¿Sigue siendo EE. UU. clave para la economía mundial?
La respuesta corta es que sí. Es cierto que no pesa en el PIB mundial tanto como antes, pero solo hay que estar mirando las noticias, para ver que se sigue con mucha atención la política monetaria de la Fed e incluso las declaraciones de cambios de política comercial, pues son claves. Julián Cubero, de BBVA Research, explica la situación de Estados Unidos dentro de la economía mundial en plena guerra comercial.
Por dar algunas cifras, el PIB de Estados Unidos pesa menos que antes, tres puntos menos que hace 10 años, el 15% del PIB mundial. Ya no es la economía más grande; la economía más grande es China.
Sin embargo, EE. UU. sigue estando en el centro de todos los canales económicos reales, financieros, comerciales, etc. Por dar algunas cifras más es, en términos de comercio, el 10% del comercio mundial, pero el dólar es la moneda clave en la facturación de ese comercio. Más de la mitad de los flujos comerciales se facturan en dólares; más de dos tercios de la reserva de los bancos centrales del mundo se realizan en dólares; más de dos tercios de las emisiones se hacen también en dólares. Con lo cual, el dólar, que es la moneda de Estados Unidos, es la referencia para los canales financieros.
Y, desde un punto de vista de largo plazo, Estados Unidos ha sido el arquitecto de la gobernanza mundial que tenemos: Fondo Monetario, Banco Mundial o el Acuerdo de Aranceles, que luego fue la Organización Mundial del Comercio. El enfoque multilateral a la gobernanza de la economía del mundo es lo que impulsó EE. UU. Y, precisamente, las dudas que plantea Estados Unidos. sobre si esta gobernanza les favorece en estos momentos es lo que está detrás de la incertidumbre mundial en la economía.
¿Cuáles son las perspectivas macroeconómicas de BBVA Research para Estados Unidos?
En términos de PIB: se espera un crecimiento por encima del 2% en los próximos años. Además, persiste una incertidumbre elevada y unos tipos de interés que deberían moderarse en un ciclo expansivo ya muy largo y que tiene vulnerabilidades. Por dar algo más de detalle, en términos de crecimiento este año se espera que la economía de Estados Unidos crezca un 2,5%, un 2% el año que viene, y que se mantenga en esos niveles en los próximos años.
Dentro de la actividad se ve un comportamiento bien diferenciado de manufacturas y servicios. Las manufacturas están ya cayendo, están en recesión; mientras que los servicios no. Los servicios, el gasto doméstico, el desempleo en mínimos históricos están ayudando a que ell consumo se soporte en cifras elevadas. Pero es cierto también que se ve desaceleración.
Esa desaceleración es la que está tratando la Fed de acotar. Esos riesgos incluso de recesión que algunos analistas ven y que los mercados también están descontando en cierta medida, son los que la Fed trata acortar con el ciclo bajista de tipos de interés en que se encuentra en estos momentos. Y, ese ciclo bajista lo puede desarrollar simplemente porque no hay inflación en EE. UU. Una situación en la cual tenemos cifras de desempleo en mínimos históricos y una inflación sin presiones para el objetivo del Banco Central. Todo ello, permite que la Fed pueda, en estos momentos, tratar de modular el ciclo económico y acotar los riesgos de recesión.
¿Qué riesgos enfrenta la economía de Estados Unidos?
Evidentemente, aparte de los riesgos propios de estar en el mundo y de poder sufrir los efectos de una desaceleración brusca en China o en Europa, los riesgos domésticos se pueden agrupar básicamente en dos tipos: los errores autoinflingidos o forzados, y los problemas no forzados.
Entre los problemas no forzados, después de un ciclo muy largo de crecimiento, la percepción de riesgo de los agentes económicos no es la más apropiada, y en un entorno de liquidez abundante y tipos bajos, la calidad de riesgo crediticio de algunos activos financieros tampoco lo es. Eso quiere decir que si llega algún evento imprevisto que genere un cambio de expectativas en los agentes, en una situación de elevada deuda en el sector empresarial y especialmente en algunos nichos del mercado como son los préstamos apalancados, eso puede generar un efecto ‘bola de nieve’ en el resto de componentes, del mercado financiero que puede generar problemas para el conjunto de la economía.
Entre los riesgos no forzados se situaría la política de guerra comercial en la que está Estados Unidos con el resto de sus socios, no solo con China. Es decir, no parece muy razonable pensar que una subida de tarifas arancelarias con el resto del mundo, una elevación de las barreras comerciales, suponga un beneficio para nadie. Se está viendo que están produciendo mayor incertidumbre y menor crecimiento a nivel mundial, y seguramente se verán también efectos negativos en la economía del país estadounidense.
En definitiva, hay que seguir con mucha atención a Estados Unidos porque está en el centro de los canales reales, comerciales y financieros de la economía mundial y con muchos elementos de interés: un ciclo maduro ya muy largo, vulnerabilidades, y elementos nuevos como es la guerra comercial en la que estamos. En adelante, queda por saber si la política monetaria -el único elemento en juego que está tratando de acotar y de reducir esos riesgos- tiene capacidad real para hacerlo con unos tipos de interés que no tienen mucho margen de bajada.