La salud financiera: tu llave a la libertad financiera
La educación financiera es clave en la sociedad, pues enseña a las personas cómo gestionar su propio dinero, dotándolas de herramientas que les permitan una gestión económica responsable y beneficiosa para la sociedad. Dentro de la salud financiera, hay un movimiento que está sumando cada vez más seguidores: la libertad financiera.
La libertad financiera es la combinación de ahorro e inversión que tiende a un punto en el que los gastos individuales están cubiertos con ingresos que no requieren de un trabajo activo para que estos se produzcan.
Venimos de una cultura en la que la prosperidad de la sociedad estaba sostenida por el consumo. Sin embargo, hemos llegado a un momento en el que empieza a percibirse que este 'modus operandi' no es sostenible en el largo plazo. La clave de la riqueza y la prosperidad de una sociedad, al contrario de lo que se creía, no es el consumo sino el ahorro. De la misma manera que la clave de la evolución natural es el ahorro a través de la optimización de los recursos disponibles. Tener una buena salud financiera implica tener bajo control el ahorro y la deuda, y es el paso previo a poder avanzar al siguiente nivel, el de la libertad financiera.
La libertad financiera, explicada en detalle, es el momento en el que se es dueño del propio destino gracias a la combinación de ahorro y la generación de ingresos pasivos, es decir, ingresos automáticos y periódicos, como los percibidos en forma de dividendos al tener acciones en propiedad. Para llegar a ese punto se debe construir un sistema de activos financieros que permita tener la distribución de gasto, ahorro e inversión tal que no se dependa de actividades no deseadas para mantener el ritmo de vida definido por cada persona. Llegar a ese punto requiere años de disciplina, y no solo económica, también emocional.
En mi libro ‘Tu llave a la libertad financiera’, publicado en 2018, no sólo hablamos de finanzas, sino también de la psicología de las personas y de las habilidades que se deben desarrollar para una mejor gestión de las finanzas personales.
En la gestión financiera, el primer obstáculo que se debe afrontar es conocerse a uno mismo
Para adquirir un grado aceptable de libertad financiera se pueden tomar dos caminos: un camino es el del ahorro y el otro es el de la consecución de un flujo de dinero constante en el tiempo independiente del salario, lo que recibe el nombre de ingresos pasivos.
Lo ideal es combinar ambas estrategias, construyendo con el tiempo un sistema que genere ingresos automáticos que superen los gastos mensuales, lo que se consigue mediante diferentes formas de inversión o especulación. La especulación —comprar un activo para intentar venderlo a un precio superior—, debe ser un complemento, puesto que solo ofrece ingresos puntuales, a diferencia de la inversión que, limitando los riesgos con distintas estrategias, proporciona flujos entrantes de dinero regulares en el tiempo.
Una de las maneras de agilizar el viaje a la libertad financiera es reduciendo el gasto, viviendo por debajo de las posibilidades. Para ello, el conocimiento de los sesgos cognitivos es fundamental, ya que no interpretamos los eventos de la realidad de forma aislada, sino que se interpretan siempre de acuerdo al contexto. Si se conocen bien las trampas mentales, se puede controlar el consumo con facilidad.
En 'Tu llave a la libertad financiera' hay dos estrategias a seguir en función del nivel de ahorros personales, dedicando mayor esfuerzo al ahorro o la inversión en función del punto en el que nos encontremos.
- La estrategia a seguir si el dinero ahorrado es inferior al equivalente a un tercio del ingreso anual neto es destinar el 20% al ahorro, el 10% a la inversión y el 70% restante a gastos.
- En el caso de tener ya ahorrado más del equivalente a un tercio del ingreso anual neto, hay que destinar un porcentaje mayor a la inversión, un 25% en concreto, ahorrar el 5% y destinar al gasto el 70% de los ingresos.
Algunas pautas que permiten avanzar hacia la libertad financiera son:
- La suma de todas las deudas no debe ser superior al 35 % de los ingresos mensuales.
- Convertir los pasatiempos en negocios.
- Adquirir conocimiento constantemente, en concreto, educarse financieramente.
En un mundo cada vez más envejecido, hacen falta soluciones innovadoras a las nuevas circunstancias, y sumarse al movimiento de la libertad financiera puede ser algo beneficioso a nivel individual y también a nivel colectivo.
Esmeralda Gómez López trabaja en el equipo de Business Intelligence - Market & Business Analytics.