Tres ventajas de ahorrar mediante aportaciones periódicas a fondos de inversión y planes de pensiones
Ahorrar a medio y largo plazo requiere disciplina y una sistemática de cara a conseguir el objetivo trazado, lo que es síntoma de tener una buena salud financiera. Realizar aportaciones periódicas a un vehículo de inversión –como un fondo de inversión o un plan de pensiones– es una de las mejores herramientas para alcanzar las metas del ahorro.
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Ahorrar a largo plazo mediante aportaciones periódicas tiene una serie de ventajas frente a las aportaciones puntuales. En el caso del ahorro para la jubilación, es habitual que los ahorradores concentren sus aportaciones a planes de pensiones puntualmente a final de año, con el objetivo de rebajar la factura fiscal del mes de mayo siguiente. Sin embargo, es preferible repartir ese ahorro invertido a lo largo del año porque presenta algunas ventajas que ayudarán a mejorar nuestra salud financiera.
1. Más disponibilidad
Muchos partícipes de planes de pensiones no realizan aportaciones, porque en el momento de decidirse no disponen del capital necesario. Puede haber imprevistos que impidan en ese momento puntual realizar una aportación, o igual tienen que hacer frente a gastos de mayor cuantía como la educación de los hijos o las compras navideñas. Sucede además que en el día a día hay muchas tentaciones de gasto; obstáculos que se interponen en los objetivos de largo plazo. Por eso es preferible introducir una serie de aportaciones periódicas de menor tamaño, como dinámica de la vida diaria.
2. El esfuerzo es más gradual
La realización de aportaciones periódicas de poca cantidad supone un esfuerzo menor que hacerlas puntualmente. Lo ideal es tratar las aportaciones periódicas, por ejemplo mensuales, como si fuera un gasto recurrente, al igual que se paga el agua, el gas o la luz. De hecho, las aportaciones se pueden programar para realizarlas de manera automática. Se pueden asimismo modificar las aportaciones o suspenderlas temporalmente en caso necesario.
3. El riesgo se reduce
Cuando se realiza una aportación puntual a un vehículo de inversión (por ejemplo, un plan de pensiones o un fondo de inversión) se compran participaciones de ese producto de una sola vez y en un momento determinado de mercado. Ese momento puede ser bueno, porque a partir de ahí el mercado comience a subir, pero puede no ser el mejor, porque el mercado esté cayendo. Al realizar aportaciones periódicas, el riesgo de mercado se reduce, porque se entra en diferentes momentos del ciclo. Por ejemplo, si se realizan 12 aportaciones mensuales en un año, se estará entrando a un precio medio de esas adquisiciones, con lo que se reduce la posibilidad de entrar en un momento inadecuado de mercado.
Las ventajas del capital compuesto
El ahorro periódico y constante en el tiempo se beneficia de las bondades del interés compuesto, con pequeñas aportaciones mensuales. El interés compuesto es el tipo de interés generado por un capital durante una serie de periodos, de manera que esos intereses no se retiran, sino que se reinvierten, lo que aumenta el capital invertido inicialmente. Este efecto se conoce como capitalización.
Por ejemplo, con una aportación periódica de 30 euros al mes y un interés compuesto anual del 3% durante 35 años, se acumularía un capital de 22.302 euros al final del periodo. Si se eleva la aportación mensual a 50 euros, el capital asciende a 37.170 euros; y si asciende a 100 euros, el capital al final de periodo, bajo esa hipótesis de un 3% anual de intereses, sería de 74.341 euros.
Salud financiera, prioridad estratégica de BBVA
Una buena salud financiera personal, familiar o empresarial es clave para poder hacer frente a imprevistos y afrontar los planes de futuro a los que se aspira.
BBVA considera que mejorar el bienestar financiero debe estar al alcance de todos y, por este motivo, ha convertido la salud financiera en una de sus seis prioridades estratégicas. La entidad quiere apoyar a personas y empresas en su camino para alcanzar ese bienestar financiero a través de soluciones personalizadas, motivándolas y empoderándolas para que incrementen su tranquilidad y seguridad.
BBVA entiende la salud financiera como un viaje de cuatro pasos, que empieza con el control del día a día, sigue con el ahorro, continúa con la gestión de la deuda y se completa con la planificación para el futuro. Muchas de las herramientas para acompañar a los clientes en este viaje se ofrecen a través de su aplicación móvil, que reúne el poder de la tecnología, los datos y la experiencia de su equipo humano.
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