Apps contra la pobreza
Un simple móvil puede marcar una gran diferencia en la vida de los cientos de millones de personas que viven en los países menos desarrollados del planeta. Allí, las apps no son sólo recursos para el trabajo y el ocio, sino herramientas para mejorar la salud, la seguridad o los ingresos de los más pobres.
En el mundo ya hay más conexiones móviles que personas, según datos de la Asociación mundial de operadores de comunicaciones (GSMA), que estima, además, que seis de cada siete habitantes del planeta tiene acceso a un teléfono móvil.
La mayoría de estas personas vive en países en vías de desarrollo y, aunque en muchos casos sus dispositivos sólo cuentan con servicios de voz y SMS, la llegada de la telefonía móvil ha servido para mejorar su calidad de vida.
En el caso de las mujeres —las más afectadas junto a los niños por la pobreza, la violencia, la falta de atención sanitaria o las crisis económicas— una encuesta reciente de la GSMA revela que nueve de cada diez mujeres se sienten más seguras llevando un móvil y el 85% de ellas cree que les proporciona mayor independencia.
Salud móvil
En muchos países en vías de desarrollo la falta de información es uno de los grandes obstáculos para mejorar la salud de la población. El móvil se ha convertido en una herramienta fundamental para prevenir enfermedades y mejorar la asistencia médica.
– Gracias a MAMA (Mobile Alliance for Maternal Action), dos millones de mujeres en 70 países reciben información vital para tener un embarazo y un parto saludable, así como para cuidar la salud de sus bebés.
– Hi4Life utiliza los servicios de mensajería móvil para responder a consultas médicas y enviar información sobre salud sexual en Sudáfrica. Más de tres millones de personas utilizan esta aplicación que tiene como objetivo combatir enfermedades de transmisión sexual, especialmente el sida.
– mHERO es una herramienta puesta en marcha por Unicef para mantener en contacto al personal sanitario. Es muy útil para conocer de primera mano el avance de epidemias como la del ébola o el zika y dar respuestas rápidas a los héroes que arriesgan sus vidas sobre el terreno.
Combatir la violencia y el fuego
La enfermedad no es la única amenaza para la supervivencia de los más pobres, especialmente en África, un continente donde la esperanza de vida no alcanza los 50 años en la mayoría de los países. Guerras, genocidios y desastres naturales son algunas de las plagas que los móviles están ayudando a combatir.
– USAID, la agencia de desarrollo de EEUU, ha puesto en marcha un programa que permite a los keniatas avisar a través de un SMS de incidentes de violencia étnica. Con toda la información recibida se genera un mapa de zonas peligrosas, que se puede consultar a través del móvil. El sistema funciona también en la República Democrática del Congo.
Barrio de Kibera, en la ciudad keniata de Nairobi. - Schreibkraft (Trabajo propio) [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)]
– Otro ingenioso programa para mejorar la seguridad de los africanos son los móviles bomberos de Kenia. Las casas de madera de los barrios más pobres de las ciudades africanas se incendian con frecuencia provocando verdaderas tragedias. Cruz Roja Kenia ha colaborado con la empresa Halo Smart Labs para desarrollar un sistema de detectores de humo que envían automáticamente alertas por SMS a los habitantes de las casas cercanas a un incendio y a los bomberos. En 2025 este programa se implementará en otros países hasta beneficiar a 1.000 millones de personas.
Inclusión financiera
Según el Banco Mundial, la mitad de la población adulta del mundo –más de 2.500 millones de personas– no tiene acceso a una cuenta corriente debido a las dificultades que encuentran para trasladarse hasta una sucursal, los costes de mantenimiento o los complejos requisitos que se deben cumplir para abrirla en muchas ocasiones. Esto significa que estas personas no pueden ahorrar, poner en marcha un negocio o recuperarse de las pérdidas de una mala cosecha o una catástrofe natural.
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Pero el móvil ya está sirviendo de trampolín para superar algunos de estos obstáculos.
– M-pesa (“dinero móvil”, en swahili), es una aplicación desarrollada por Safaricom que funciona desde 2007 en Kenia. En la actualidad está presente en siete países africanos, además de la India, Albania y Rumanía, y cuenta con 25 millones de usuarios. Este servicio permite incluir en el circuito financiero a personas que no tenían acceso a él, ya que únicamente se requiere un móvil muy básico para enviar y recibir dinero, realizar pagos o recargar el móvil. No hace falta ir a una oficina bancaria, ni siquiera tener una cuenta en un banco, ya que los clientes pueden depositar y retirar dinero de una red de agentes que incluye, por ejemplo, a los vendedores de tarjetas prepago.
– Una aplicación similar desarrollada por USAID para ayudar al Gobierno afgano a pagar a funcionarios y agentes de policía logró, sin proponérselo, combatir la corrupción. Las mordidas que sufría la paga de los empleados públicos por parte de los intermediarios se redujeron tanto, que los funcionarios pensaron que les habían aumentado el sueldo un 30 %.
– La Fundación Microfinanzas BBVA también está apostando por la innovación tecnológica para mejorar la vida de sus clientes a través de un programa en el que participan más de mil empleados de la Fundación en Perú. Equipados con dispositivos móviles, los agentes acercan la sucursal al hogar o la empresa de los emprendedores, ahorrándoles así horas de desplazamiento y costes de transacción.