BBVA instala un huerto urbano y un centro de procesado de verduras en su sede de Madrid
La gestión de alimentos de Ciudad BBVA (Madrid) da un giro a su operativa para alinearse con la estrategia global de sostenibilidad de la entidad. El banco ha equipado su sede principal con un huerto urbano y un centro de procesado propio para el tratamiento de frutas, hortalizas y verduras, que va a permitir incrementar el consumo de productos de proximidad y reducir la generación de residuos.
Según datos de las Naciones Unidas, el 29 % de las emisiones de gases de efecto invernadero procede de la cadena de suministro que lleva los alimentos de la granja a la mesa, con fuerte impacto en la pérdida de biodiversidad, la deforestación o el uso de agua. Con estos datos sobre la mesa y considerando que el 35% de todos los alimentos producidos se desperdicia, es evidente que los sistemas alimentarios actuales deben evolucionar hacia una gestión más sostenible.
Para minimizar estos impactos, BBVA ha instalado un centro de procesado de alimentos en su sede madrileña de Ciudad BBVA que va a permitir reducir significativamente la huella de carbono producida en el transporte de alimentos, disminuir el uso de envases y residuos y fomentar la relación con productores locales y de cercanía. “Dentro de nuestro compromiso con la sostenibilidad, apostamos por la economía circular en la gestión de nuestros centros de trabajo”, señala Vicente Herguido, responsable de la disciplina de FFM y Sostenibilidad de Inmuebles y Servicios en BBVA.
Ciudad BBVA cuenta con un sistema de reutilización y reciclaje que ha permitido que el 75,13% de los residuos generados sean reaprovechados y no vayan al vertedero. Entre otras medidas, la entidad dona el excedente alimentario de sus espacios de restauración a comedores sociales, ha eliminado plástico PVC sustituyéndolo por materiales biodegradables y ha prescindido de prácticamente la totalidad de los envases de un solo uso. “El nuevo centro de procesado completa nuestro plan de reducción de impactos y nos ayuda a mejorar los procesos en la cadena de suministro, maximizando la calidad de los alimentos que ofrecemos y generando una cultura de conciencia de consumo responsable y saludable”, explica.
La nueva instalación está permitiendo comprar verduras, hortalizas y frutas de buena calidad en origen para después tratarlas en el mismo centro de procesado. “Además de los beneficios ambientales, este proyecto permite apoyar la economía local sostenible con la compra al pequeño productor de cercanía y reducir la compra de producto congelado frente a producto fresco de temporada”, añade el responsable.
Huertos urbanos en Ciudad BBVA - BBVA
Para ello, la entidad ha establecido una serie de acuerdos con proveedores locales como De La Huerta A Casa, asociación de pequeños productores de Ciempozuelos y Aranjuez que trabaja hortalizas y verduras de temporada; FRUSANGAR, que proporciona patatas directamente desde el campo, sin generar ningún residuo adicional en el envasado; La Garbancera Madrileña, cooperativa de agricultores de la zona oeste de la Comunidad de Madrid, que recupera el cultivo del garbanzo; Industrias Cárnicas Roal, para productos cárnicos desde Ávila; Grupo AVIMOSA, empresas de origen madrileño dedicadas a la avicultura; o Recespaña, cooperativa de aceite de oliva virgen extra situada en Villarejo de Salvanés.
Con ambas acciones, el banco espera lograr en 2023 que aproximadamente un tercio de la compra de productos para la sede tenga origen local y reducir en más de un 70% aquellos internacionales. Adicionalmente se conseguirá reducir en un 30% los kilos de envases utilizados para el transporte de los alimentos.
Una huerta en la oficina
Adicionalmente, la entidad financiera ha instalado un huerto urbano en Ciudad BBVA, como estrategia de renaturalización de las zonas verdes de su sede pero también como espacios de aprendizaje, colaboración y compañerismo entre su plantilla.
El proyecto tiene un enfoque circular que permite reciclar los residuos orgánicos generados con la producción de abono propio para las zonas ajardinadas de la sede. “Se trata de huertos empresariales inclusivos, que cierran totalmente el ciclo de la materia orgánica transformando un problema en una solución sostenible”, comenta Herguido. El banco organizará actividades de dinamización y talleres para los empleados en colaboración con el Centro Especial de Empleo de la Fundación Juan XXIII, lo que ha permitido la creación de empleo para personas con discapacidad que serán las responsables del mantenimiento de la instalación y de impartir dichas actividades.