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Actualidad Act. 01 ago 2016

La nueva sede de BBVA, inteligente y sostenible

La nueva sede de BBVA en Madrid se ha construido siguiendo los criterios de sostenibilidad más exigentes para lograr el menor impacto ambiental. Gracias a los sistemas inteligentes instalados, en la nueva Ciudad BBVA se ha logrado una reducción 30% del consumo energético. Además, se ha reducido a la mitad el consumo de agua potable y se recicla el 100% de los residuos.

Fotografía de la ciudad BBVA

Desde que comenzó a construirse la Ciudad BBVA, se han seguido los criterios de sostenibilidad necesarios para conseguir el certificado LEED Oro, uno de los estándares más exigentes del mundo. Esta apuesta por la construcción sostenible ha inspirado también las nuevas sedes corporativas de México DF, Houston, Santiago de Chile y Buenos Aires

Los materiales utilizados tienen bajo impacto ambiental, y los edificios están diseñados para que se pueda llevar a cabo una monitorización remota del consumo energético. Por otro lado, se han instalado sistemas de recogida del agua de lluvia en las cubiertas de los edificios para su uso en el riego y de reutilización de aguas grises. Además, existen puntos para el reciclaje del 100% de los residuos.

En el proyecto se han utilizado materiales reciclados como el acero o los áridos y la mayor parte de la madera empleada tiene el certificado FSC (Forest Stewardship Council), que asegura que procede de bosques gestionados de manera responsable y sostenible.

Fotografía de una zona de la estructura de la Ciudad BBVA que da al exterior BBVA

©Carlos Benítez-Donoso

El complejo es el más grande de Europa iluminado con tecnología LED, lo que supone un 30% de ahorro energético respecto a tecnología tradicional de fluorescencia. Cuenta, además, con un sistema de gestión que permite otro 60% de ahorro gracias a la regulación del aporte de luz natural y detección de presencia.

Este sistema está integrado con el funcionamiento de estores, que se abren o cierran en función de la posición del sol y se comunican con la climatización para optimizar la temperatura cuando los espacios están desocupados. Desde un puesto central se monitoriza el estado de la instalación y consumo de energía en tiempo real, lo que permite una óptima gestión energética.

Energías renovables propias

Además, parte de las necesidades de la nueva sede se abastecen  gracias a energías renovables propias, como paneles solares térmicos o fotovoltaicos y energía geotérmica de bucle cerrado, que aprovecha la temperatura estable del subsuelo. .

Los sistemas de vigas frías activas evitan la necesidad de generar y conducir grandes volúmenes de aire climatizado a lo largo del complejo. Las vigas conducen en su interior agua fría que, por radiación directa, climatiza los espacios sin necesidad de ventiladores.

La fachada está formada por grandes elementos de vidrio transparente con cámara de aire y baja reflectividad protegidas por 2.800 lamas exteriores que actúan de filtro solar impidiendo la irradiación del sol dentro de las oficinas y disminuyendo la carga de calor en el interior. Las altas prestaciones de estos vidrios y lamas minimizan las pérdidas y ganancias de energías no deseadas a través de la fachada.

Energía eléctrica de origen renovable

Además, la Ciudad BBVA, como el resto de edificios y oficinas de BBVA en España, consume energía eléctrica de origen renovable. Este compromiso es parte del Plan de Negocio Responsable de BBVA, que establece la ecoeficiencia entre sus líneas estratégicas.

Por otra parte, las cubiertas de todo el complejo capturan el agua de la lluvia y mediante un sistema de canales la conducen a unos almacenes de tratamiento para su reutilización en el riego y el agua de los lavabos se reutiliza para el suministro a inodoros, reduciendo en un 50% el consumo de agua potable.

 

Fotografía de las plantas colgantes en Ciudad BBVA. ©Carlos Benítez-Donoso

©Carlos Benítez-Donoso

Zonas verdes con plantas autóctonas

La Ciudad BBVA cuenta, además, con más de 31.000 m2 de zonas verdes, 100.000 plantas de matorral y pequeños arbustos, más de 400 plantas colgantes y más de 490 árboles, todos ellos con bajas necesidades de agua.

La cubierta está formada por vegetación extensiva, que no requiere apenas mantenimiento y permite reducir las emisiones de CO2 . Esta cubierta vegetal, junto al aparcamiento bajo rasante, el alto nivel de reflectancia de los materiales de la parcela, contribuye al descenso de la temperatura de los edificios al reducir el efecto ‘isla de calor’.

La gran variedad de árboles, plantas y arbustos de los jardines proporcionan un aislamiento acústico y térmico a los edificios.  Además, el riego se combina con un sistema de canales y otros elementos acuáticos refrescantes que favorecen la creación de microclimas.