Algoritmos para ahorrar energía
En la Ciudad BBVA hay más de 50.000 sensores que miden la temperatura, la humedad, la luminosidad o la presencia de personas en el complejo. Se instalaron para garantizar el funcionamiento de las instalaciones y el confort de los empleados, pero los ingenieros que gestionan el edificio han encontrado otra forma de sacarles partido. Han desarrollado varios algoritmos que combinan la información que recogen estos sensores con otros datos externos para conseguir un ahorro de energía equivalente al consumo anual de más de 200 hogares.
En 2015, cuando llegaron a la Ciudad BBVA las 7.000 personas que ahora trabajan allí, los equipos de climatización se ponían en marcha todos los días a las cinco y media de la mañana para que los empleados más madrugadores pudieran trabajar cómodamente. La decisión de la hora de encendido se basaba en la experiencia previa en otros edificios y en las características arquitectónicas de la nueva sede de BBVA en Madrid.
Pero, a diferencia de otros inmuebles en los que el banco ha tenido sus oficinas, la Ciudad BBVA cuenta con una red de sensores que envían información en tiempo real sobre las constantes vitales del complejo a la sala de monitorización del edificio, el corazón de la Ciudad.
Gestión basada en la inteligencia artificial
Tras un año analizando los millones de datos que recogen estos sensores y las tres estaciones meteorológicas con las que cuenta la Ciudad BBVA, “nos dimos cuenta de que era posible conseguir un ahorro de energía importante sin que afectara al confort de los empleados”, explica Elías Gómez, responsable de Energía y uno de los impulsores del Plan de ahorro energético de BBVA.
Para conseguir reducir el consumo de electricidad, se desarrolló un algoritmo que, además de todos los datos recogidos por los diferentes sistemas instalados en la Ciudad BBVA, tiene en cuenta las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología española, y es capaz de decidir por sí mismo a qué hora deben ponerse en marcha los equipos de climatización cada día. Actualmente, estos aparatos arrancan por término medio dos horas más tarde de lo que se encendían cuando se instalaron, dependiendo de la época del año y la orientación geográfica de la zona a la que da servicio cada climatizador. Además, el sistema va aprendiendo solo y es más eficiente a medida que pasa el tiempo.
Al incorporar la inteligencia artificial a la climatización de un edificio en el que trabajan más de 7.000 personas “hemos logrado un ahorro de electricidad de 400.000 kwh (kilovatios-hora), una cantidad equivalente al consumo de 111 hogares”, afirma Gómez. “El coste de instalar las tres estaciones meteorológicas y todo el sistema de sensores cuando se construyó la Ciudad BBVA es muy pequeño si lo comparamos con el beneficio que ha supuesto en la gestión diaria”.
Células fotoeléctricas para una iluminación a medida
Las pequeñas células fotoeléctricas que detectan el movimiento y la cantidad de luz que hay en cualquier momento del día en todos los espacios del edificio protagonizan otra de las acciones más rentables del banco en materia de ahorro energético. Gracias a esta segunda iniciativa, la Ciudad BBVA ha conseguido ahorrar otros 380.000 kwh anuales (el consumo de 105 hogares).
“La iluminación del aparcamiento –explica Borja Eugui, responsable Holding de FM, Instalaciones y Sostenibilidad y ‘padre’ de este proyecto junto a Elías Gómez– era un sistema sin customizar cuando nos trasladamos a la Ciudad BBVA y excedía con mucho las necesidades reales”. Estaba encendido casi 24 horas al día.
Sala de monitorización de la Ciudad BBVA
“Estudiamos los movimientos de los usuarios –recuerda Eugui– y comprobamos que se acumulan en tres momentos del día: la entrada, la salida, y la pausa del mediodía. Además, a partir de las nueve de la noche, prácticamente nadie usaba el aparcamiento”.
En este caso, el objetivo era reducir el número de horas en las que el parking permanecía iluminado, pero sin que afectara a la percepción de seguridad de los empleados. Para conseguirlo, se utilizaron sensores de movimiento, que permiten que se vaya iluminando el camino a medida que una persona avanza desde los vestíbulos de entrada del aparcamiento hasta que llega a su vehículo. Y después le van señalizando la salida.
También preocupaba la opinión de los responsables de Seguridad del banco. En contra de la idea preconcebida que tenía el equipo de Inmuebles, la reacción fue muy positiva, ya que para los vigilantes es mucho más fácil controlar un espacio cuya iluminación varía en función de que exista o no movimiento.
Los sensores de movimiento del aparcamiento de la Ciudad BBVA permiten que se vaya iluminando el camino a medida que una persona o un vehículo avanzan. - Carlos Benítez Donoso (BBVA)
BBVA gasta un 4% menos de energía que en 2015
“Estas dos iniciativas son solo un ejemplo de las 102 medidas de ahorro que se han implementado en la Ciudad BBVA para lograr una reducción del consumo energético de entre un 12 y un 15 por ciento desde 2015, algo realmente difícil en un edificio que cuenta con unas instalaciones ya de por sí muy eficientes. Y, por lo que respecta al consumo global en toda España, BBVA gasta un 4% menos que hace dos años y toda la electricidad es de origen renovable”, presume Ana Herrero, responsable holding de Sostenibilidad en BBVA.
Sin embargo, todavía queda camino por recorrer para alcanzar las cifras que BBVA se ha propuesto para cumplir su Compromiso 2025, la estrategia de cambio climático y desarrollo sostenible elaborada por el Banco para avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas y del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.
BBVA se ha comprometido a que el 70% de la energía que contrate en todo el mundo a partir de 2025 sea renovable y a alcanzar el 100% en 2030, algo que ahora mismo solo sucede en España. Al mismo tiempo, se marca como objetivo reducir un 68% sus emisiones directas de CO2 respecto a 2015.