¿Significan lo mismo la contabilidad y las finanzas?
La economía de las familias, las empresas y los estados funciona en gran medida gracias a la contabilidad y a las finanzas. Estos dos conceptos clásicos, y vinculados entre sí, permiten controlar ingresos y gastos y gestionar inversiones y ahorro. La contabilidad registra datos y permite una visión general de la situación de una empresa, las finanzas buscan hacer predicciones y facilitar la toma de decisiones minimizando futuros riesgos.
La contabilidad es la parte de las finanzas que se dedica a estudiar las distintas partidas que aparecen en los movimientos económicos de compañías y pymes, y también de una familia o una persona. Es una herramienta que permite estudiar, analizar y medir el patrimonio de una empresa a partir de sus activos y deudas (también conocidas como pasivos).
El de finanzas es un concepto más amplio. La palabra proviene del francés ‘finance’, y según la definición de la RAE, es la “obligación que alguien asume para responder de la obligación de otra persona.” Su objetivo es gestionar y optimizar los flujos de dinero relacionados con las inversiones, la financiación y la entrada y salida de dinero.
Contabilidad y finanzas están íntimamente relacionadas
Los expertos aseguran que las dos disciplinas se retroalimentan. Para Leandro Cañibano Calvo, profesor emérito de la Universidad Complutense de Madrid, “la contabilidad es una ciencia de naturaleza económica y financiera que tiene por objeto producir información para hacer posible el conocimiento pasado, presente y futuro de la realidad económica en términos cuantitativos. Su fin es facilitar la adopción de las decisiones financieras externas y las de planificación y control internas”.
En realidad, las finanzas parten de la propia contabilidad. Para Carles Nácher, cofundador y responsable del comparador de productos bancarios Busconómico, la contabilidad actualizada, es decir, llevada al día, contribuye a tomar decisiones inmediatas, no solo por conocer en todo momento el ‘cash flow’ de la empresa, sino que ayuda a tomar decisiones de inversión, reinversión e incluso al revés, es decir, a frenar gasto. “Decía Napoleón que la información es poder, con buena información se toman buenas decisiones. Con información precaria o superficial se toman malas decisiones, sin duda, tanto en ámbito empresarial como en el familiar”, afirma Nácher.
¿Cuáles son las diferencias entre finanzas y contabilidad?
Aunque buena parte del público general utiliza finanzas y contabilidad como sinónimos, lo cierto es que existen algunas diferencias básicas entre ambos términos:
- El alcance de ambos conceptos. Una empresa, por ejemplo, recurre a la contabilidad para registrar las transacciones financieras diarias, mientras que las finanzas se refieren a la gestión e inversión del dinero en los negocios de forma adecuada.
- La contabilidad trata de ofrecer una imagen fiel sobre el patrimonio neto en función de los activos y pasivos, y las finanzas, sobre la gestión del efectivo.
- La contabilidad es información objetiva, que parte de las transacciones de la empresa y la valoración de sus activos. Las finanzas utilizan además información subjetiva, ya que su utilidad va más allá y nos ayudan a tomar decisiones estratégicas para la familia y la empresa.
- El propósito de la contabilidad es comunicar la salud de la situación financiera de un agente económico en un momento determinado. Las finanzas, en cambio, pretenden encontrar formas para mejorar la posición financiera.
¿Qué tipos de contabilidad existen?
- Contabilidad financiera. También conocida como contabilidad externa, es la contabilidad propiamente dicha. Se encarga de ofrecer información a todos los interesados en conocer la situación patrimonial de una empresa: los responsables de la empresa, a los inversores, a las entidades financieras y a la administración pública para tomar decisiones.
- Contabilidad de costes. Es la contabilidad interna, contabilidad de gestión o contabilidad analítica. Esta disciplina ofrece toda la información interna imprescindible para controlar el funcionamiento de la compañía y mejorar sus resultados a través de los análisis y previsiones. En realidad, la contabilidad de gestión parte de la contabilidad financiera, ya que se utilizan los ingresos y costes de la actividad para realizar los análisis internos.
Aunque la contabilidad es un concepto puramente empresarial, también se utiliza en el ámbito de las familias. Para Nácher, la contabilidad, entendida como un registro simple de cuentas, es perfectamente aplicable para una familia. Sin embargo, no recomienda llevar una contabilidad tan exhaustiva como la de una empresa. “Las familias no necesitan tanto nivel de detalle ni necesitan rendir cuentas ante Hacienda. De hecho, sería muy complicado y caro”, afirma.
¿Qué tipos de finanzas existen?
En el caso de las finanzas, y al igual que ocurre con la contabilidad, también existen diferentes tipos:
Finanzas públicas: Estudian y gestionan las operaciones vinculadas con las decisiones de los gobiernos, aquellas que definen el gasto público. Su principal objetivo es influir sobre las variables como el paro, la inflación o el déficit o superávit presupuestario. Además, buscan maximizar el bienestar de los ciudadanos mediante políticas fiscales (aumento y reducción de impuestos) y gasto público.
Finanzas personales: Son las que se atribuyen a una persona o familia. En este caso, el objetivo es optimizar la gestión de ingresos y gastos para evitar no atender sus obligaciones financieras y maximizar el ahorro. Para ello, las familias pueden endeudarse, reducir gastos o aumentar ingresos.
Finanzas empresariales: Se aplican en el seno de una empresa. El objetivo de este tipo de finanzas es maximizar el valor de la empresa, que redunde en mayor valor para los accionistas, que al fin y al cabo son los mayores interesados en la buena marcha de la sociedad.
Orígenes de la contabilidad
El nacimiento de la contabilidad, tal y como hoy la conocemos, se remonta al final del siglo XV, cuando el fraile Luca Pacioli publica en Venecia su famosa obra ‘Summa de arithmetica’, un compendio sobre las matemáticas del Renacimiento que incluye un capítulo sobre los negocios donde se expone un método contable. Aunque a Pacioli se le conoce desde entonces como el ‘padre de la contabilidad’, lo cierto es que su aportación se limitó a recopilar cómo los comerciantes del norte de Italia hacían sus balances económicos y qué herramientas utilizaban.
En aquel momento se introdujo la partida doble, la identidad contable por excelencia, que básicamente consiste en realizar una doble anotación, una en el apartado ‘debe’ y otra en el ‘haber’ que, además, tienen que sumar cero entre las dos (es decir, debe haber el mismo importe en el debe que en el haber). Tal ha sido su éxito que esta fórmula se ha mantenido prácticamente sin cambios desde hace más de 500 años, siendo el método contable más utilizado hoy en día.
Por su parte, las finanzas han jugado un papel fundamental en el desarrollo de la sociedad a lo largo de los últimos 5.000 años. Están presente en todas las épocas de la historia, desde la configuración de las primeras ciudades, el surgimiento de los imperios clásicos, la exploración del mundo y la industrialización. Hoy las finanzas estudian las decisiones de inversión, gasto y ahorro que realizan los gobiernos, las empresas o las familias y mejoran el control de los gastos y los ingresos.