mujer como dos identidades sexuales absolutamente separadas e independientes. Ahora bien, tanto el hombre como la mujer albergan ambas energías. La diferencia está en una cuestión de grado o predominio, trabajado a cincel culturalmente”, comenta.
En la dinámica, los asistentes han experimentado estas dos energías, imaginando situaciones en las que predominan cada una de ellas para observar la pérdida de oportunidades que supone la falta de equilibrio entre ambas. A través de la experiencia, los participantes han tomado conciencia del fuerte impacto que puede tener cada energía cuando son capaces de fluir por todo el rango de posibilidades que brinda cada una de ellas.
“Con el proyecto ‘Be Yourself’ trabajamos la autenticidad como la coherencia entre lo que piensas, lo que dices, lo que haces y lo que sientes”, explica Ízaro Amilibia, responsable de Diversidad en BBVA. “Diseñamos dinámicas para trabajar estos cuatro puntos a través de experiencias vivenciales que nos permiten a las personas evolucionar en nuestro crecimiento personal. Sin ese paso previo de conocernos, no podremos nunca utilizar bien nuestras habilidades blandas y mucho menos llegar al otro como propósito de crear equipos colaborativos”, añade. “Esto también influye en el estado de bienestar, que puede llevar a las personas a ser más felices y carismáticas: si yo me siento bien, hago sentir bien a los demás y esto tiene un impacto, tanto en las relaciones personales como en las profesionales. Todo está conectado”.