12 animales que están en peligro de extinción en 2024
La acción del ser humano en los ecosistemas ha provocado que numerosas especies hayan desaparecido o estén en peligro de desaparecer, lo que genera un daño irreversible para la biodiversidad. Según Naciones Unidas, de las 8.300 razas de animales conocidas, el 8% están extintas y el 22% está en peligro de extinción. Unas cifras que sitúan al planeta al borde de lo que algunos científicos han denominado como la sexta gran extinción.
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Quizá muchos no podían imaginar que su generación estaría siendo testigo del inicio de la desaparición definitiva de algunas especies animales y vegetales de la Tierra. Esta tragedia es real hasta el punto de formar parte de la que apunta ser la extinción número 6 que se produzca en nuestro planeta. Según un estudio realizado por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), basado en las emisiones de carbono actuales, la próxima gran extinción podría producirse dentro de 80 años. Esto la sitúa alrededor del año 2100. ¿De qué depende? Del momento en el que el océano haya absorbido 310.000 millones de toneladas de carbono.
¿Qué es un animal en peligro de extinción?
Los animales en peligro de extinción son especies que, por amenazas de diversa índole e independientemente de la región en la que se encuentren, están en riesgo de desaparecer.
En la actualidad, el cambio climático es la causa directa de la desaparición de la biodiversidad (que desde 1.970 ha registrado una disminución del 69% de las poblaciones de aves, mamíferos, peces, reptiles y anfibios). A esto se une los cambios en el uso de la tierra y el mar; la explotación directa de organismos; la contaminación y las especies exóticas invasoras, como recoge el último informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES)
La preservación de la biodiversidad emerge con fuerza y será clave en el debate sobre sostenibilidad. Así lo apunta el informe ‘La sostenibilidad a través de la lente del Big Data’ de BBVA Research.
¿Qué es la defaunación?
Rodolfo Dirzo, profesor en la Universidad de Standford y galardonado con el Premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA de Ecología y Biología de la Conservación, acuñó el término 'defaunación' para describir la disminución o pérdida de especies animales en diferentes ecosistemas del mundo.
La defaunación, por tanto, implica no solo la extinción de especies, sino también la reducción significativa de sus poblaciones, alterando las dinámicas ecológicas y la salud de los ecosistemas. Hay que tener en cuenta que esta pérdida repercute directamente en la flora y en procesos ecológicos esenciales como la polinización y la dispersión de semillas. La actividad humana, como la deforestación o el cambio climático, ha acelerado este proceso, subrayando la urgencia de adoptar medidas de conservación para proteger la biodiversidad y salvar a estas especies en riesgo.
Causas de las primeras extinciones
Cuando se habla de las extinciones del planeta hay que remontarse a millones de años. Los datos ponen de manifiesto que los periodos entre unas y otras son cada vez más cortos y que la desaparición de especies avanza a un ritmo incesante. El Presidente de IPBES, Robert Watson, afirma que “la salud de los ecosistemas de los que dependemos nosotros y todas las demás especies se está deteriorando más rápidamente que nunca”. Y es que el planeta está sufriendo la mayor pérdida de vidas desde la época de los dinosaurios, lo que incrementa el número de animales extintos.
La primera gran extinción, también conocida como del ‘Ordovícico-Silúrico’, ocurrió hace 443 millones de años y duró entre 500.000 y un millón de años. Durante ese periodo, el 86% de las especies que existían en aquel momento desaparecieron. Principalmente se trataba de especies marinas. El motivo de la extinción provino del período glacial o la disminución de la cantidad de oxígeno disponible para la supervivencia de las especies.
Hace 367 millones de años se produjo la segunda gran extinción o del ‘Devónico-Carbonífero’. Perduró durante tres millones de años, tiempo en el que desaparecieron el 82%. La proliferación de algas a partir de la aparición de plantas terrestres que al remover la tierra liberaron nutrientes en el océano, está entre las causas de esta extinción. Las algas, al absorber el oxígeno del agua, provocaron la desaparición de gran parte de la vida animal.
