Rebajas de invierno: cómo evitar las compras impulsivas y gastar mejor
Llega el 7 de enero y con él las rebajas de invierno, pero también la temida cuesta de enero. A pesar de que las familias habrán gastado ya estas Navidades buena parte de su presupuesto en regalos y celebraciones, resistirse a las ofertas es casi imposible porque nuestro cerebro se deja engañar muy fácilmente cuando se trata de gastar. La Economía del Comportamiento nos da algunos trucos para evitar las compras impulsivas y empezar el año cuidando nuestra salud financiera.
“En general, las personas pensamos que somos muy racionales a la hora de evaluar los precios, que es la variable que entra en juego en rebajas, pero no es así. Nos guiamos por percepciones y por emociones más que por el conocimiento y el pensamiento deliberado”, afirma Nuria Pesquera, responsable global de Behavioral Economics en BBVA.
A esa emocionalidad que comenta Pesquera se añade cuando llegan las rebajas un cierto sentido de urgencia ante el miedo a desaprovechar una oferta única. “En este entorno de urgencia nuestros sesgos nos juegan malas pasadas. Nuestro cerebro es más inteligente a cámara lenta, y las rebajas nos hacen tomar decisiones muy rápidas ¿Y si quedan pocas unidades? ¿Y si mañana quitan la oferta?”.
Para combatir esos sesgos que menciona la responsable de Behavioral Economics de BBVA, el primer paso es tomar conciencia de que existen. Los sesgos están en nuestro cerebro, en nuestra forma de pensar, los necesitamos para decidir rápidamente, y de ellos depende en algunas ocasiones nuestra supervivencia. Por ese motivo es tan difícil resistirse a las rebajas.
Cinco sesgos a tener en cuenta en rebajas
Estos son, en opinión de Nuria Pesquera, los cinco sesgos a los que hay que estar especialmente atentos durante las rebajas:
- Anclaje: Cuando algo se anuncia un 40% más barato o con el precio anterior tachado, tendemos a pensar que es una buena oferta sin pararnos a comprobar el precio anterior. Nuestro cerebro tiende a utilizar la primera información que recibe (el descuento) como punto de partida para decidir. Ese anclaje a menudo lleva a ignorar la información verdaderamente relevante (el precio) a la hora de comprar algo.
- Sesgo de la escasez: Cuando un comercio alega una cantidad limitada o un máximo de artículos por cliente. Nos hace pensar que estamos adquiriendo algo exclusivo y valioso.
- Asociado al anterior, se produce la aversión a la pérdida, que nos hace ser más proclives a comprar algo en un periodo como las rebajas por un sentimiento de perder una oportunidad si no lo hacemos.
- Falacia del coste hundido: A las personas nos cuesta abandonar esfuerzos poco rentables. Si ya hemos hecho la inversión de levantarnos temprano e ir al centro comercial, esperar la cola o navegar durante un tiempo por una web, nos sentiremos inclinadas a no volver con las manos vacías o a comprar más de lo que habíamos proyectado.
- El poder del gratis: a menudo nos sentimos tan cautivados por lo gratuito que aumentamos nuestras compras para conseguir algo gratis: el envío a partir de una determinada cantidad, o un producto de regalo si adquirimos otros dos.
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Trucos para evitar compras impulsivas
Una vez que conocemos al ‘enemigo’, hay una serie de mecanismos que podemos poner en práctica para evitar compras impulsivas e innecesarias, explica Nuria Pesquera.
“Si un artículo nos interesa, podemos mirarlo antes de comenzar las rebajas para tener una referencia de su precio, así como compararlo con artículos similares. De esta manera, sortearemos el sesgo del anclaje”, afirma la responsable de Behavioral Economics de BBVA.
También es recomendable, en su opinión, escribir una lista y comprar exclusivamente lo que esté en ella. O hacer presupuestos, definiendo de antemano cuánto nos vamos a gastar como máximo en rebajas. “Reducimos así la influencia de los sesgos de la urgencia o la aversión a la pérdida”, señala.
Una de las mejores formas de hacer presupuestos y planificar con antelación es usar las diferentes ‘apps’ para compartir y gestionar gastos que existen en el mercado. “La aplicación móvil de BBVA permite, por ejemplo, fijar qué cantidad vamos a dedicar a las rebajas e incluso definir categorías en función de a qué queremos destinar ese dinero: moda, decoración, electrónica…Podemos ir viendo en tiempo real cuánto estamos gastando en esa categoría, y saber así si nos queda presupuesto o si estamos dedicando más de lo que habíamos previsto”, explica Nuria Pesquera.
¿Cómo descargar la 'app' de BBVA?
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Esto es especialmente útil en un momento en el que las compras online o con tarjeta superan las que hacemos con efectivo. “Es como si saliéramos a comprar con un billete de 20, 50 o 100 euros —explica Pesquera—. A medida que vamos pagando, vamos viendo cuánto nos queda y así evitamos tomar decisiones precipitadas en ese momento donde todo se produce demasiado rápido y con poco análisis”.