Alberto Toril (Breakthrough Energy): “El papel de las entidades financieras en la descarbonización es vital”
Las ‘cleantech’ son todas aquellas nuevas tecnologías limpias que permitirán, en el caso de la Unión Europea, alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050. Se trata de soluciones innovadoras, en muchos casos disruptivas, basadas en la tecnología. Muchas de ellas están en un estado embrionario. Otras más maduras necesitan financiación para hacerlas rentables y escalables a nivel industrial.
Hablamos de todo esto con Alberto Toril Castro, mánager del sector energético en Breakthrough Energy, plataforma fundada por Bill Gates, que engloba varios fondos climáticos. Defensor de unas energías verdes asequibles, Alberto Toril sostiene que “la electrificación es el futuro de la economía”. Apuesta por la colaboración público privada en el ecosistema ‘cleantech’ y afirma que “el papel de las entidades financieras en la descarbonización es vital”.
P: ¿Qué es Breakthrough Energy?
Respuesta: Es una iniciativa que engloba a investigadores climáticos, innovadores, inversores y ‘policy thinkers’ o personas encargadas de las políticas energéticas y regulación, enfocados todos ellos en acelerar la transición energética.
Pretendemos que las tecnologías verdes sean tan baratas o más que las tecnologías marrones. Nos enfocamos en tecnologías que necesitan madurar en el mercado y que son vitales para alcanzar las emisiones netas cero, que además supongan una reducción de costes para reducir a cero la prima verde, que es el sobrecoste actual que esas tecnologías tienen en comparación con otras que se encuentran en el mercado y que emiten CO2.
P: En esta transición, ¿qué sectores resultarán clave? ¿Dónde ponéis el foco vosotros?
R: Nos enfocamos en la descarbonización de cinco grandes sectores y que tienen relación con todas aquellas actividades que el ser humano realiza a día de hoy con gran impacto medioambiental. Todos aquellos materiales y herramientas que producimos, el sector industrial, que supone el 31% de las emisiones de CO2 a nivel mundial. También cómo generamos la electricidad que consumimos, cómo la transportamos y qué uso hacemos de ella: el sector eléctrico que supone aproximadamente otro tercio aproximadamente de las emisiones de CO2 a nivel mundial.
Pero también trabajamos en el sector de la agricultura, cómo cultivamos y cómo comemos, que supone un 20% aproximadamente de las emisiones. Y por supuesto, el sector del transporte, cómo nos movemos. Y por último, cómo vivimos, es decir, el sector de los edificios, desde cómo los fabricamos a cómo los utilizamos.
P: Sois uno de los promotores en pedagogía en materia ‘cleantech’, con destacados informes propios. También a través de vuestro trabajo en iniciativas como Cleantech for Europe y Cleantech for Iberia. ¿Qué tendencias advertís en el mundo ‘cleantech’?
R: Vemos grandes cambios en la economía que están marcando la manera en la que las inversiones se hacen y la manera en la que las empresas funcionarán en las próximas décadas. Por un lado, estamos viendo una gran electrificación. Hoy en día vemos que los objetivos de electrificación no tienen marcha atrás y hay un consenso general en cuanto a que la electricidad es el vector energético más eficiente, más económicamente viable y que debemos promoverla para empezar la descarbonización de nuestra economía.
Hay una gran oportunidad en capitalizar y ser la región donde estas nuevas tecnologías se manufacturen, produzcan y se exporten. Hemos visto cómo desde hace diez o veinte años, tecnologías como la solar fotovoltaica, las baterías de litio, los vehículos eléctricos, son lideradas por China. Si bien, por supuesto, se fabrican también en otros lugares del mundo. Existe una gran oportunidad de fabricar nuevas tecnologías que serán necesarias para descarbonizar, que serán baratas en un futuro y que los países o las regiones están intentando capitalizar. Lo vemos con políticas energéticas como el Inflation Reduction Act en Estados Unidos o el EU Green Deal, el plan de industrialización verde en Europa, que será el incentivo que los países tendrán.