Para hablar de la tercera gran extinción hay que remontarse 251 millones de años atrás. También conocida como la extinción del ‘Pérmico-Triásico", tuvo una duración de un millón de años y se saldó con la desaparición del 96% de las especies. ¿La causa? La actividad volcánica. Según apuntan los científicos, esta pudo contribuir a la desaparición del 76% de las especies del ‘Triásico-Jurásico’, la cuarta gran extinción. Un hecho que tuvo lugar hace 210 millones de años y que duró un millón de años.
La quinta gran extinción ocurrió hace 65 millones de años y con ella desaparecieron los dinosaurios y otros muchos organismos. Conocida también como la extinción masiva del ‘Cretácico-Paleógeno’, supuso la desaparición del 76% de las especies. El impacto de un gran asteroide que en la Península de Yucatán (México) puso fin a la era de los dinosaurios.
Animales en peligro de extinción
El Informe de Evaluación Global sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos de IPBES apunta que más de un millón de especies animales y plantas están en peligro de extinción. En la actualidad, la ‘Lista Roja de Especies Amenazadas’ de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, indicador crítico de la salud de la biodiversidad mundial que se compone de la evaluación de numerosos grupos de especies, -incluidos mamíferos, anfibios, aves, corales formadores de arrecifes y coníferas- recoge que de las más de 150.000 especies, más de 42.100 especies están amenazadas de extinción. De esta cifra, el 41% son anfibios, el 34% coníferas, el 36% de los corales formadores de arrecifes, el 27% mamíferos, 21% reptiles y el 13% aves. Del total de las especies evaluadas e incorporadas a esta lista, 87.083 pertenecen al reino animal. En la actualidad, cerca de 6.000 animales están en peligro de extinción.
La acción del ser humano está detrás de la posible extinción de estos animales motivada por la caza ilegal o la destrucción de hábitats donde residen. Desde 1980, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se han duplicado, elevando las temperaturas globales promedio en al menos 0,7 grados Celsius, lo que provoca que el cambio climático afecte a la naturaleza no solo a nivel de los ecosistemas, sino también en la parte de la genética de las especies. En este contexto, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (COP15) aprobó la creación de un marco mundial de la diversidad ecológica que consta de cuatro objetivos: detener la extinción de las especies inducida por los seres humanos; la diversidad biológica se utiliza y gestiona de manera sostenible y las contribuciones de la naturaleza a las personas, tales como las funciones y los servicios de los ecosistemas se valoran, se mantienen y se mejoran; todo beneficio de la utilización de los recursos genéticos e información de secuencias digitales sobre los recursos genéticos se comparte en forma justa y equitativa; y los medios de implementación adecuados para aplicar plenamente el Marco son accesibles de manera equitativa a todas las partes.
El esfuerzo de conservación también se centra, paradójicamente, en reducir algunas especies invasoras por la amenaza que suponen para algunos ecosistemas.
Estos son 12 de los animales más amenazados de la Tierra y que podrían desaparecer en los próximos años.
El Chimpancé
Los altos niveles de caza furtiva, las enfermedades infecciosas, el rápido crecimiento de las poblaciones humanas en el África subsahariana, la llegada de la agricultura industrial (que requiere la tala de bosques, y pérdida de hábitat y su calidad causada por la expansión de las actividades humanas, ha provocado una reducción significativa de la población en los últimos 20 a 30 años que se prevé continúe durante los próximos 40 años. La reducción máxima de la población desde 1975 hasta 2050 superará el 50%, de ahí a que se considere un animal en peligro de extinción. La fruta constituye aproximadamente la mitad de la dieta de los chimpancés, generalmente complementada con vegetación herbácea terrestre, hojas, tallos, semillas, flores, corteza, médula, miel, hongos, resina, huevos y presas animales como insectos y mamíferos de tamaño mediano. Son los más carnívoros de los grandes simios.
