Seis investigadores y un reto: mejorar el bienestar de las personas
El primer Call for Expressions of Interest (EOI) del Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA ha dado visibilidad al trabajo de cinco equipos de investigadores que están desarrollando soluciones para afrontar los retos de la educación financiera.
Detrás de cada uno de estos proyectos, hay un grupo de personas que están dedicando sus esfuerzos para dar solución a alguno de los muchos desafíos que plantean la educación y la inclusión financieras.
Preocupación social
Los motivos que les llevaron a llevar a cabo esta misión son variados: “Me apasiona entender el comportamiento humano”, cuenta Catalina Estrada-Mejía de la Universidad de los Andes (Colombia), que está investigando la salud financiera para aumentar el bienestar de las personas. “Las decisiones (financieras) pueden traer un inmenso bienestar, pero también pueden erosionar el futuro de las personas y sus familias. Considero que, en nuestra búsqueda de mejorar el bienestar de los individuos, es vital entender cómo toman decisiones financieras; estudiar los factores psicológicos, ambientales e institucionales que afectan estas decisiones individuales y diseñar estrategias para ayudarlos a tomar mejores decisiones”. Estrada-Mejía tiene muy claros cuáles son sus objetivos en esta investigación: “obtener una medida de bienestar financiero para Colombia que nos sirva para hacer seguimiento longitudinal; identificar y caracterizar grupos de personas con alto o bajo bienestar financiero e identificar conocimientos, actitudes y hábitos relacionados con decisiones financieras que contribuyan a tener un alto bienestar financiero, a todo nivel de ingreso”.
En el caso de Alfredo Burlando de la Universidad de Oregón (EE. UU.), fue su etapa de estudiante de posgrado en Tanzania en la que experimentó la utilidad de las transferencias bancarias, a través del servicio para dispositivos móviles M-Pesa, la que le hizo interesarse por el tema de la tecnología como medio de inclusión financiera en las zonas rurales más remotas. “M-Pesa ha estimulado una gran cantidad de innovación tecnológica en el este de África. Los bancos lo están utilizando para proporcionar acceso remoto a las cuentas de ahorro y las compañías tecnológicas han creado protocolos para usar dinero móvil que sirven para realizar pagos al por mayor”, cuenta Burlando. “Aunque los clientes a los que está destinada la tecnología de pagos al por mayor han sido las medianas y grandes empresas, que necesitan hacer pagos de salarios a los empleados en áreas remotas, esta tecnología también puede desempeñar un papel en las cadenas de valor agrícolas”. Con este trabajo, Burlando quiere desarrollar “algunas ideas sobre cómo los agricultores pueden hacer la transición de una economía de dinero en efectivo a una economía digital”.
El reto que ha movilizado al tándem formado por Rodrigo de Reyes (Fundación Capital) y Mathew Bird de la Universidad del Pacífico (Perú) es la educación e inclusión financieras de la mujer en Latinoamérica. Su estudio se centra en la iniciativa LISTA, una estrategia de educación financiera que se basa en una aplicación para ‘tablets’ y móviles con el fin de desarrollar capacidades financieras. Los resultados de dicha iniciativa han sido positivos para las mujeres, aunque pueden haber tenido consecuencias negativas: “Nos encontramos con que, efectivamente, aumentaba el conocimiento financiero de las mujeres, mejoraba su actitud frente al sistema financiero y provocaba un mejor desempeño financiero”, explican Reyes y Bird. “Sin embargo, no fue posible establecer si ellas aumentaban su control sobre los recursos económicos del hogar y si este empoderamiento implicaba cambios en las relaciones de pareja que pudieran resultar en aumento o descenso de la violencia doméstica”. Esta preocupación, les llevó a centrar el tema principal de su investigación: “Queremos entender si la estrategia de educación financiera LISTA está cambiando las relaciones de poder en el interior de la familia, cómo lo está haciendo, y si esto está teniendo un efecto en la violencia de pareja”. Su misión es “mejorar el diseño de las estrategias de educación financiera dirigidas a la base de la pirámide y en especial a las mujeres”.
Carly Urban, de la Universidad Estatal de Montana (EE. UU.), se ha centrado más en los jóvenes como tema principal de su investigación: “Quiero comprender el efecto de tener una cuenta bancaria para alguien joven y cómo influye en los comportamientos financieros que tendrá más adelante en la vida”. Las preguntas se amontonan al abordar este reto: “¿Es más posible que los que hayan tenido un mayor acceso a cuentas bancarias a una edad temprana tengan cuentas bancarias como adultos? ¿Es más probable que ahorren para una emergencia? ¿Tienen menos confianza en los programas de bienestar social?”.
Otro tema candente en el campo de la educación financiera es la jubilación, un desafío que aborda Jean Paul Madrigal de AMAFORE y que supone “una tarea pendiente entre la población mexicana”. En un país que se sitúa como uno de los menos preparados para el retiro, sus retos son: “Avanzar en el conocimiento, mediante investigaciones rigurosas, que permitan tener mejores elementos de juicio para el diseño, implementación y evaluación de estrategias que fomenten la planificación financiera para el retiro”. Madrigal es consciente de la dificultad que implica mentalizar a los ciudadanos para que ahorren de cara a algo que se va a producir a largo plazo. Por este motivo, “el estudio evalúa qué tipo de estrategias, racionales o emocionales, son más efectivas para crear conciencia y, así, estimular la planificación financiera”.
Apoyo de BBVA
Aunque parezcan muy distintos en sus planteamientos, estos investigadores tienen algo en común: el afán de trabajar para mejorar las oportunidades y el bienestar de las personas a través de la educación e inclusión financiera. En este reto, todos coinciden que BBVA ha supuesto un empujón importante para llevarlo a cabo. “El liderazgo en educación financiera de un peso pesado como BBVA, la pone en el lugar importante que siempre debe tener”, afirman Reyes y Bird. Por su parte, Urban resalta la independencia que están teniendo a la hora de abordar su investigación. “BBVA tiene la integridad de respaldar los hallazgos, independientemente de las respuestas que encontremos a las preguntas de la investigación”. Una vez más, todos estos ilusionados investigadores tienen algo en común, esta vez con el propósito BBVA, que Estrada-Mejía resume a la perfección: “Creo que, a través de estas iniciativas de investigación y educación, estamos contribuyendo al bienestar de las personas”.