Todos los secretos ocultos de los billetes de Colombia
La nueva familia de billetes, que empezó a circular por el país en 2016, rinde homenaje a mujeres y hombres destacados en la cultura, la ciencia y la política nacional y cuenta con elementos de seguridad de última tecnología y de sencilla identificación para el público. Aun así, las autoridades recomiendan aprender a reconocer las posibles falsificaciones.
Los billetes y monedas en Colombia son parte de la evolución económica y cultural del país. Desde que el Banco de la República (Banrep) centralizó la fabricación del dinero en circulación, en 1923, se han emitido diferentes denominaciones, con diseños y dispositivos de seguridad diversos.
Desde entonces, por las manos de los colombianos han pasado seis familias distintas de billetes, las cuales han sido impresas, a lo largo de estos años, en varias partes del mundo: Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Italia e incluso México. Hoy, su fabricación es 100% nacional.
“Los billetes son parte de nuestra historia”, afirma Sergio Ferreira, experto numismático y actual director de UNAB Dual (Universidad Autónoma de Bucaramanga). En ellos se han destacado personajes como Antonio Nariño, Rafael Núñez, Jorge Eliécer Gaitán, José de Caldas, Policarpa Salavarrieta y Luis Carlos Galán Sarmiento, entre otros. Sin olvidar a Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander que habían repetido en todas las familias, pero no en esta última que empezó a lanzarse en 2016.
Ahora, se rinde homenaje al expresidente Carlos Lleras Restrepo ($100 mil pesos), al nobel de literatura Gabriel García Márquez ($50 mil pesos), al expresidente Alfonso López Michelsen($20 mil pesos), a la antropóloga Virginia Gutiérrez ($10 mil pesos), al poeta José Asunción Silva ($5 mil pesos), y a la artista Débora Arango ($2 pesos). Con esta nueva familia, además de renovar los billetes (que tenían en promedio 18 años en circulación), era fortalecer su seguridad y facilitar su verificación por parte de los ciudadanos y su autenticación en los equipos de procesamiento de efectivo.
Entre los elementos de resguardo que comparten están la tintas e hilos de seguridad de colores intensos con efectos de cambio de color y movimiento, la marca de agua, elementos táctiles (impresión en alto relieve) y diferenciación de tamaños por denominación.
Adicionalmente, la nueva familia también exalta el concepto de biodiversidad, con emblemáticos paisajes colombianos y elementos de la naturaleza, propios del país.
Elementos más seguros
La marca de agua de los billetes colombianos corresponde a una imagen, en el anverso, del rostro del personaje principal del billete. “Es una imagen que podemos verificar al levantar el billete al trasluz”, explica Bibiana Gordillo Díaz, jefa de sección Estudio de Especies Monetarias en el Banrep.
Dicha marca de agua se logra a las diferentes densidades de las fibras del papel. “En el anverso también encontramos la imagen que cambia de color y presenta efecto de movimiento en las denominaciones de $100 mil pesos, $50 mil pesos y $20 mil pesos. Es una imagen que cambia de color de verde azul y en simultáneo presenta efecto de movimiento”, destaca la experta del Banrep.
En las denominaciones de $10 mil, $5 mil y $2 mil pesos de igual forma hay una imagen que cambia de color, pero esta pasa de cobre a verde.
En el reverso de los seis billetes de esta familia se aprecia una cinta de seguridad (acompañada con la silueta del caracol burgao), otro de los dispositivos que da certidumbre al usuario para comprobar la autenticidad. La cinta está colocada de forma vertical y atraviesa de borde a borde, pero sobresalen tres segmentos que tienen un color característico dependiendo de cada uno de ellos.
“Para las tres denominaciones $100 $50 y $20 mil pesos presentan un cambio parcial de color y en las denominaciones de $10, $5 y $2 pesos el cambio de color es total”, destaca Gordillo Díaz.
Así mismo, en las seis denominaciones en esta cinta de seguridad, al levantar el billete, los ciudadanos pueden verificar las iniciales del Banco de la República: BRC.
¿Cuáles son los billetes que más se falsifican?
Según el Banco de la República, los delincuentes eligen, por lo general, épocas en las que se registran grandes compras. Normalmente, escogen las siguientes denominaciones para falsificar:
- 2.000 pesos
- 5.000 pesos
- 20.000 pesos
- 50.000 pesos
No obstante, es importante precisar que cualquier billete de diferente denominación puede ser falsificado, y más con las diferentes estrategias que utilizan hoy las organizaciones dedicadas a estas prácticas.