El Tigre
Catalogado como en peligro de extinción, el tigre es una de las especies que ha registrado una disminución en su población a lo largo del período de un periodo de 30 años en al menos nueve de los 13 países que tenían subpoblaciones de tigres existentes al comienzo del período de evaluación. Los cerdos salvajes y los ciervos de varias especies son los dos tipos de presas que constituyen la mayor parte de la dieta del tigre. Cuando se agotan las grandes poblaciones de presas, optan por las aves, los peces, los roedores o los insectos. Las subpoblaciones de tigres existentes se encuentran en los bosques tropicales, subtropicales y templados del sur y sureste de Asia y en los bosques templados de hoja perenne de Rusia y China. Los tigres son generalistas del hábitat y se han adaptado a diversos hábitats, incluidos los bosques lluviosos ecuatoriales y los manglares en la India y Sumatra.
La ballena azul
Esta especie ha registrado una reducción en los últimos años del 8% (pasando del 89% al 97%), lo que supone que esté en peligro crítico de extinción. Hay que destacar la reducción masiva de la antigua población antártica de ballenas azules. Las ballenas azules se alimentan casi exclusivamente de pequeños crustáceos. En cuanto a los patrones migratorios de las ballenas, algunas especies pueden residir todo el año en hábitats de alta productividad, mientras que otras emprenden largas migraciones desde aguas tropicales a áreas de alimentación en latitudes altas.
El Lémur
En la actualidad, hay más de 80 especies de lémures en peligro crítico o en peligro de extinción, y más de 30 en una situación vulnerable. Entre ellos el lemur dorado o el de cola anillada. La principal causa de su extinción es la pérdida de hábitat como consecuencia de la agricultura de tala y la quema de bambú, que supone una importante fuente de alimento para estas especies. La caza también es otro de los motivos de la disminución de estos animales.
La vaquita marina
Ubicada únicamente en el norte del Golfo de California, en México, esta especie está en peligro crítico de extinción porque se estima, entre otras cosas, que la población total es de alrededor de 10. La vaquita, que vive en un ambiente marino de menos de 50 metros de profundidad, se alimenta de una variedad de peces, calamares y crustáceos.
El rinoceronte de Sumatra
Esta especie está catalogada como en peligro crítico de extinción debido a la disminuciones severas de más del 80% durante tres generaciones, además de una disminución continua de al menos un 30% en 10 años y tan solo 250 rinocerontes adultos de este tipo. Se estima que en 60 años la probabilidad de extinción del rinoceronte de Sumatra es del 90%. Entre las causas de su desaparición está la caza furtiva y la pérdida de hábitat. Es una especie que habita en el bosque tropical, suelen encontrarse principalmente en áreas montañosas cercanas a las fuentes de agua y se mueven dependiendo de la estación del año.
El gorila occidental
A pesar de su abundancia y su amplio rango geográfico, los gorilas occidentales están en peligro crítico de extinción por una reducción de la población de más del 80% en tres generaciones. Todo como consecuencia de la caza ilegal, las enfermedades y la pérdida de hábitat. Se prevé que la reducción en la población de gorilas occidentales supere el 80% en tres generaciones hasta 2071 por, además, aumentará la escala de conversión de hábitat a la agricultura industrial y los efectos del cambio climático. Los gorilas occidentales son diurnos y semiterrestres. Construyen nidos para dormir todas las noches, generalmente en el suelo, pero a veces en los árboles.
