‘Smart shopper’: cómo convertirnos en compradores inteligentes
Responsabilidad y sentido común son los dos rasgos que caracterizan a un comprador inteligente. Los consumidores que analizan los precios, comprueban la calidad y no compran de manera impulsiva evitan sorpresas desagradables para sus finanzas.
Optimizar el dinero es una de las claves para llevar una vida sostenible. No gastar por encima de las posibilidades, no derrochar, no acumular y, sobre todo, tirar lo menos posible.
Gran parte del presupuesto de una persona o de una familia se destina a los gastos fijos (hipoteca o alquiler, suministros como la luz o el gas…), y a algunos de los variables (alimentación y transporte, por ejemplo). Para el resto (vacaciones, moda, tecnología, electrodomésticos o mejoras en la casa, entre otros) es necesario usar la cabeza, tratar de ahorrar, buscar, comparar… convertirse en lo que se llama un ‘smart shopper’, un comprador inteligente.
Según el “Estudio Europeo sobre Problemas Psicológicos y Sociales relacionados con la falta de autocontrol en la compra y el gasto, la adicción al consumo y el sobreendeudamiento”, el 3% de los adultos y el 8% de los jóvenes tienen un nivel de adicción a la compra que puede considerarse patológico.
Distintos estudios destacan las principales causas de esta adicción:
- Preexistencia de un tipo de personalidad característico que tiende a querer satisfacer sus caprichos al momento.
- La insatisfacción personal y la falta de alicientes o estímulos vitales distintos del consumo.
- Un alto grado de credulidad, falta de actitud crítica y vulnerabilidad hacia los mensajes publicitarios.
- La mayor aceptación de cierto tipo de valores e ideas consumistas como la creencia de que el prestigio personal, el estatus y la consideración social dependen de las cosas que se pueden comprar.
Hay algunos comportamientos que permiten identificar a un consumidor es ‘smart’: son personas que saben cómo moverse por la red, comprar en los sitios más baratos y aprovechar las ofertas. Promueven el ahorro, pero sin dejar de lado la calidad de los productos que compran. Otra de sus características es que compran de manera sostenible, lo hacen de manera segura a través de internet y saben aprovechar al máximo los descuentos de jornadas como 'Black Friday' o 'Cyber Monday'.
El perfil del consumidor inteligente
Luis Manuel Cerdá, profesor de marketing y experto en neuromarketing de la Universidad Internacional de La Rioja, destaca algunos rasgos que definen a un ‘smart shopper’:
- Es consciente de su empoderamiento como consumidor; pero, también, de sus obligaciones: antepone la libre elección a la presión de la publicidad o la moda; sabe lo que realmente necesita y evita caer en la tentación de comprar lo que no va a usar.
- Está informado sobre las cualidades de los productos, le gusta comparar y busca siempre la mejor opción de las disponibles.
- Es crítico con las ofertas comerciales; reconoce las cosas de valor y se pregunta por las condiciones sociales y ecológicas con las que ha sido elaborado un producto o servicio.
- Es ético y solidario; se centra en valores como la responsabilidad, el respeto de los derechos de los empleadores y el entorno, y prefiere productos artesanales o de proveedores socialmente responsables, con procesos de producción limpios. Al mismo tiempo, tiene en cuenta el bienestar de las generaciones futuras.
- Es sostenible y ecológico, al prevenir el derroche de los recursos naturales y buscar el respeto al medio ambiente.
- Es saludable, ya que hace uso de un estilo de vida equilibrado y favorece la compra de productos de calidad y respetuosos con el entorno.
Asimismo, Cerdá sostiene que “no es difícil tomar decisiones de consumo responsable” y pone como ejemplo “reciclar y minimizar el uso de desperdicios; no comprar más de lo que realmente se necesita; mirar las etiquetas de los productos para saber su origen y composición; reducir el uso de energía en el hogar; apostar por el comercio local y el ecodiseño con productos elaborados con materiales reciclables…”.
También se es un consumidor responsable “controlando electrodomésticos y dispositivos inteligentes, apagando las luces cuando no se está en una habitación o haciendo uso de bombillas LED o materiales aislantes”, explica Cerdá. En definitiva, se trata de optar por productos de empresas transparentes en sus procesos y que integren la sostenibilidad en su visión del negocio, pensando que la compra inteligente ya no se basa en la relación calidad-precio sino, más bien, en la adecuada combinación de calidad, precio y sostenibilidad.
El experto en neuromarketing afirma que “más allá de realizar acciones aisladas, el consumidor inteligente y responsable entiende el consumo como una filosofía de vida y una actitud comprometida con esta”. Es decir, se trata de un consumidor que busca provocar el menor impacto negativo posible sobre el medioambiente y la sociedad en su conjunto.
“No busca solamente consumir menos, sino hacerlo mejor: por ejemplo, priorizando opciones de compra y consumo atemporales, duraderas y buscando arreglar objetos cuando dejen de funcionar, en vez de comprar otros. Al final se trata de dar más valor a las cosas que se poseen y consumen. En este sentido, ser consumidores conscientes lleva, pongamos por caso, a reconocer la cantidad de residuos innecesarios que se generan o la necesidad de reutilizar bolsas o envases o evitar plásticos de un solo uso (como las pajitas, las tazas o los vasos desechables o para llevar)”, concluye.