Automatizar la medición del consumo de agua, la solución para un uso responsable
Lo que no se mide, no se puede mejorar. Esta fórmula aplica también al consumo de agua, ese bien escaso y vital para millones de personas que no tienen un acceso fácil al agua potable. En los lugares donde no existe ese problema, automatizar la medición del consumo a través de contadores inteligentes es la manera de corresponsabilizarse con el cuidado de nuestros recursos.
La Asamblea de la ONU reconoció en 2010 el derecho de todas las personas a tener acceso al agua potable y al saneamiento. En 2019, según los datos de la Organización Mundial de la Salud, 785 millones de personas aún carecían de acceso a un servicio básico de agua. En los últimos años hemos vivido avances, pero la OMS y UNICEF siguen alertándonos de que en 2030 unos 1.600 millones de personas pueden quedarse fuera del derecho universal recogido en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 de Naciones Unidas.
Acceder al agua es vital para la subsistencia de muchas personas, para velar por la salud pública, como medida de contribución a la reducción de la pobreza y, por supuesto, para avanzar en un desarrollo sostenible. Por eso, además de las grandes acciones lideradas por los gobiernos o por las distintas organizaciones, hay que poner la mirada en las pequeñas; en lo cotidiano, donde la concienciación es la llave que abre la puerta a las soluciones.
Delegar en los contadores inteligentes
Ahorrar agua en el hogar y contribuir al cuidado del medioambiente es factible. Se trata de hacer un consumo razonable y no perder de vista algunos trucos. Pero, además, la innovación es una aliada y ya contamos con los contadores inteligentes (o de telelectura), gracias al IoT (internet de las cosas).
Por ejemplo, la Comunidad de Madrid (España) en colaboración con el Canal de Isabel II, principal abastecedor de agua, comunicó a finales de 2020 la puesta en marcha de un proyecto piloto para instalar equipos de telelectura como parte del Plan Estratégico Canal de Isabel II 2018-2030. Una acción que se extiende por otras comunidades autónomas para adaptarse progresivamente a los estándares de la Unión Europea.
En el caso de España, la Orden Ministerial ICT/155/2020, publicada en el BOE de 24 de febrero de 2020, comunica la obligatoriedad de renovación de los contadores de agua con más de 12 años de antigüedad, con aplicación al uso residencial, comercial o industrial.
El llamado contador inteligente es una solución de doble dirección: hacia el usuario, para que conozca al detalle sus tendencias de consumo, incluyendo las incidencias que puedan surgir. Y hacia las compañías de agua que, entendiendo los patrones de consumo, pueden gestionar los recursos hídricos de forma eficiente.
Instalar un contador automatizado (o de telelectura) está cada vez más extendido y las ventajas se podrían resumir en las siguientes:
- Registra el consumo de agua en tiempo real.
- Es preciso y estable en la recogida de medidas.
- No suele tener piezas móviles, lo que garantiza su durabilidad.
- Permite activar la facturación mensual al no depender de la lectura manual del contador y elimina esa “molestia” del consumo estimado y las visitas físicas de los técnicos.
- Puede alertar de una eventual avería o anomalía en el suministro como, por ejemplo, una fuga de agua si el consumo se dispara.
- Es una ayuda adicional como vigilancia remota de personas mayores o discapacitadas si se detecta la ausencia del consumo en el domicilio.
- Al disponer de datos continuos se puede analizar el patrón de consumo del inmueble o espacio, lo que nos lleva a poder ser conscientes y corregir un exceso de consumo, por ejemplo.
- En el caso de los espacios industriales, el seguimiento del consumo se convierte en una guía para valorar el gasto en las diferentes fases de los procesos productivos.
- Estos contadores tienen sistemas antimanipulación para evitar fraudes.
- Suelen tener un sistema de lectura que permite obtener los datos desde un dispositivo externo, como el smartphone.
¿Puedo cambiar mi contador por uno de telelectura?
Los contadores de consumo pueden estar instalados de forma individual o en las comunidades de propietarios. Esta última opción ha sido común en los últimos años con los contadores analógicos e implica la gestión del consumo centralizada para que, al llegar la factura, el importe total se reparta entre todos los usuarios de la comunidad. Actualmente, la tendencia es la sustitución por los contadores individuales digitales para conseguir una eficiencia mayor y un gasto justo.
Renovar el contador no depende unilateralmente del usuario. El primer paso es contactar con la compañía suministradora de agua para confirmar si es posible la sustitución. Si el proveedor no dispone de esta opción, la solución pasa por una gestión desde la comunidad de propietarios. Una vez el conjunto de usuarios decide renovar el parque de contadores, puede contratar una empresa de instalación que, a la vez, será la gestora del consumo e intermediaria entre los propietarios y la suministradora.