Selección argentina: David y Goliat podrían intercambiar sus camisetas
Este sábado, a las 10:00, la selección argentina debutará en su decimoséptima Copa del Mundo, en Moscú, enfrentando a Islandia, un seleccionado que se estrenará en forma absoluta en campeonatos mundiales. La celeste y blanca tiene dos títulos mundiales, tres subcampeonatos, y es el cuarto equipo más efectivo, detrás de Brasil, Alemania e Italia, en la historia de los torneos.
Además, tiene a Lionel Messi como emblema, número 10 y capitán. Los del norte de Europa cuentan con un entrenador, Heimir Hallgrimsson, que hasta hace algunos meses repartía su tiempo entre las canchas y su clínica odontológica y a un puñado de entusiastas jugadores que empezaron a asombrar al mundo desde la Eurocopa de Francia 2016, cuando llegaron a cuartos de final.
Según un informe producido hace pocos días por el Observatorio de Fútbol del Centro Internacional para el Estudio del Deporte, el plantel argentino tiene un valor de 925 millones de euros y es el quinto más caro de los que participarán en el campeonato de Rusia, mientras que el de Islandia suma 79 millones y quedó en el puesto 24. Para hacer esos cálculos, la entidad utilizó un algoritmo basado en una estimación de valor de mercado, edad y duración de los contratos de los 23 jugadores de cada plantel.
Quizás por todo lo antedicho, futbolísticamente sirva el título de 'David vs Goliat', más allá de que se sabe que en este nivel del deporte más popular del planeta es complicado ser tajante en cuanto a los pronósticos. Pero si se analiza desde el punto de vista socioeconómico, probablemente los personajes cambiarían sus camisetas. Islandia tiene apenas 338.000 habitantes (menos del 1% de la población argentina) repartidos en sus poco más de 103.000 kilómetros cuadrados.
En Bronnitsy, jugadores argentinos ante un nuevo entrenamiento de cara al debut ante Islandia por la Copa del Mundo Rusia 2018. Foto de Maximiliano Luna/enviado especial. Télam.
Por su ubicación, en el Océano Atlántico Norte, y las condiciones climáticas desfavorables durante gran parte del año, el país se vio obligado a desarrollarse históricamente con un comercio fuerte para proveer de materias primas y alimentos a sus habitantes.
Hoy, Islandia es el mayor productor mundial de energía per cápita, duplicando a Noruega, que es el segundo, lo que colaboró para hacer crecer industrias clave como la de la fundición de aluminio, su principal exportación. Tiene una inflación anual del 2%, uno de los menores índices de desempleo del mundo (menos de 3%) y es uno de los países con mayor igualdad de ingresos.
El PBI per cápita anual de Islandia es superior a los 62.000 euros, cinco veces mayor al de la Argentina, mientras que el salario promedio de un trabajador islandés en 2017 fue de unos 6.000 euros (cerca de 180.000 pesos) mensuales, contra los 25.000 pesos (706 euros) de promedio de los asalariados argentinos.
Volviendo al fútbol, ninguno de los 23 jugadores que componen el plantel de Islandia actúa en los campeonatos de su país: hay cinco en Inglaterra y el resto se reparte en las ligas de Dinamarca (4), Rusia (2), Suecia (2), Gales (1), Noruega (1), Grecia (1), Bélgica (1), Escocia (1), Alemania (1), Italia (1), Turquía (1), Suiza (1) y Francia (1).
El mediocampista Gylfi Sigurosson, por cuyo pase el Everton inglés pagó 49 millones de euros, es su mejor jugador, aunque llega con poco rodaje porque una lesión lo mantuvo sin entrenar en parte de la preparación para la Copa.
Por el lado de Argentina, cinco juegan en la liga italiana (Higuain, Dybala, Biglia, Fazio y Ansaldi), cinco en Inglaterra (Agüero, Otamendi, Rojo y Caballero), cuatro en la Superliga local (Armani, Enzo Pérez, Pavón y Meza), tres en España (Messi, Mercado y Banega), dos en Portugal (Acuña y Salvio), dos en Francia (Di María y Lo Celso), uno en China (Mascherano), uno en México (Guzmán) y uno en Holanda (Tagliafico).
Queda claro, entonces, que Messi, Agüero, Mascherano y compañía tendrán que discutir con la pelota en los pies para vencer a Islandia en el inicio del camino hacia el tercer título mundial, porque si se ponen los números de las respectivas economías sobre la mesa, el conjunto europeo tendrá mejores argumentos para competir.