Qué es una tarjeta prepago y cómo solicitarla
Las tarjetas prepago, o monedero, son una alternativa popular a las de crédito y débito. A diferencia de las anteriores, no requieren vinculación a una cuenta bancaria y solo permiten gastar el dinero previamente cargado. Se pueden usar tanto en tiendas físicas como online, y son útiles para tener un mayor control sobre nuestros gastos o para evitar endeudarnos.
Con el avance de la digitalización en el ámbito financiero y la creciente demanda de soluciones accesibles para gestionar el dinero, las tarjetas prepago han experimentado un notable crecimiento en popularidad durante los últimos años.
Según un informe de The Brainy Insights, el mercado global de tarjetas prepago alcanzó un valor de 2,12 mil millones de dólares en 2022, y se prevé que crezca hasta los 6,41 mil millones para 2032. En América Latina, según el informe de Perspectivas del Mercado de Tarjetas Prepago en América Latina, los datos reflejan una tendencia también positiva, ya que se prevé que el mercado pueda llegar a alcanzar un valor de 3,23 mil millones de dólares en el ejercicio 2024.
Este crecimiento refleja una tendencia clara: los consumidores optan cada vez más por aquellas soluciones financieras que les ofrezcan mayor control, flexibilidad y seguridad en sus transacciones.
¿Conoces las tarjetas prepago BBVA?
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Ventajas de las tarjetas prepago
- Facilidad de obtención. La mayoría de las tarjetas prepago no requieren de un análisis previo para su concesión, lo que las hace accesibles a un mayor número de consumidores.
- Uso universal. Estas tarjetas son aceptadas en la mayoría de los comercios físicos y plataformas de comercio electrónico.
- Seguridad. Al no estar vinculadas a cuentas bancarias personales, estas ofrecen una capa adicional de seguridad. En caso de pérdida o robo, el riesgo de perder o que nos roben todos los fondos es menor, ya que, de suceder, solo podría gastarse el saldo precargado. Además, en el caso de BBVA, se pueden recibir alertas con cada movimiento y se pueden encender y apagar las tarjetas cuando sea necesario.
- Mayor control de gasto. Al tener solo disponible el saldo cargado previamente, es más fácil evitar el endeudamiento y llevar un control mucho más exhaustivo de las compras que realizamos. También resulta útil como herramienta educativa para menores, ya que les permite aprender a gestionar su dinero de bolsillo de forma responsable y y autónoma, pero supervisados por sus padres, que. únicamente tienen que ocuparse de cargar “la paga” semanal o mensual.
- Gestión a través de ‘apps’. Aunque existen tarjetas prepago en formato físico, la mayoría son digitales y se gestionan a través de aplicaciones móviles que permiten monitorizar los gastos en tiempo real, realizar las recargas de manera más ágil y obtener información detallada del uso.
- Requisitos para solicitarlas. No es necesario adjuntar un historial crediticio para poder obtenerlas, lo que las convierte en una opción accesible para quienes no tienen acceso a líneas de crédito. Por ejemplo, en BBVA se puede solicitar una Tarjeta Virtual Prepago directamente desde su app o web, sin necesidad de tener una cuenta en el banco.
A pesar de todas estas ventajas, la principal limitación de este tipo de tarjetas es que algunas pueden aplicar cargos o comisiones al usarlas en el extranjero, o, en ciertos casos, al recargarlas, utilizarlas o retirar efectivo en algunos cajeros automáticos, algo que también ocurre con otros tipos de tarjetas.
Cuánto cuesta una tarjeta prepago
La oferta de este tipo de tarjetas en el mercado no es tan amplia como la de otras tarjetas bancarias. Es posible encontrar opciones que son más beneficiosas que otras: existen tarjetas prepagos gratuitas, mientras que otras tienen un coste mensual o anual por uso. De la misma forma que existen ciertas contrataciones que incluyen varias tarjetas que se pueden recargar, con límites de retiradas e incluso comisiones extra.
¿Cómo solicitar una tarjeta prepago?
Solicitar una tarjeta prepago es un proceso sencillo que se puede realizar en unos pocos pasos, aunque es importante elegir el tipo adecuado y entender las opciones disponibles para que se ajuste bien a nuestras necesidades. En primer lugar, es recomendable decidir si deseas una tarjeta física o virtual; cada opción tiene ventajas específicas según el uso que le vayas a dar. A continuación, los siguientes pasos para completar el trámite serían:
- Seleccionar un proveedor, que puede ser un banco, institución financiera o empresa especializada en estos servicios. Muchos proveedores permiten realizar todo el proceso online, simplificando el trámite.
- Completar el formulario de solicitud, proporcionando datos básicos como nombre, dirección, número de identificación y, en algunos casos, información financiera.
- Leer detenidamente los términos y condiciones asociados, para asegurar que la tarjeta se ajusta a lo que se busca.
- Enviar la solicitud para su evaluación por parte del proveedor. Este proceso suele ser rápido e, incluso, instantáneo en algunos casos, como con las tarjetas virtuales.
- Realizar el cargo inicial de la tarjeta mediante transferencias bancarias, depósitos en efectivo o Bizum, según las opciones disponibles.
Me han bloqueado la tarjeta prepago
Normalmente, si la entidad financiera detecta alguna actividad sospechosa en la tarjeta se pondrá en contacto con el usuario para verificar los cargos e incluso puede proceder a su bloqueo si se trata de una operación fraudulenta.
Además, hay que recordar que en caso de robo o pérdida, puedes apagar, encender o bloquear temporalmente tu tarjeta o tarjetas prepago en cualquier momento llamando a tu entidad financiera o accediendo a tu cuenta a través de la ‘app’ y seleccionando la opción "apagar o encender" o “bloquear” para aquella/s tarjetas que necesites dar de baja.
En definitiva, su fácil obtención, sumado a sus características atractivas, han convertido a estas tarjetas en una opción popular en el mercado. Según un informe elaborado por Mordor Intelligence Industry Reports, el mercado de tarjetas prepago en Europa podrá registrar una tasa anual de crecimiento superior al 10 % durante el período 2024-2029, lo que confirma su creciente adopción entre los consumidores.