P: Comentabas estas tendencias y hacia dónde va el mercado y los inversores que tienen la vista puesta en estas tecnologías. ¿Qué son y cuál es el papel de Cleantech for Europe y Cleantech for Iberia?
R: Cleantech for Europe es una plataforma que ayudamos lanzar en 2021, cuyo foco es ser ese punto de conexión entre las políticas energéticas y la regulación, y los inversores y los innovadores. Trabaja siendo la voz de estas ‘scale-ups’ enfocadas en tecnologías limpias y estos inversores que buscan promover inversiones a este tipo de tecnologías entre los ‘policy makers’.
Hemos lanzado una serie de satélites de Cleantech for Europe en cada una de las regiones europeas. Empezamos con Tech for Net Zero Alliance, en Alemania. También está Cleantech for Nordics y Cleantech for Baltics agrupando esas otras dos regiones. Lanzamos también Cleantech for France y a principios del año pasado Cleantech for UK.
El año pasado lanzamos Cleantech for Iberia, que pretende ser ese puente a nivel regional, tanto en España como en Portugal, entre los inversores y entre los innovadores en la región y las personas encargadas en redactar estas políticas energéticas. Esas políticas son necesarias para ayudar a que se produzca una mayor inversión y una mayor capitalización de emprendedores y empresas.
[Tras la publicación de la entrevista, se lanzó también Cleantech for Italy]
P: Seguimos haciendo pedagogía. No sé si es solo una cuestión terminológica, porque de un tiempo a esta parte vemos más literatura sobre ‘cleantech’. ¿Qué diferencia existe entre ‘cleantech’ y ‘climatech’, -si es que la hay-?
R: Para nosotros viene a ser prácticamente lo mismo. Yo creo que no hay un enfoque a nivel sostenibilidad que no incluya la reducción de emisiones de CO2 que es el foco de ‘climatech’, pero además ‘cleantech’ incluye otros vectores como son el tratamiento de agua y la potabilidad y la circularidad o como es el reciclaje de elementos. Todo eso está interconectado y es necesario que haya un balance para que el mundo sea sostenible y podamos reducir emisiones.
De manera que a nivel puramente teórico, ‘climatech’ son todas aquellas tecnologías que están relacionadas puramente con la reducción de CO2, mientras que ‘cleantech’ engloba o se expande a estos otros sectores. Nosotros siempre hablamos de ‘cleantech’ porque al final vemos que este nexo o esta conexión entre unas y otras es inevitable.
Es imposible hablar de políticas energéticas sin hablar de políticas industriales
P: Desde el punto de vista de oportunidad de negocio, ¿qué supone la descarbonización en general y más concretamente, las ‘cleantech’?
R: Es imposible hablar de políticas energéticas sin hablar de políticas industriales. Muchas de las tecnologías en las que vemos escalabilidad y reducción de costes son viables a nivel económico y están haciendo que el capital privado esté interesado en invertir en ellas. Lo que vemos son ejemplos de tecnologías que o bien ya están maduras en el mercado o están por llegar, de alguna manera vienen en forma de olas y están aquí para quedarse. En el sector eléctrico, por ejemplo, que es el que más conocemos, tecnologías como la solar y la eólica en la parte de generación eléctrica resultan indiscutibles y todo el mundo está de acuerdo en que son las más viables económicamente a día de hoy. Otras, como por ejemplo, la energía nuclear o la geotérmica, las vemos en el horizonte y pensamos que también tendrán su hueco.
P: Nos comentabas tecnologías como la electrificación. Por supuesto, también el hidrógeno, el biometano, el biogás, y quizás otras tecnologías todavía por desarrollar. ¿Hacia dónde apunta el futuro en cuanto a tecnologías en una competición que, por otro lado, es una competición saludable si pensamos en conseguir el objetivo final?
