Los socios europeos posponen la reforma del euro
El Consejo Europeo celebrado durante los días 28 y 29 de junio ha servido para dar algunos pasos hacia la reforma del euro, que probablemente se termine de acordar en la próxima reunión de diciembre de este año. Aunque se esperaba que esta cumbre abordara cuestiones clave como el presupuesto para la zona euro propuesto por Alemania y Francia, finalmente los socios europeos optaron por adoptar un acuerdo de mínimos. Este acuerdo incluye medidas como el respaldo al fondo de resolución bancaria pero pospone la reforma del euro.
Aunque la reunión de junio sirvió como foro de debate y confrontación de posturas entre los socios de la UE, algunas materias se quedaron sin resolver por falta de consenso. Esta cumbre del euro ha concluido sin dejar ningún pacto significativo en la reforma del euro. Así, han quedado en el aire hasta el próximo Consejo aspectos como la aprobación de un fondo de garantía de depósitos (EDIS por sus siglas en inglés) y la creación de un presupuesto para la eurozona con capacidad fiscal anticíclica, una de las principales prioridades del presidente francés, Emmanuel Macron.
Los únicos asuntos en los que el Consejo ha avanzado tímidamente en el terreno económico tienen que ver con la Unión Bancaria. Entre las medidas acordadas se encuentra el refuerzo de las competencias del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) a través de la creación de un fondo común de resolución bancaria (SRF por sus siglas en inglés), algo en lo que ya existía un consenso previo entre los Veintiocho. Con ello, los líderes europeos se comprometen a pactar durante los próximos meses la puesta en marcha de un mecanismo de seguridad para hacer frente a las resoluciones de bancos en crisis.
Respecto a la aprobación de un fondo europeo de garantía de depósitos, los representantes de la UE determinaron que se “debe empezar a trabajar en una hoja de ruta para iniciar las negociaciones políticas”. No obstante, no se han fijado fechas concretas para su aprobación, y la discusión será retomada en la reunión de diciembre de este año. También se tratará más adelante la creación de un presupuesto para la zona euro, una iniciativa que ni siquiera figura en las conclusiones de este Consejo Europeo.
Asimismo, se esperaba un acuerdo para convertir el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) en una suerte de Fondo Monetario Europeo. Sin embargo, esta discusión ha sido pospuesta también hasta final de año.
"El proyecto de la Unión Bancaria seguirá siendo frágil a menos que se tomen medidas reales para crear un EDIS y existe un riesgo real de que a corto plazo los países de la zona del euro no logren un compromiso", considera BBVA Research. Victoria Santillana, economista principal de Regulación de BBVA Research explica que "es esencial desbloquear el parón legislativo actual y avanzar en el campo de la mutualización de los riegos".
El proyecto de la Unión Bancaria seguirá siendo frágil a menos que se tomen medidas reales para crear un EDIS y existe un riesgo real de que a corto plazo los países de la zona del euro no logren un compromiso
Esto, junto con la falta de avances y la mera referencia a nuevas discusiones sobre los instrumentos de la unión fiscal (capacidad fiscal, presupuesto común) ponen de manifiesto las profundas divisiones evidentes entre los Estados miembros sobre la integración en la zona del euro, en opinión de BBVA Research.
Otros acuerdos de la cumbre
Otro de los temas clave en la agenda del Consejo era la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Según lo establecido en el artículo 50 del Tratado de la UE el ‘brexit’ se hará efectivo el 29 de marzo de 2019. Quedan aún flecos sueltos en las negociaciones sobre la relación futura entre Reino Unido y sus hasta ahora socios europeos. En las conclusiones tras el Consejo se valora positivamente los avances alcanzados hasta ahora, pero se resalta que aún queda trabajo por hacer.
Están pendientes de acuerdo aspectos como la situación de Gibraltar o la relación futura entre Irlanda e Irlanda del Norte. Al respecto, el Consejo Europeo ha subrayado que “las negociaciones solo podrán avanzar siempre y cuando se respeten todos los compromisos adquiridos hasta ahora”.
La que inicialmente era una reunión con fines económicos se ha visto influida notablemente por los recientes acontecimientos relacionados con la migración y el control de las fronteras en Europa. Así, en el terreno migratorio se ha adoptado un pacto de mínimos para luchar contra las mafias y evitar los naufragios en el Mediterráneo. También se ha propuesto la creación de centros voluntarios de acogida de migrantes en los Estados miembro.
En cuanto a la reforma del Sistema Europeo Común de Asilo (SECA), el Consejo ha reconocido los avances logrados hasta ahora, pero ha instado a los líderes europeos a alcanzar un consenso basado en los principios de responsabilidad y solidaridad que permita reformar el Reglamento de Dublín y que ayude a dar una respuesta más rápida y eficaz.