Seis mujeres excepcionales hablan sobre el valor de una oportunidad en un debate presidido por la reina Letizia

“Estas historias nos inspiran a todos a seguir trabajando por una sociedad más diversa e inclusiva”, ha dicho el presidente de BBVA al inicio del debate, y ha descrito a las seis participantes como “referentes y el mejor ejemplo del valor que tiene una oportunidad”. En el acto se han tratado temas tan fundamentales como la educación, la inclusión financiera y el emprendimiento, y los estereotipos en trabajos y deportes considerados masculinos.

Para Lita Cabellut, una de las artistas contemporáneas más cotizadas del mundo, la oportunidad llegó con sus padres adoptivos: “Me acercaron a la cultura, gracias a ellos descubrí mi pasión por la pintura”. En el caso de Guisela Martínez, que ha venido desde Perú, el primer microcrédito que recibió de la entidad peruana de la Fundación cambió su vida. Lo invirtió en un pequeño negocio de transporte y venta de carbón, con el que ha ido progresando, en un país donde solo el 35% de las mujeres tiene una cuenta bancaria. “La Fundación Microfinanzas BBVA me tendió la mano cuando ninguna otra entidad lo hizo. No solo me presta el dinero, también me enseña a gestionarlo”, ha contado.

Según Carlos Torres Vila, “para BBVA, la educación es la gran oportunidad para mejorar la vida de las personas. Y en nuestro propósito de poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era, la Fundación Microfinanzas BBVA atiende a más de dos millones de personas en vulnerabilidad; 1,2 millones, mujeres”.

La educación, pilar del progreso y necesario para garantizar la igualdad de oportunidades

“La educación es un tema prioritario desde primaria y secundaria, y el papel de las familias y de los profesores, a los que hay que reconocer su labor, fundamental para garantizar la igualdad de oportunidades”, ha asegurado la Reina. La granadina Rosa Muñoz, estudiante de Geología, ha contado lo importante que fue para ella el apoyo de su abuela, que con 65 años aprendió a escribir, el de sus padres y el de los profesores que le apoyaron y creyeron en ella cuando más falta le hizo. Rosa, de etnia gitana y primera de su familia en ir a la universidad, ha compartido su sueño de ser paleontóloga. Según la Fundación Secretariado Gitano, tan solo el 1% de la población gitana en España va a la universidad. “Una mujer gitana y universitaria no se ve todos los días”, ha dicho.

Todas las participantes han resaltado lo importante que es formarse, incluso siendo ya profesional. Es el caso de la Comandante Gómez, que sigue estudiando a pesar de convertirse en la primera mujer piloto de la Patrulla Aspa (helicópteros del Ejército del Aire) y la primera mujer comandante del escuadrón 402 (responsable de los traslados de Casa Real y presidencia del Gobierno). “Soy licenciada en filología inglesa y ahora estudio Geografía e Historia, además de aprender francés. Soy una empollona”, asegura esta pionera, que forma parte del 4,8% de mujeres pilotos que hay en el Ejército del Aire. Y añade: “Lo que hace falta es ilusión, con eso se consigue todo”.

Ilusión es lo que nunca le ha faltado a la jugadora de la selección española de rugby, Lourdes Alameda. Ella también sabe lo que es abrirse camino en un mundo tradicionalmente de hombres. Después de intentarlo con deportes como el tenis o el bádminton descubrió que el rugby era su pasión. Esta luchadora juega con la selección española femenina, bicampeona de Europa, que batió récord de asistencia en la final disputada en Madrid el pasado mes de marzo ante 9.000 personas. Además, compagina  la carrera de Biología con el Sanse Scrums, el club de rugby de San Sebastián de los Reyes. “Intento transmitir a los niños y niñas que luchen por lo que les gusta. Yo decidí jugar al rugby porque era un deporte que no conocía. Otros deportes como gimnasia rítmica parece que es raro que lo haga un chico; hay que cambiar estos prejuicios”, ha comentado.

Siete de cada diez niños y niñas consideran que se incentiva más el deporte en ellos que en ellas, según ONU Mujeres. Algo parecido ocurre en sectores como el de la fontanería e instalación de gas, donde las mujeres solo representan el 1%, indica la Confederación Nacional de Asociaciones de Instaladores y Fluidos (CONAIF), integrado por 20.000 empresas españolas. “A pesar de ser la quinta de cuatro hermanos hombres, fui yo la que me hice cargo de la fontanería familiar cuando mi padre se jubiló. Lo aprendí todo de él. Nunca me he sentido discriminada por ser mujer, aunque las únicas mujeres que he conocido en este sector son las esposas de los instaladores. Hace falta dar más visibilidad a lo que hacemos para generar interés”, ha relatado la valenciana Magdalena Verdú, instaladora de gas y empresaria.