Qué son las rentas recurrentes y qué vías existen para generar ingresos periódicos
Los ingresos recurrentes son las rentas que obtiene una persona de forma constante y periódica, tanto si se generan gracias al ejercicio de una actividad laboral como por otras vías. Permiten acceder a financiación en mejores condiciones y a planificar el futuro económico, lo que contribuye a mejorar la salud financiera.
Cada familia —o empresa— gestiona sus balances económicos de acuerdo con sus necesidades e intereses. Las decisiones sobre cómo elaborar un presupuesto familiar o la forma en la que se pagan las facturas, por ejemplo, dependen de las capacidades y preferencias de cada uno. Pero la cuestión más determinante en todos los casos es, sin duda, cómo se obtienen los ingresos, y más concretamente, cómo se generan los ingresos recurrentes.
Tipos de ingresos recurrentes
Los ingresos recurrentes, como su propio nombre indica, se caracterizan porque son estables en el tiempo, se repiten de forma periódica y existe una razonable certeza de que se van a seguir recibiendo en el futuro. Se pueden clasificar en activos y pasivos, dependiendo de la forma en la que se obtienen.
- Ingresos recurrentes pasivos: También llamados ingresos residuales, son aquellos recursos económicos que se generan con mínima intervención, poco esfuerzo y de forma periódica. Es el caso de las rentas obtenidas por el alquiler de una vivienda, los dividendos de acciones en bolsa o los ingresos derivados de la publicación de un libro, por ejemplo. Se trata de un tipo de ingresos muy deseable, ya que permite disfrutar de unas rentas sin necesidad de dedicar tiempo para su generación. Pero, al mismo tiempo, son los más difíciles de obtener, porque requieren tener cierto patrimonio o habilidades previas.
- Ingresos recurrentes activos: Son los ingresos obtenidos por la venta de un bien o un servicio en el mercado. Normalmente, se generan gracias al trabajo asalariado o por cuenta propia, y se llaman activos porque exigen tiempo y el esfuerzo de la persona interesada. Es la forma más habitual de obtener ingresos recurrentes.
Ingresos recurrentes activos o pasivos, ¿qué es mejor?
En realidad, no existe una fuente de ingresos recurrentes mejor que otra. De hecho, incluso se pueden complementar. Lo importante es que sean ingresos estables en el tiempo y que haya una probabilidad elevada de que se vuelvan a producir en el futuro.
Para Olivia Feldman, economista y cofundadora de HelpMyCash, es conveniente combinar una fuente de ingresos activos con ingresos pasivos que complementen la renta. “Así, no solo podrás vivir más tranquilo, sino que podrás acceder a financiación en mejores condiciones, ya que, para los bancos, tendrás un perfil financiero mucho más solvente”, afirma.
Por qué son tan importantes los ingresos recurrentes
Los ingresos recurrentes son a los que más valor conceden los analistas financieros, ya que son los que más calidad tienen y los más estables.
- Facilitan la planificación financiera de una familia: Dado que este tipo de ingresos son predecibles y es muy probable que continúen en el tiempo, permiten planificar mejor el futuro, especialmente a la hora de tomar decisiones como la compra de una vivienda u otros activos de elevado precio.
- Permiten acceder a financiación en mejores condiciones: Los ingresos recurrentes mejoran la solvencia de las unidades familiares. Esto hace que mejore también su calidad crediticia y, en consecuencia, las condiciones en las que se puede acceder a financiación. De hecho, en ocasiones, son el factor más relevante a la hora de conceder un préstamo o una hipoteca.
- Son una protección contra crisis económicas y eventualidades: Un despido, una lesión o enfermedad de larga duración y otras circunstancias adversas pueden suceder en cualquier momento y poner en riesgo las finanzas personales. Los ingresos recurrentes facilitan la creación de un colchón para imprevistos, lo que mejora la solvencia de las familias y mejora su resiliencia en tiempos de crisis.
- Cotización para eventualidades futuras: Al trabajar y obtener una nómina mensual, los trabajadores están cotizando a la Seguridad Social para su futura jubilación y frente a otras circunstancias, como el desempleo, una baja laboral o en caso de tener un hijo. Se trata de un mecanismo de protección social que tiene como objetivo reducir las desigualdades sociales y eliminar la pobreza. El derecho a la seguridad social forma parte del mandato de la OIT desde su creación en 1919. En España, todos los trabajadores están obligados a cotizar todos los meses a la Seguridad Social cuando ejercen una actividad por cuenta propia según su salario, lo que les da derecho a una serie de coberturas, fundamentalmente la jubilación y el desempleo. En América Latina, sin embargo, tan solo el 56,3% de la población está cubierta por al menos una prestación monetaria, según el informe 'Panorama de la protección social en América Latina y el Caribe: Avances y retrocesos ante la pandemia', elaborado por la OIT.
¿Es obligatorio declarar los ingresos recurrentes?
Todos los ingresos recurrentes obtenidos a lo largo de un ejercicio fiscal se consideran como rentas, ya sean fruto del trabajo asalariado, de un negocio o las obtenidas de una inversión. Por tanto, deben ser declarados en el impuesto sobre la renta del país donde el contribuyente las haya generado.
En España, la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), diferencia entre rentas del trabajo y rentas del ahorro. Entre las primeras se incluyen los ingresos obtenidos como asalariado o autónomo, mientras que en las segundas se encuentran las rentas generadas por el patrimonio del contribuyente, como el alquiler de una vivienda o los dividendos de acciones.
Del mismo modo, en América Latina, la OCDE clasifica los ingresos a declarar por los contribuyentes entre renta y utilidades y ganancias del capital, con los mismos criterios que en el caso español para la determinación de sus respectivas bases imponibles.
Con el fin de prevenir el fraude fiscal, los diferentes ordenamientos jurídicos de los países obligan a las entidades financieras a comunicar a sus respectivas haciendas públicas las operaciones de pagos y transferencias en efectivo, entre los cuales se incluyen los ingresos recurrentes.
En España, el artículo 93 de la Ley General Tributaria obliga a las entidades bancarias a notificar ante Hacienda los ingresos recurrentes obtenidos por todos los contribuyentes, independientemente de su cuantía y de cuándo se produzcan. Es decir, si una persona recibe todos los meses 1.000 € en su cuenta bancaria, la entidad deberá notificar ante la Agencia Tributaria española este movimiento de efectivo.
En América Latina, los 15 países firmantes de la Declaración de Punta del Este (entre los que se encuentran Argentina, Colombia, México y Perú) llegaron en 2018 a una serie de acuerdos para hacer frente a la evasión fiscal entre los que se incluye la obligatoriedad de las entidades a informar de los ingresos recurrentes obtenidos por cualquier persona.
En definitiva, los ingresos recurrentes son una de las formas más deseables de obtener rentas. Gracias a su estabilidad, permiten mejorar la salud financiera de cualquier familia, su solvencia y su capacidad ante dificultades económicas adversas en el futuro.