Seis razones para ver a Garbiñe Muguruza en Wimbledon
Garbiñe Muguruza vuelve al templo del tenis. El All England Tennis Club que vibró viendo como una joven tenista de apenas 21 años ponía contra las cuerdas a la todopoderosa Serena Williams en la final de Wimbledon. Un año después, la reciente campeona de Roland Garros llega a Londres con el firme propósito de, como mínimo, defender el tesoro logrado en 2015.
Un premio que no fue solo cuantitativo. Supuso un punto de inflexión en el tenis de Garbiñe. Es de esas derrotas que duelen pero sirven para aprender, para seguir creciendo. De las que han llevado a la mejor tenista española a armarse de razones para intentar volver una temporada después a por el trono de Serena.
Tantos motivos como juegos hay que sumar en un set para lograr la victoria, seis. O siete dependiendo de si hace falta llegar a la muerte súbita. El mismo número de ellos, entre otros muchos más, que existen para no perderse las evoluciones de la embajadora de BBVA sobre el verde celestial londinense:
1. Garbiñe Muguruza llega como número dos del mundo a sólo 1.564 puntos de Serena Williams, que podría ver reducida su ventaja al frente del ranking WTA. Un liderazgo en la clasificación que ocupa desde el 13 de febrero de 2013. La española puede incluso ser número uno del mundo si gana el torneo, ya que sumaría 700 puntos. Defiende 1.300 por los 2.000 de Serena. La estadounidense defiende el máximo de puntos por lo que no tiene la opción de sumar. Por tanto, cedería 700 puntos si no gana el torneo, 1.220 si es eliminada en semifinales y 1.570 si cae en cuartos. Matemáticamente, Garbiñe tiene opciones de poder alcanzar el número uno.
2. Con las mismas protagonistas, la opción de volver a ver a las dos mejores tenistas del mundo en una final constituye un gran aliciente. Recordemos que el año pasado Garbiñe llegó a mandar en el último partido por 4-2 en el primer set. Un aviso importante que se concretó en zarpazo en la pasada final de París. Serena ya sabe de lo que es capaz la caraqueña en el tapete de Londres.
Serena Williams da la enhorabuena a Garbiñe Muguruza por su final en Wimbledon 2015. Foto: EFE
3. Remontándonos también al año pasado, Garbiñe fue dejando por el camino a varias de las tenistas más destacadas del circuito. Angelique Kerber, Caroline Wozniacki, Timea Bacsinszky y Agnieszka Radwanska cayeron ante el poderío de la española. Habrá que ver el camino que le depara el cuadro pero seguro que volverá a tener frente a ella a tenistas de similar categoría.
4. Ilusión a raudales. Garbiñe ha sabido gestionar los momentos menos buenos, y también los exitosos. De todo hay que aprender a la hora de gestionar el éxito y el fracaso. La española acude a Wimbledon con ganas y muy motivada: “De Wimbledon recuerdo una explosión de emociones. A medida que pasaban los días más ganas tenía de ganar”, revive la española de su experiencia del año pasado.
5. El rendimiento de Garbiñe en la hierba de Wimbledon. “Todo era novedoso ya que la hierba y yo no éramos muy buenas amigas”, reconocía en una entrevista. Pues de esa relación salió un romance que perdurará en el tiempo. Muguruza quiere seguir escribiendo ese soneto amoroso. Uno que le hizo llorar y sonreír al mismo tiempo tras caer en la finalísima ante Serena.
Garbiñe Muguruza celebra su pase a la final de Wimbledon 2015. Foto: EFE
6. Juego clave en un set. El punto que eleva a los altares al que gana y le hace entrar en la historia. Objetivo que busca Garbiñe. Quiere suceder a Conchita Martínez como campeona en Wimbledon. Aquello fue el 2 de julio de 1994 ante Martina Navratilova, el mito que levantó nueve ensaladeras en 12 finales. Ahora, 22 años después, la número dos del mundo puede reescribir la leyenda española en Londres siendo la segunda en posar con el ansiado trofeo.
En muchas ocasiones hace falta un séptimo juego para llevarse la victoria. Son los momentos en los que hay que sacar las mejores virtudes que un tenista lleva dentro. Y qué mejor que enumerar algunas de las más importantes que la caracterizan.
7. Garbiñe es juventud, talento, trabajo, espíritu de superación, ambición, competitividad… En definitiva, carácter ganador para una tenista que ha dejado de ser promesa para ser una realidad del circuito femenino.