Cómo detectar un billete falso
La máxima entidad bancaria de Colombia recomienda estas cinco claves para reconocer la autenticidad de los billetes colombianos:
- Mire: observe las imágenes y colores del billete.
- Toque: perciba al tacto el alto relieve en algunas imágenes y textos.
- Levante: ponga el billete al trasluz y descubra imágenes.
- Gire: observe efectos de cambio de color y movimiento al girar el billete.
- Compruebe: observe la fluorescencia utilizando lámparas de luz ultravioleta y verifique los micro textos utilizando una lupa.
Los secretos en el diseño
“Si algo caracteriza a esta familia es la belleza y los detalles que tienen en su diseño”, comenta Ferreira, de UNAB Dual. Por ejemplo, en el billete de $100 mil pesos, se presenta una imagen de la flor del sietecueros ubicada al lado izquierdo. Además de ser un elemento de seguridad (que cambia de color de verde a azul y, simultáneamente, el círculo verde intenso, dentro de la flor, presenta movimiento), dicha planta es reconocida por su capacidad para adaptarse a diferentes condiciones climáticas y terrenos.
En esta misma denominación (por el reverso) se aprecia un dibujo que representa el Valle de Cocora en Salento, Quindío, y sobresale una palma de cera, árbol nacional, y en el tronco un recolector. Por encima de la imagen del pájaro barranquero (tropical de gran belleza) destaca el poema Luis Vidales:
“A la palma del Quindío
le conté mi sueño un día,
era la palma, era,
era la palma de cera,
la palmera,
la palma del sueño mío.
Cohete que sube al cielo
y estalla en el estrellío
Y cuando pasan los vientos
la palma se vuelve al río…
Oíd el río del aire
El río…, la palma del niño mío.
Aquí la palpo guardada
Aquí en el pecho,
al lado izquierdo del alma
en donde llevo el Quindío”.
“El billete de $50 mil pesos es un homenaje a la literatura colombiana”, indica Ferreira. En el anverso de este sobresale la imagen de Gabriel García Márquez (Gabo), premio Nobel de Literatura en 1982, la de un colibrí picando una flor y la de un caracol burgao.
En el reverso del billete de $50 mil pesos se observa una representación de Ciudad Perdida, un antiguo centro político, religioso y económico de la cultura Tayrona. Esta ciudad se encuentra ubicada en la Sierra Nevada de Santa Marta, a una altitud que oscila entre los 950 y 1.300 metros sobre el nivel del mar. En el billete también se aprecia a dos indígenas de esa región.
De lado derecho del mismo billete se lee un fragmento de La soledad de América Latina, el discurso con el que Gabo aceptó el Premio Nobel: “Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”.
“En todos los billetes se hace una referencia a nuestra cultura”, indica Ferreira, experto en numismática. Algo que hace única a esta nueva serie es la presencia femenina. Es la familia con el mayor número de mujeres. En el de $10 mil pesos se homenajea a la antropóloga Virginia Gutiérrez, y se cita en el reverso una frase de uno de sus libros más representativos (Familia y cultura en Colombia):” Madres solteras de todos los sitios colombianos. Co-esposas que comparten el pan y el marido transeúnte. Mujeres que viven el periódico abandono de su hombre, (..) Madres que conciben, gestan y paren en tugurios, (...) Madres todas que ganan el pan, que lo multiplican en la boca de sus hijos hambreados y lo mezquinan en la propia (...) para vosotras, mi trabajo y mi fe sin límites”.
El billete de $2 mil pesos se dedica a la artista y acuarelista Débora Arango Pérez. En la parte posterior, en el lado superior derecha, está impreso un fragmento de una entrevista realizada a Arango, que ha sido tomado del libro Débora en plural: “Repito: no espero que todos estén de acuerdo conmigo, pero yo tengo la convicción de que el arte, como manifestación de cultura, nada tiene que ver con los códigos de moral, el arte no es amoral, sencillamente su órbita no interpreta ningún postulado ético”.
Una característica notable, compartida por los seis billetes, es la representación de los recursos naturales. Y aunado a ello a medida que aumenta la denominación, también aumenta su tamaño, desde el billete de $2 mil pesos, el más pequeño, hasta el de $100 mil, el más grande.