El pangolín
Existen distintos tipos de pangolín en peligro de extinción, como el de la India o el de China. Las poblaciones de esta especie pueden disminuir en un 50 % en el futuro durante un período de tres generaciones (desde 2019 a 2043) debido a la sobreexplotación. Este animal está destinado al consumo local en la mayor parte de su área de distribución y cada vez más dirigido al tráfico internacional, principalmente sus escamas, a mercados extranjeros, principalmente China. Parece haber habido un cambio en la atención del tráfico hacia esta especie. Los cambios en la aplicación de la ley al nivel necesario para evitar la sobreexplotación de la especie no ocurran dentro de tres generaciones, y actualmente los esfuerzos de reducción de la demanda en países consumidores clave de productos de pangolín asiático y los derivados están siendo efectivos, lo que teóricamente podría conducir a una reducción en la captura.
El mono tití
Este animal está en peligro crítico de extinción, ya que se estima que se ha producido una reducción de la población de más del 80% en los últimos 25 años. Los motivos: la deforestación masiva del hábitat preferido de esta especie como resultado del aumento de la presión demográfica humana, y la intensificación de las actividades agrícolas. Se trata de una especie monógama que vive en pequeños grupos familiares y que se alimenta, principalmente, de frutas e insectos.
El elefante africano
Este animal está en peligro crítico de extinción. El análisis de las estimaciones realizadas en 161 localidades en todo el rango de la especie indica una reducción de más del 80% de la población continental en las últimas tres generaciones (93 años), algo que se considera probablemente irreversible. Las principales causas de la reducción de la población de este tipo de elefantes están la pérdida de hábitat debido a la expansión de la población humana.
El lobo rojo
Aunque se extinguió en estado salvaje en 1980, fue reintroducido por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USFWS) en 1987 en el este de Carolina del Norte. A principios de la década de 2000, la población total dentro del área de reintroducción incluía más de 150 animales. Para 2016, el USFWS comenzó a restringir el esfuerzo de reintroducción a tierras públicas federales en el condado continental de Dare, Carolina del Norte. Esta área no puede soportar más de 20 a 30 lobos. Si se finaliza tal restricción, los lobos que viven fuera de esta área probablemente recibirán poca o ninguna protección federal o serán capturados y la mortalidad causada por humanos es una de las principales amenazas para la persistencia de la especie en la naturaleza.
El hámster común
Esta especie está catalogada como en peligro crítico de extinción por, principalmente, la disminución de un 50% anual de su tasa de reproducción. Un descenso que se prevé que continúe, pudiendo hacer que este animal desaparezca en los próximos 17 años. El rango del hámster común ha disminuido en casi todos los países europeos y también en Rusia. Su hábitat original es la estepa y los pastizales fértiles, pero se ha extendido con éxito a una variedad de hábitats que incluyen prados, tierras de cultivo (especialmente cereales) y bordes de los campos y de los caminos, además de áreas de barbecho con matorrales en granjas. Se encuentran también con bastante frecuencia en jardines y huertos. Su dieta consiste principalmente en las partes verdes de plantas y semillas, complementada con invertebrados y, ocasionalmente, pequeños vertebrados.
Objetivo 15 de las Naciones Unidas: detener la pérdida de la biodiversidad
Entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados desde las Naciones Unidas está el vinculado a la vida de ecosistemas terrestres, cuyo fin es gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y para la pérdida de biodiversidad, y con el que BBVA también se ha comprometido con la puesta en marcha de acciones para la protección de los bosques.
¿Qué otras acciones se pueden hacer para mantener la vida de los ecosistemas? Son muchos los pequeños gestos con los que se pueden alcanzar grandes logros. El reciclaje, el consumo de productos locales y sostenibles evitando el desperdicio de comida, o la limitación del uso de energía mediante sistemas eficientes de calefacción y refrigeración, son algunas de las recomendaciones.
El ser respetuoso con la fauna y flora silvestres y participar solamente en actividades de ecoturismo que se organicen con ética y responsabilidad para no perturbar la vida silvestre es también esencial. Para ello es clave la buena gestión de las zonas protegidas, ya que contribuyen a tener ecosistemas saludables, y a su vez en la salud de las personas.