¿Qué es el interés y qué tipos de interés existen?
Cuando se solicita un dinero al banco o se contrata un producto financiero hay que tener en cuenta que, a la hora de devolver el capital o de recuperar lo invertido, se añade una cantidad extra. Es lo que se denomina interés. Conocer este concepto es fundamental para mantener una buena salud financiera y no llevarse sorpresas a la hora de cumplir con las obligaciones contraídas o valorar la rentabilidad de una inversión.
El concepto de interés tiene dos vertientes. Por un lado, es el índice que sirve para medir la rentabilidad de los ahorros y de las inversiones. Esto quiere decir que, cuando se reserva un dinero y se mantiene en el banco, en un producto de ahorro o de inversión, dicha cantidad va generando intereses, que se transforman automáticamente en capital.
En estos casos, el interés se clasifica como:
- Interés simple: el que se genera sobre el capital invertido al principio, sin añadir los que vaya generando el dinero.
- Interés compuesto: el que se va sumando al capital general y sobre el que se van generando nuevos intereses.
El coste de la deuda
Sin embargo, cuando se trata de solicitar un préstamo o un crédito, el interés se refiere al precio que cobra una parte por ceder temporalmente su capital a la otra. “Se trata del costo de una deuda, es decir, cuánto vas a tener que pagar por el dinero que te están prestando”, explica Eduardo Guevara Serrano, cofundador y director de operaciones del programa de educación en finanzas para escuelas, Val-u. “Si te van a prestar 100 dólares (unos 95 euros) y te dicen que la tasa de interés será del 5%, entonces vas a tener que devolver 105 dólares y, por lo tanto, el coste de dicha deuda será de 5 dólares”.
Conocer la cuantía del tipo de interés y el incremento que va a suponer en la cantidad de dinero que hay que devolver es esencial para mantener una buena salud financiera. “Hay familias que se aventuran a solicitar créditos y a gastar más de lo que pueden, porque no saben lo que van a tener que pagar realmente en intereses”, afirma Rolando Arellano, profesor de Centrum Católica Business School de Perú. “Ello no solamente se da en su relación con los bancos o cajas formales, sino que es peor con el sistema informal, que les cobra tasas infinitamente mayores, sin que ellos lo entiendan”.
Ante esta situación, no está de más recordar que, si se necesita solicitar un crédito o préstamo, siempre hay que acudir a empresas acreditadas que actúen bajo los parámetros de la economía formal. “Las entidades son libres de fijar la cuantía de los tipos de interés, pero tendrán que aplicar lo acordado en el contrato”, explica el Banco de España en su Portal para el Cliente Bancario.
¿Qué tipos de interés existen?
Según el banco central español, pueden ser de dos tipos: fijos o variables:
Tipo de interés fijo:
Se trata del interés que, “se mantendrá igual durante todo el plazo del préstamo y no dependerá de otros factores”, expone Eduardo Guevara. Es decir, es un porcentaje que se mantiene inalterable independientemente del comportamiento de los mercados. Su gran ventaja es que permite al usuario conocer de antemano el dinero que hay que destinar para satisfacerlo, por lo que es difícil que se lleve sorpresas de última hora.
Tipo de interés variable:
El valor establecido puede tener variaciones durante el tiempo de vida que dure la operación financiera. “Se calcula con base en otra tasa distinta como, por ejemplo, la tasa de inflación del mes de pago de la cuota, la tasa fijada por un banco central o un índice de referencia como el Euribor, que calcula el promedio de tasas de interés con el que prestan los bancos europeos”, enumera Guevara.
En estos casos, el cliente no sabe el importe de interés que va a tener que pagar en un periodo determinado ni el valor total de la operación financiera.
Si ha llegado el momento de solicitar una cantidad de dinero a una entidad financiera, conviene tener en cuenta cómo afectarán los intereses al coste total del producto que se va a contratar. Estos son los casos más comunes.
¿Cuáles son los intereses en un préstamo?
En los préstamos, hay dos tipos de interés que determinan el coste del dinero en un préstamo o depósito: el Tipo de Interés Nominal (TIN) y la Tasa Anual Equivalente (TAE).
