Se cumplen 150 años del nacimiento del escritor H. G. Wells
Si cuando hablamos de novelistas adelantados a su tiempo nos referimos a Julio Verne como, posiblemente, el más señero de siempre, colocar a su altura a H. G. Wells no resulta ni mucho menos descabellado. Wells, al igual que el novelista francés, continúa siendo todo un referente en la prosa de ciencia ficción. Hoy, 21 de septiembre, se cumplen 150 años del nacimiento del escritor británico.
Lector desde niño de autores de la talla de Washington Irving y Charles Dickens, Herbert George Wells sintió una rápida pulsión por la escritura. Su primera etapa estuvo marcada por las novelas científicas, en las que Wells fue capaz de imaginar un mundo futuro lleno de cambios tecnológicos al servicio del hombre, algunos de los cuales se produjeron más tarde a lo largo del siglo XX.
Su primer relato largo, La máquina del tiempo, data del año 1895 y en él gracias al mágico artilugio se hacen posibles los viajes al pasado y al futuro mediante la manipulación de una palanca. Su ópera prima aborda, más allá de lo científico, la lucha de clases con la que tanto coincidía políticamente Wells y está considerada como una de las obras más relevantes de la ciencia ficción.
Dentro de esa primera etapa como novelista –la considerada como más científica– escribe, entre otros volúmenes, La isla del doctor Moreau (1896) y El hombre invisible (1897), en los que plantea los límites éticos de la ciencia, y La guerra de los mundos (1898), cuya polémica versión radiofónica llevaría a la fama mundial Orson Welles años más tarde.
Ejemplar de la primera edición británica de La guerra de los mundos
A la etapa científica le siguieron otra familiar y una última sociológica, interesantes también pero que no han pasado a los anales de la historia de la literatura al nivel de la primera.
Nunca fue un escritor que se preocupara en exceso por su calidad como literato y, de hecho, si ha pasado a la historia ha sido por su certera visión para imaginar lo que habría de venir décadas después más que por su pluma.