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Ventajas y desventajas de invertir en bienes raíces

En contextos de incertidumbre económica es frecuente recurrir a los metales preciosos o los bienes raíces e inmobiliarios como alternativa para diversificar las inversiones y proteger la salud financiera. Los bienes raíces están íntimamente ligados al suelo, ya sea por su aspecto físico o jurídico, y no se pueden trasladar. Invertir en ellos tiene muchas ventajas, pero también algunos inconvenientes que conviene tener en cuenta antes de tomar una decisión.

Ventajas y desventajas de invertir en bienes raíces

Antes de repasar los principales pros y contras de la inversión, hay que empezar por lo básico: ¿qué son los bienes raíces? Llamamos así a las propiedades que no pueden moverse del lugar en el que están, es decir, están unidas al suelo de forma física y jurídica y no se pueden trasladar. Por esta razón también se los denomina muchas veces bienes inmuebles.

La inversión más usual es una vivienda, pero también puede ser otro activo inmobiliario (un garaje, un local comercial o una oficina), u otros bienes raíces más básicos (un terreno sin edificar, por ejemplo).

Ventajas de invertir en inmuebles

Hay activos de muchos precios

Desde un terreno urbanizable a una nave industrial, pasando por una plaza de garaje, una oficina o una vivienda para uso propio o para alquilar, hay muchas opciones para invertir en bienes inmuebles que requieren diferentes capacidades económicas. Desde unos pocos miles de euros a millones. Además, es habitual que los bancos ofrezcan créditos e hipotecas para este tipo de adquisiciones.

Ventajas y desventajas de invertir en bienes raíces

Protege el valor de la inversión en periodos inflacionistas

Como destaca Emiliano Esquivel Hernández, Investment Counselor de la Banca Patrimonial y Privada en BBVA México, se trata de un sector menos expuesto que otros a oscilaciones bruscas de los precios, ya que las bajadas o subidas tardan tiempo en producirse.

Además, en periodos de elevada inflación, su valor tiende a incrementarse, por lo que sirve de cobertura para proteger los ahorros y mantener su poder adquisitivo.

Baja correlación con otros activos

Otra de las ventajas más significativas de los bienes raíces es su baja correlación con activos tradicionales como las acciones y bonos. "Esta diversificación puede reducir el riesgo general de una cartera de inversión, ofreciendo refugio ante las turbulencias del mercado de valores", explica Esquivel.

Vivir, remodelar o alquilar

España es un mercado en el que tradicionalmente se ha optado por invertir en bienes inmuebles que se van a utilizar como residencia habitual o como alternativa frente a otras como el alquiler. En ese caso, si con el paso del tiempo, por un cambio de necesidades familiares, preferencias o motivos laborales, se decide realizar vender, el propietario podría lograr una plusvalía si el precio del inmueble se ha incrementado.

Otras opciones relacionadas con la inversión en inmuebles más enfocadas en la búsqueda de una rentabilidad, serían:

  • Invertir en un inmueble, realizar una reforma para incrementar su valor y vender.
  • Alquilar. Ya sea un local comercial, un despacho o una vivienda, a partir de la cual se obtendrá una renta mensual o anual.

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Desventajas

Es necesario un inicial capital importante

Se puede invertir en acciones de bolsa o en fondos de inversión con poco dinero. Sin embargo, el precio de los bienes raíces es más alto. Incluso en el caso de solicitar un préstamo o hipoteca para adquirir un terreno o un inmueble, normalmente es necesario contar con una parte del dinero para asumir la entrada y los gastos asociados a la operación.

Ventajas y desventajas de invertir en bienes raíces

No está exenta de riesgo

Aunque la inversión en inmuebles ofrece muy buenas perspectivas de rentabilidad, hay que recordar que no hay ninguna inversión que esté libre del riesgo de perder parte, o incluso la totalidad, del dinero dedicado. De la misma manera que las acciones de una compañía pueden perder valor, también en el sector inmobiliario podemos encontrarnos con minusvalías en vez de las plusvalías buscadas. Sobre todo si hemos comprado a precios cercanos a su tope en zonas con demasiada oferta o cuya demanda esté en descenso.

Una inversión a largo plazo y poco líquida

Lo normal es que para generar plusvalías haya que tener paciencia y dejar que la inversión madure unos años hasta que aumente su valor y merezca la pena vender. Durante ese tiempo no se podrá disponer del capital invertido. Es decir, no se dispondrá de liquidez o acceso inmediato a ese dinero, a diferencia de otro tipo de operaciones, como en el caso de las acciones cotizadas o los fondos de inversión, en las que se puede desinvertir rápidamente.

Gastos de mantenimiento

Si en vez de comprar para vender se busca una rentabilidad mensual o anual arrendando la propiedad adquirida, no todo serán ganancias. A menudo es necesario hacer una inversión añadida en el inmueble para que tenga más valor al alquilarla. Además, hay que tener en cuenta los gastos de mantenimiento: renovar la pintura, conexiones eléctricas, ventanas, grifería, etc. Si en vez de una vivienda es una oficina o nave industrial, la inversión probablemente sea de mayor cuantía.

Invertir a través de vehículos específicos como alternativa

La mayoría de las desventajas anteriores pueden mitigarse si, en lugar de realizar la inversión directamente en el bien inmueble, se realiza a través de un vehículo de inversión. En los mercados anglosajones, estos instrumentos se denominan REIT (Real Estate Investment Trust), en España SOCIMI (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria) y en México FIBRA (Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces).

Son vehículos cotizados que captan fondos de numerosos inversores y los invierten en la adquisición, promoción y rehabilitación de activos inmobiliarios para su venta o arrendamiento. Los beneficios que obtienen de esta actividad los reparten entre sus partícipes .

Estos instrumentos de inversión se enfocan normalmente en diferentes segmentos del sector inmobiliario como oficinas, industrias, hoteles o centros comerciales, activos a los que normalmente un inversor individual por sí solo no podría acceder dado su alto precio.

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