R: Para nosotros el futuro está claro. La electrificación es el futuro de la economía. Es vital. Para ello incentivar estas tecnologías que puedan utilizar estos electrones de manera directa es la manera más eficiente y barata de descarbonizar. Claro ejemplo de ello son los objetivos de electrificación que tenemos en Europa. Si bien a día de hoy la electrificación de la energía final está en un 20%, Europa tiene como objetivo empujarla hasta un 30% en 2030 y hasta un 50% en 2050. Y lo estamos viendo en diferentes sectores. El sector del transporte por carretera con los vehículos eléctricos, o el calor a nivel residencial con las bombas de calor. Pero estamos viendo nuevas tecnologías como el almacenamiento térmico, que nos van a permitir descarbonizar procesos térmicos que no pensábamos que fuera posible.
En segundo lugar, para todos aquellos procesos en los que no podamos utilizar electricidad, pensaremos en hidrógeno. El hidrógeno será muy útil para descarbonizar procesos como la fabricación de cemento, acero, fertilizantes, combustibles, y que necesitaremos para la aviación y para el transporte marítimo y los electro-combustibles.
Y por supuesto, sin olvidar toda la parte de circularidad y una parte que es muy importante, la de aprovechamiento de recursos -biogás y biometano-.
La electrificación es el futuro de la economía
P: ¿Son rentables estas tecnologías para la descarbonización?
R: Hace 20 años nadie hablaba de solar fotovoltaica ni de eólica. Hoy vemos que son las tecnologías más baratas para producir electricidad. De igual manera vemos al vehículo eléctrico que hace tres o cuatro años nadie pensaba que podía ser una solución viable. Hoy vemos como coches eléctricos están por nuestras carreteras. Si bien están a punto de llegar a la paridad con los vehículos de combustión interna, hay una clara tendencia de abaratamiento de tecnologías. Algunos de los elementos que vemos clave en esta madurez y en cómo hacer que las tecnologías lleguen al mercado no es la cobertura de los diferentes valles de la muerte. Ese ‘gap’ que hay entre lo que es el laboratorio y el mercado, tecnologías que están en desconexión, que si bien están muy estudiadas y perfectamente refutadas a nivel de sector académico o a nivel de investigación, vemos ya a emprendedores que están empezando en estadíos muy tempranos en donde hay un gran ‘gap’. Es necesario saltar de esos laboratorios a constituir una empresa que sea viable.
Alberto Toril, mánager del sector energético en Breakthrough Energy, durante su intervención en el Energy Tech Summit celebrado en Bilbao en abril de 2024.
P: Hablemos de un tema recurrente como es la financiación. Comentabas sobre ese valle de la muerte que tienen que atravesar las startups y donde muchas desgraciadamente al final se quedan. ¿Qué papel y cómo de importante es el rol de las entidades financieras en la descarbonización?
R: Es totalmente vital el papel de las entidades financieras en la descarbonización. Instituciones financieras de diferente índole, tanto privadas como concesionales, filantrópicas, como también públicas, son muy necesarias para reducir los riesgos de estas inversiones y promover que los proyectos escalen. De esta manera, vemos como no solo a nivel financiero, sino a nivel de estructura, como ayudan a que haya un contrato o un ‘off taker’ para muchos de estos proyectos, cómo ayudan a que los suministros de las materias primas que necesiten sean tangibles y también estén asegurados. O cómo los clientes finales y los desarrolladores se acerquen y conozcan los detalles de esos proyectos para ayudar a madurarlos son vitales. Y en ese sentido, los fondos de capital riesgo o los fondos de infraestructura tienen un rol muy importante para conseguir que los proyectos sean bancables.
P: Se habla de un ‘gap’ también de inversión privada e inversión pública en todo este universo ‘cleantech’, ¿qué papel tiene el sector público en este ecosistema?
