Se avecina un nuevo modelo de crecimiento chino
En 2030, un 35% de la población de China pertenecerá a la llamada clase media, según un informe de The Economist Intelligence Unit. Esto significa que 480 millones de chinos cobrarán salarios de nivel medio o medio-alto (un 10% más que en la actualidad). ¿Cuáles serán los sectores más beneficiados por este crecimiento salarial?
La economía china está cambiando. Según el informe de The Economist Intelligence Unit (The EIU), la distribución de los salarios se va a transformar radicalmente en los próximos años, haciendo que 480 millones de chinos formen parte de la clase media en 2030. Ante estas previsiones, Carlos Casanova, de BBVA Research, señala tres razones principales que explican el crecimiento del nivel salarial en el gigante asiático:
- La productividad. Desde su entrada en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, “China ha conseguido integrarse de manera asombrosa en las cadenas de valor globales, aumentando su cuota doméstica de valor añadido. Esto se ha traducido, a su vez, en un incremento de los salarios”.
- El final de la mano de obra barata. Una serie de factores demográficos han contribuido a que disminuya la población activa, ejerciendo presión alcista sobre los salarios. El sistema de registro familiar hukou solía garantizar una oferta obrera casi ilimitada. Este sistema se estableció en la China maoísta y limita los derechos económicos y beneficios sociales de los ciudadanos chinos fuera de su lugar de procedencia. En origen, pretendía evitar la migración masiva desde las zonas rurales a la ciudad; en la práctica, facilita que los trabajadores inmigrantes se conviertan en mano de obra barata. Pero este excedente de mano de obra barata ha empezado a extinguirse debido a las bajas tasas de fecundidad, consecuencia de la política del hijo único (abolida en 2015). Ahora, se habla de que la economía china puede haber llegado al punto de inflexión de Lewis, en el que los salarios se incrementan más rápido que la productividad, poniendo frenos a la inversión privada.
- Por último, “la emergencia de un sector servicios altamente competitivo también ha favorecido el crecimiento de los salarios”.
Sin embargo, siguen existiendo divergencias geográficas. Así, aunque en las principales ciudades del interior también aumentarán los salarios, seguirán por detrás de las ciudades más ricas, situadas en zonas costeras y del este. Estas circunstancias deben ser tenidas en cuenta por las empresas.
A mayores salarios, mayor consumo
El aumento de los salarios irá acompañado, como parece lógico, por un crecimiento del consumo. The EIU prevé un incremento anual del consumo del 5,5% durante los próximos quince años.
"El aumento del nivel salarial debería traducirse también en patrones de consumo distintos
Pero el cambio no será solo cuantitativo. Según explica Carlos Casanova, “el aumento del nivel salarial debería traducirse también en patrones de consumo distintos”. Por este motivo, el economista de BBVA Research anticipa una “ventana de la oportunidad” para los comercios de bienes de lujo y automóviles, sobre todo en ciudades desarrolladas de segundo y tercer nivel, donde los mercados no están todavía saturados. Asimismo, también podrán disfrutar de esta ventana otros sectores como el sanitario, el de entretenimiento o el alimenticio.
Otros sectores como el turístico o el de servicios financieros serán, sin duda, de los más beneficiados.
Sector automovilístico: dos mercados distintos
En China, por cada cinco habitantes hay un solo coche. Parece, por tanto, que con el aumento de los salarios aumentará la demanda de turismos. Sin embargo, las divergencias geográficas dividen a este sector en dos mercados distintos.
“La venta de automóviles ha alcanzado su madurez en algunas regiones, sobre todo en ciudades de primer nivel como Beijing (Pekín) o Shanghai”, explica Carlos Casanova. Además, “las autoridades han empezado a limitar la propiedad de coches para combatir problemas como el tráfico o la polución” y han creado “un modelo urbanístico que fomenta el transporte público”. Todo esto supone que, en estas ciudades, la demanda de turismos se está estancando, de manera que el foco debería ponerse en “el sector de lujo y en los vehículos eléctricos” y no tanto en el aumento de las ventas.
Donde sí se prevé un crecimiento de la demanda de vehículos es en las regiones del interior, “donde los mercados no están aún saturados y la propiedad per cápita es todavía baja”. Sin embargo, la baja calidad de las carreteras y de las infraestructuras en comparación con las zonas costeras, y la falta de servicios de mantenimiento local son barreras que dificultan la venta de turismos en estas regiones.
Sector turístico: baja Hong Kong, sube Europa
En 2015, 120 millones de chinos gastaron 204,5 billones de dólares en hacer turismo; Hong Kong, Taiwán y el sureste asiático fueron los destinos más visitados. Sin embargo, Carlos Casanova apunta que “Hong Kong ha perdido popularidad como el destino número uno debido a la subida del dólar, asociado al HKD, y al deterioro de las relaciones entre Hong Kong y China continental”.
Ante esta situación, Europa, Japón y Tailandia están ganando protagonismo y está creciendo también la demanda de turismo de aventura, donde América Latina y África son las favoritas. Por último, el informe de The EIU destaca el turismo relacionado con la salud, donde las visitas a destinos como Corea del Sur o Taiwán para intervenciones de cirugía estética suponen un porcentaje importante del turismo chino.
Servicios financieros: la solución está en Fintech
“El aumento del nivel salarial, sobre todo en áreas costeras, debería apoyar el crecimiento del consumo de servicios financieros”, afirma Carlos Casanova. Sin embargo, añade, hay factores, como los controles sobre flujos de capital, que pueden limitar este crecimiento. Estos controles deberían “suprimirse o hacerse más laxos” para evitar obstáculos pero, lejos de esta supresión, “las autoridades se han orientado hacia controles aún más fuertes”. Ante esta coyuntura, “Fintech podría emerger como una solución potencial para conocer al consumidor en detalle y sus demandas de inversiones: un filón donde los bancos extranjeros pueden jugar aún un papel”.