Mandar dinero urgente: transferencias OMF u órdenes de movimientos de fondos
Antes de que existieran Bizum y las transferencias inmediatas, la única forma de enviar dinero de forma urgente de una cuenta a otra eran las Órdenes de Movimientos de Fondos o transferencias OMF. Se trata de un servicio que se presta a través del Banco de España y que, en algunas ocasiones, sigue siendo una opción a considerar a pesar de que suele ser más cara.
Transferir o recibir dinero de otras cuentas es una operación financiera frecuente tanto entre particulares como entre empresas. Aunque en esencia todas las transferencias bancarias tienen la misma función (llevar una cantidad de dinero de una cuenta a otra), existe todo un abanico de situaciones y circunstancias alrededor de esa necesidad que ha dado lugar a que existan distintas formas de realizar esta operación. Conocerlas es fundamental para escoger la más adecuada para cada caso.
Cuestiones como la cantidad que deseamos enviar, la urgencia con la que se necesita que ese dinero llegue a otra cuenta, la necesidad de contar con un comprobante de que el dinero ha llegado correctamente e incluso la relación entre los titulares de ambas cuentas son los criterios que hay que tener en cuenta a la hora de elegir una u otra fórmula.
Cada transacción posee unas características que hacen que se adecúe en mayor o menor medida a las necesidades de los clientes.
Características principales de las transferencias OMF
En el caso de las órdenes de movimientos de fondos, popularmente conocidas como transferencias OMF, uno de sus principales atributos es la inmediatez: el dinero llega a su destino, normalmente, en pocos minutos. En este aspecto no se diferencia mucho de una transferencia inmediata o de un bizum, dos opciones mucho más sencillas de realizar y menos costosas que han sustituido a las OMF casi por completo.
Sin embargo, hasta no hace mucho tiempo (noviembre de 2017), las OMF eran la única forma de transferir dinero de forma urgente. En ese momento la banca europea inauguró un sistema de transferencias inmediatas que, con un límite de 15.000 euros por operación, permitía realizar transacciones entre cuentas de distintas entidades en toda la Unión Europea en apenas 10 segundos. Las OMF todavía eran la única opción para transferir cantidades más grandes, pero en 2020 se aumentó el límite: se pasó de los 15.000 euros iniciales a 100.000 euros actuales, lo que contribuyó a que estas operaciones fueran cayendo cada vez más en desuso.
La segunda característica de las órdenes de movimiento de fondos es la que convierte a las OMF en únicas: la transferencia se hace a través del Banco de España. El propio organismo define así en su Portal Cliente Bancario este tipo de órdenes: “Son transferencias realizadas a través de TARGET2-Banco de España, en las que el importe de dinero llega a la cuenta del proveedor de servicios de pago del beneficiario el mismo día en el que se ordena la transferencia”. Se utilizan con frecuencia, explican, para traspasar importes destinados a la cancelación o subrogación de préstamos. TARGET2-Banco de España está operativo desde 2008 y es un sistema de “grandes pagos en euros con liquidación bruta en tiempo real”.
Cómo se hacen y para qué se usan las OMF
Para poder realizar una transferencia OMF ambas entidades, la del emisor y la del beneficiario, deben tener una cuenta en el Banco de España. Las órdenes de movimiento de fondos dan lugar a un cargo en la cuenta de tesorería que una entidad de crédito mantiene en el Banco de España con abono a la cuenta de tesorería de otra entidad.
Las órdenes se procesan en tiempo real y es posible hacer un seguimiento de la operación: “hora de entrada en el sistema (cuando la teclea o envía la entidad ordenante), si ha estado en cola o no, así como el asentamiento en la cuenta de la entidad receptora de la OMF. Todas las OMF, si la entidad tiene fondos en su cuenta, se procesan y liquidan en el día por parte del Banco de España”, señala el banco central español. De esta manera no solo se certifica que el dinero se ha enviado, sino también que su destinatario lo ha recibido.
Aunque las OMF siempre se han usado más entre empresas (para certificar pagos antes de liberar mercancías o envíos), hasta hace algunos años eran más frecuentes entre particulares, que recurrían a ellas en operaciones como la compra de un piso o cuando se deseaba cancelar o subrogar una hipoteca.
En la actualidad, sigue siendo una de las mejores opciones cuando se compra un inmueble que ya está hipotecado y, en lugar cambiar la titularidad de ese préstamo, se decide solicitar una nueva hipoteca con otra entidad. En este caso, el banco del vendedor de la vivienda deberá emitir un certificado de saldo, que recoja los intereses vencidos y no pagados, y el comprador deberá cancelar esa deuda. Para hacerlo, puede optar por un cheque ante notario, una transferencia urgente o una transferencia OMF.
Este tipo de transferencias se pueden ordenar desde la oficina, además de en las webs de las entidades bancarias, donde también suelen estar disponibles para algunos colectivos. En el caso concreto de BBVA, los autónomos que tengan habilitada la pestaña de cobros y pagos, pueden realizar transferencias OMF desde la web.