BBVA entregó el Premio Nacional al Docente a profesores de Soacha, Córdoba y Risaralda

Tras recibir cerca de 800 postulaciones de docentes en 300 municipios del territorio nacional, la entidad financiera reconoció a tres docentes por el desarrollo de experiencias pedagógicas destacadas en las categorías: Lectura y Escritura; Medio Ambiente y Competencias Digitales.

“La educación es el eje central de las acciones de inversión social en BBVA porque creemos firmemente que a través de ella podemos construir un país más justo y equitativo. Estamos felices de entregar este premio que reconoce uno de los oficios más importantes para el desarrollo de nuestra sociedad: el de los docentes. Son ellos quienes, con su esfuerzo diario, no solo transmiten conocimientos, sino que transforman sus comunidades y a las nuevas generaciones”, señaló Constanza García, directora de Comunicaciones y Responsabilidad Social en BBVA Colombia.

Los ganadores recibieron una dotación para la institución educativa de la cual hacen parte, que consta de una biblioteca física con 40 libros literarios e informativos y cinco tabletas con más de 500 contenidos educativos. Además, cada docente obtuvo un reconocimiento económico de 5 millones de pesos.

En los dos últimos años, BBVA ha beneficiado a más de 15.000 docentes de casi 300 instituciones educativas con dotación tecnológica y formación en habilidades digitales y competencias STEAM, en los 32 departamentos del país.

¿Quiénes fueron los ganadores?

Entre los criterios de selección que se tuvieron en cuenta para elegir a los ganadores, los jurados evaluaron que cada experiencia generara un impacto significativo y positivo en su comunidad, que el proyecto se adaptara a diferentes contextos, que abordara eficazmente una o varias problemáticas o necesidades de su territorio, y por supuesto, que fuera una iniciativa creativa, original e innovadora.

El ganador en la categoría de Competencias Digitales fue Diego Alejandro Foronda Ramírez, docente del Colegio Integrado de Soacha, que se ha dedicado a implementar un programa educativo STEM, a través de la programación y el Design Thinking. Con ello, desarrolla en los estudiantes habilidades críticas para la resolución de problemas, la creatividad y el pensamiento lógico. Este enfoque tiene como objetivo empoderar a los jóvenes, para crear soluciones tecnológicas centradas en el usuario, fomentando la innovación y el emprendimiento.

Además, promueve la continuidad educativa y el acceso a la educación superior, ofreciendo orientación vocacional, información sobre becas y financiamiento, con el fin de romper ciclos de pobreza y mejorar el crecimiento socioeconómico de la comunidad.

Diego Alejandro Foronda es docente con licenciatura en Diseño Tecnológico y maestría en Tecnología Educativa. Experto en integración de tecnologías en la enseñanza y desarrollo de proyectos educativos innovadores.

En la categoría de Lectura y Escritura, la galardonada fue Gisell Emilia Arroyo, docente que ha incentivado la lectura y escritura a través de 'Las olimpiadas del lenguaje' y la publicidad de libros en la Institución Educativa Carlos Adolfo Urueta en Ayapel, Córdoba.

Tras identificar la apatía que la mayoría de sus estudiantes tenían hacia la lectura y la redacción, y la influencia de esto en los resultados de pruebas internas y externas, la docente implementó un plan de aula que buscaba fomentar la publicidad de un libro de su preferencia y la realización de unas olimpiadas enfocadas en el deletreo, la capacidad para entender un texto y la velocidad para leerlo. Su propuesta no solo logró la motivación de los estudiantes, sino que llamó la atención de la Alcaldía de Ayapel en Córdoba, entidad que vinculó a todas las instituciones educativas del municipio para replicar estas olimpiadas.

Finalmente, en la categoría de Medio Ambiente, la ganadora fue la docente Lina Patricia Bustamante de la Institución Educativa Combia, en Pereira, Risaralda, quien ha tenido la oportunidad de implementar el proyecto 'Sembrando sueños para transformar vidas', para mejorar las condiciones medioambientales de su municipio.

Tras identificar el desinterés de los niños por sus raíces campesinas y el trabajo en el campo, desconociendo también los hábitos establecidos para el manejo de las basuras y los residuos en la institución, la docente inició un trabajo con padres de familia con el fin de transformar esta realidad. Para ello, han enseñado a los niños a trabajar la tierra, sembrando diferentes productos como plátano, banano, pepino, cebolla, maracuyá, maíz, habichuela entre otros. Son ellos quienes siembran, cuidan, cosechan, y los padres de familia son los principales maestros.

El proyecto ha escalado fuera de las aulas, incentivando a que los estudiantes, con apoyo de la comunidad de la Vereda, realicen la recolección de residuos para separar y organizar correctamente en la institución educativa. Posteriormente, un grupo de padres de familia realiza la venta de estos productos para el sostenimiento del programa.