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¿Qué es el patrimonio líquido y cómo se calcula?

El patrimonio se refiere, según la definición de la RAE, a los bienes pertenecientes a una persona natural o jurídica que son susceptibles de estimación económica. Dentro de este conjunto, el patrimonio líquido es vital para mantener unas finanzas personales saneadas por su capacidad para adaptarse a los cambios que se pueden producir en las circunstancias económicas de cualquier individuo.

¿Qué es el patrimonio líquido y cómo se calcula?

Cuando llega el momento de abordar un gasto importante o una emergencia financiera, el patrimonio líquido se convierte en una partida fundamental del presupuesto familiar. “Se define como la parte efectiva de nuestros bienes y derechos o aquella que puede convertirse rápidamente en efectivo o en otros bienes”, explica Miguel San Martín Llamas, técnico de la Tesorería General de la Seguridad Social en España. “Hablamos de dinero, depósitos a la vista, activos financieros muy fáciles de negociar y convertir en dinero, joyas, metales preciosos que son reserva de valor, etc.”.

Su facilidad de acceso permite a las personas afrontar los gastos importantes con eficacia. “Ayudan a mantener la salud financiera proporcionando liquidez”, resume Renata Kubus, profesora de Finanzas Sostenibles en la Universidad Complutense de Madrid (España).

Esta capacidad para convertirse en dinero es una de las cualidades más valoradas del patrimonio líquido. El activo más líquido es aquel que tiene una mayor velocidad de conversión y el que más interesa en caso de emergencia financiera. “Podemos pensar en patrimonio líquido en términos de lo líquido o la sociedad líquida de Zygmunt Bauman”, explica Kubus. “En este sentido, se podría entender como el agua; puede fluir, cambiar de forma y adaptarse a distintas situaciones e imprevistos de nuestras vidas”.

Un ejemplo clásico de activo con menor liquidez, es un bien inmueble, ya sea un edificio, una vivienda o un local comercial. “La razón para ser considerado ilíquido es que no se puede vender una casa de un día para otro”, explica la CNMV. “Un inversor puede tener un piso valorado en 400.000 euros, pero si necesita dinero urgentemente, no puede convertir ese activo en dinero a corto plazo”.

¿Qué es el patrimonio líquido y cómo se calcula?

¿Para qué es necesario el patrimonio líquido?

Los usos que se pueden dar a este tipo de activos son múltiples. “Nos permite pagar las facturas, invertir en jubilación o realizar grandes compras, si se pide anticipo”, enumera esta especialista. “Disponer de liquidez puede ayudar a aprovechar oportunidades, pero sobre todo a evitar o reducir las deudas, ya que se puede utilizar el efectivo o equivalentes para pagar las obligaciones, en lugar de pedir más dinero prestado”.

Sin embargo, a pesar de su facilidad de acceso y conversión en dinero, el patrimonio líquido no es, necesariamente, la opción más rentable en campos como el de la inversión. Como explica  la Comisión Nacional del Mercado de Valores española (CNMV), “con carácter general, puede decirse que los valores cotizados son muy líquidos ya que es fácil venderlos a un valor cierto (la cotización que en ese momento tengan en el mercado)”. No obstante, “una menor liquidez redunda, si el resto de características permanecen iguales, en una mayor rentabilidad exigida”. 

La recomendación de los expertos es, por lo tanto, contar con un patrimonio diversificado. “Volviendo a la metáfora de lo líquido, el patrimonio líquido también puede evaporarse, congelarse o contaminarse si no se gestiona adecuadamente”, advierte Renata Kubus. “Es importante tener un equilibrio de activos líquidos y otros tipos de activos que puedan proporcionar estabilidad, crecimiento y diversificación. Hay que considerar que los activos líquidos tienden a ofrecer una rentabilidad inferior a la de los activos ilíquidos a lo largo del tiempo”, subraya.

Cómo se calcula el patrimonio líquido

A la hora de valorar la cantidad total de activos líquidos que se poseen, Miguel San Martín propone un método sencillo. “Una forma muy simple, a nivel doméstico, es sumar las valoraciones de los elementos (dinero, activos financieros, etc.)”. Otro procedimiento es aplicar fórmulas que faciliten el cálculo. “Hay diferentes ratios para medir la liquidez, sobre todo comparando los activos líquidos con la deuda corriente”, explica Renata Kubus.

En este caso, una métrica útil es el cálculo del ratio de liquidez. Este coeficiente se calcula dividiendo el activo corriente (AC) o a corto plazo, es decir, aquel que se puede convertir en dinero en efectivo en menos de un año, entre el pasivo corriente (PC) o a corto plazo, refiriéndose a las deudas con vencimiento inferior al año.

¿Qué es el patrimonio líquido y cómo se calcula?

Patrimonio líquido y salud financiera

A lo largo de la vida es inevitable tomar decisiones económicas que puedan afectar a la salud financiera, por lo que es necesario conocer a fondo el patrimonio del que se dispone. “Debemos saber cuáles son nuestras posibilidades en el corto plazo, es decir, de cuánto disponemos hoy para atender a una cuestión concreta que se presente o queramos afrontar. De esta forma, podremos asumir más o menos financiación de terceros, según lo necesitemos”, explica Miguel San Martín. “Si conocemos nuestro patrimonio líquido, podremos tomar decisiones correctas de gasto y financiación y así aportar estabilidad a nuestra situación financiera”.

El patrimonio líquido recomendable depende de las metas financieras de cada individuo. “Los activos líquidos deben estar acorde a la personalidad, estilo de vida y valores de una persona, familia o también entidad”, afirma Renata Kubus. “Hay personas que deben tener más activos líquidos si valoran la flexibilidad, las oportunidades o la libertad. Otras, en cambio, aprecian más la seguridad y el compromiso”.

Por este motivo, no hay fórmulas en cuanto a la proporción de activos líquidos que debe tener una persona. “En principio, no existe una cantidad que sea correcta o incorrecta, no obstante, debe ajustarse a la situación, los objetivos y preferencias”, afirma Kubus. En ese sentido, el patrimonio líquido debe suponer un colchón financiero para hacer frente al coste de la vida y a una posible emergencia. En general, se considera que seis son los meses de colchón necesarios para vivir con tranquilidad.

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Más allá de las finanzas personales, los activos líquidos también tienen una importancia global. “Sirven para causas sociales y medioambientales”, explica Renata Kubus. “En casos de emergencia y a través de donaciones, pueden ser una poderosa herramienta para crear un cambio positivo en el mundo”.

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