La olivicultura sostenible consiste en el cultivo de olivos a través de técnicas, prácticas y conocimiento para regenerar la biodiversidad con cubiertas vegetales, fertilización orgánica o laboreo superficial, y mejorar así la calidad y rentabilidad del producto. La degradación del suelo, la sobreexplotación de los acuíferos y los efectos del cambio climático están afectando a los olivares.
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