- El TIN: Es el porcentaje fijo que se pacta como concepto de pago por el dinero prestado e indica el tanto por ciento que recibe el banco por prestar el dinero. Este interés se cobrará en cada recibo y se sumará a la parte de capital que se amortiza en ese mismo recibo.
- La TAE: Se trata del tipo de interés de referencia ya que indica el coste efectivo de los préstamos hipotecarios y al consumo o el rendimiento de los productos de ahorro a lo largo de un año. Se calcula teniendo en cuenta tanto el tipo de interés nominal de la operación, como la frecuencia de los pagos (mensuales, trimestrales, etc.), las comisiones bancarias y algunos gastos de la operación.
¿Cuáles son los intereses en una hipoteca?
Una de las decisiones financieras más importantes en la vida de una persona es la compra de una vivienda lo que suele conllevar la firma de un préstamo hipotecario. En este caso, los intereses en una hipoteca suponen un coste añadido importante que hay que tener muy en cuenta en el presupuesto antes de iniciar la compra. “Aspectos como qué porcentaje de tu patrimonio y de tu liquidez representan el préstamo y sus intereses te ayudarán a saber el nivel de riesgo que asumirás”, explica Eduardo Guevara, que hace hincapié en la planificación para afrontar los pagos. “Esos mismos aspectos, aunados al plazo de pago y las cuotas, podrían servir para estructurar un buen plan con el que te asegures de que podrás cumplir con ellos e incluso generes rendimientos positivos si decides, por ejemplo, alquilar el inmueble y obtienes ingresos más altos que los pagos por cuota de interés”.
En los préstamos hipotecarios, el interés puede ser de tres tipos: fijo, variable o mixto. En este último caso, se aplica el tipo fijo en una parte del plazo de la operación financiera y se cambia a variable hasta la parte final del plazo. Elegir una de estas tres opciones impacta directamente en la cuota de la hipoteca. Por ello, es fundamental comparar las distintas opciones que dan los bancos y fijarse muy bien en los tipos de interés que ofrecen. “Esto permite a la persona recopilar información sobre las diferentes oportunidades y procesar la información”, afirma Catalina Estrada-Mejía, profesora de Administración en la Universidad de los Andes de Colombia. “Específicamente, los individuos que comparan en diferentes instituciones financieras antes de adquirir un producto financiero como este, tienen un bienestar financiero más alto que aquellos que no tienen este hábito”.
Intereses en las tarjetas de crédito
Las tarjetas de crédito permiten personalizar los pagos, ya que ofrecen una línea de crédito flexible que puede dividirse en diferentes plazos o cuotas. No obstante, hay que procurar devolver sin demora la cantidad adelantada para que los intereses no se multipliquen. “Como en toda deuda, debemos estar atentos a cuál es la tasa de interés, la fecha de corte de los pagos (que suele ser mensual) y la cuota mínima que hay que pagar para que no nos cobren esos intereses”, advierte Eduardo Guevara. “Lo usual es que, si pagamos una cantidad mínima antes de la fecha de corte, no nos cobren intereses sobre el dinero que nos prestaron”.
Las tarjetas de crédito tienen un tipo de interés fijo aunque, tal y como informa el Banco de España, “las entidades pueden reservarse en el contrato la posibilidad de cambiarlo, en cuyo caso deberá informarte de manera individualizada con una antelación mínima de dos meses”.
Los principales tipos de interés de las tarjetas de crédito, según este organismo, son dos:
- El tipo de los saldos excedidos. Se aplica cuando se sobrepasa el límite de crédito.
- El tipo de interés de demora. Se aplica cuando se deja de pagar al no haber saldo suficiente en la cuenta. Suele ser muy superior al de los intereses ordinarios.
A la hora de planificar los pagos de la tarjeta, conviene tener muy en cuenta estas variables, para no aumentar la deuda. “Debemos ser conscientes de sus características para saber usarlas de la mejor manera y construir nuestro historial crediticio”, afirma Guevara.