R: Es vital que el sector público consiga atraer inversiones del sector privado. Necesitamos que el sector público establezca lazos con el sector privado a través de partenariados público-privados. Que el sector público siga creando fondos y bancos verdes que, de alguna manera, estén enfocados en este tipo de inversiones, en reducir riesgos y en poder atraer más capital privado.
Necesitamos que el sector público trabaje en ámbitos regulatorios estables, incluyendo el tema de ‘carbon pricing’, la estandarización de criterios para que [el sector privado] tenga las guías sobre cómo invertir y dónde invertir de manera más clara. Y necesitamos sobre todo que el sector público trabaje sobre mecanismos de ‘blended finance’, mecanismos de inversión mixta en los que el riesgo de estos proyectos se reduzca y facilite la entrada de otros ‘players’ a nivel privado.
Necesitamos que el sector público trabaje en ámbitos regulatorios estables
P: Hemos comentado los distintos estados de estos proyectos y de los distintos emprendimientos ‘cleantech’, startups… ¿Es la escalabilidad el gran problema en este universo ‘cleantech’?
R: Completamente. Nos enfocamos mucho justamente en la escalabilidad porque vemos que hay un gran potencial de inversión, pero a la vez hay unas grandes barreras debido a los riesgos que estos proyectos conllevan. Y nuestra colaboración con el Banco Europeo de Inversiones, específicamente, se enfoca no sólo en reducir riesgos en esta materia. La manera en la que trabajamos es la provisión de ese ‘blended finance’, combinando ‘equity’, combinando deuda pública para reducir los riesgos, pero también a través de diferentes programas para ayudar a estos proyectos a ser replicables, a continuar su madurez. No queremos entrar en un ‘one off’, queremos que esto sea la chispa, que desate una cadena de proyectos que al final sean invertidos por estos fondos de infraestructuras.
Ayudamos a atraer nuevos inversores gracias a que nosotros conseguimos con nuestro ‘equity’ flexible reducir los riesgos y permitimos la entrada de nuevos inversores y el conocimiento y la educación que toda esta ola conlleva. En concreto, en nuestro caso en las cinco patas en las que estamos trabajando. Por un lado, nos enfocamos en proyectos de hidrógeno verde, muy importantes, en los que vemos que a escala necesitan de una mayor inversión y una mayor reducción de riesgos; en proyectos de almacenamiento de larga duración porque vemos que a medida que las renovables tengan una mayor penetración en el sector energético serán necesarias mayores capacidades de almacenamiento (en tecnologías que engloban el almacenamiento mecánico; el almacenamiento electroquímico más allá de ion litio; el almacenamiento térmico; o el almacenamiento químico) en vectores energéticos como el amoníaco o el hidrógeno.
Nos enfocamos también en el sector de la aviación y en los electro-combustibles comúnmente denominados como SAF; en la captura directa de carbono, donde resulta vital promover su desarrollo; y finalmente en proyectos de descarbonización industrial, todo aquello relacionado con el acero verde, con el cemento verde y con los plásticos.
La escalabilidad es el gran problema de las 'cleantech'
P: Sectores intensivos que necesitan mano de obra y nuevos perfiles. ¿Cómo va a afectar al empleo?
R: El sector energético creará cerca de 2.650.000 nuevos empleos en la península ibérica hasta 2030. Esto conlleva una movilización de aproximadamente unos 150.000 millones de euros en inversiones. Las políticas energéticas y la reindustrialización son un filón muy importante a la hora de desarrollar nuevos puestos de trabajo, a la hora no sólo de incentivar nuevos conocimientos, sino de actualizar muchas de las industrias que tenemos a día de hoy.
Muchas de estas fábricas que producirán estas nuevas tecnologías y que por suerte podrán venir a la península ibérica a instalar sus nuevas fábricas, serán vectores clave para contratar a nuevo personal y para formar empleo de calidad, que será la base de la economía mundial en las próximas décadas.