¿Pagar al contado o financiar? Cómo elegir la opción más adecuada
Enfrentarse a la compra de un nuevo coche o afrontar una reforma en la vivienda supone un desembolso importante para las finanzas de cualquier persona. Es importante sopesar si merece la pena pagar con los ahorros o si compensa el pago de intereses y, sobre todo, qué deuda podemos asumir. Tomar la decisión correcta en el momento adecuado puede marcar la diferencia en términos de salud financiera.
Las compras de bienes duraderos (como vehículos o determinados electrodomésticos) son decisiones que la mayoría de los consumidores tomará en algún momento de su vida. Hay casos en los que la necesidad influye de manera decisiva en la decisión de compra de este tipo de productos, pero normalmente se trata de gastos que se pueden posponer durante algún tiempo. Antes de tomar la decisión final, los expertos recomiendan pararse a pensar cuándo es el mejor momento para la compra y cuál es la mejor opción: financiar o pagar al contado.
Cuándo y cómo es mejor financiar
El director del Máster en Riesgos Financieros de Comillas (ICADE), Luis Garvía, diferencia tres niveles a la hora de comprar un bien de consumo. En el caso de una lavadora, por ejemplo, el primero sería la opción del pago a plazos gestionado directamente con el propio establecimiento. El segundo, pedir un préstamo al banco y, el tercero, solicitar un crédito a una entidad financiera.
Suele ser más habitual que el préstamo se conceda para grandes inversiones, como una casa o un coche, mientras que el crédito quede para gastos más pequeños y puntuales. La principal diferencia que hay entre ambas opciones es que, en el primer caso, el dinero solicitado se recibe de una sola vez, sin embargo, en la alternativa de crédito, esa cantidad se puede ir solicitando en función de las necesidades que se tengan.
Para Santiago López, profesor del departamento de Economía e Historia Económica de la Universidad de Salamanca (USAL), el momento “ideal” para pedir una financiación a la hora de comprar, por ejemplo, un vehículo, implica conocer bien las “expectativas y preferencias” personales para calcular “un coste de oportunidad”. Y, en contextos inflacionarios, tratar de evaluar con detenimiento las condiciones de acceso a la financiación antes de tomar cualquier decisión.
El objetivo para optar por la financiación, y en el cual coinciden los dos economistas, es ponderar la vida útil del bien de consumo y la situación financiera de cada hogar. “Si nos endeudamos, siempre tiene que ser considerando nuestra capacidad de pagar la deuda”, completa Garvía.
Cuándo es preferible pagar al contado
Los meses de confinamiento permitieron un ahorro sin precedentes. López señala que, si hay dinero y el importe es asumible, es mejor pagar al contado. En el caso de una lavadora o un televisor, cuya duración puede extenderse entre los cinco y los diez años, esta sería una opción inteligente si se cuenta con la cantidad suficiente y el gasto no va a suponer un problema para las finanzas personales y, reitera, en función de “cuánto se necesita” adquirir el producto.
Se darían las circunstancias similares en bienes de consumo que permitan “aumentar la productividad y alcanzar mayores ingresos”, como pudiera ser la adquisición de un portátil más rápido o un vehículo utilitario de bajo consumo.
Otro aspecto que saca a colación es la aversión al riesgo de cada individuo. En España, por ejemplo, entre un 5 y un 10% de la población prefiere ahorrar y hacer la compra al contado una vez que cuente con los fondos necesarios.
El contrapunto se daría en Chile, un país que tiene inculcado el concepto de “saber en todo momento cuándo comprar y de qué manera”. “Los chilenos (en concreto, las clases medias y altas) tienen muy poco dinero en el bolsillo porque están continuamente moviéndolo, invirtiendo o financiando los ahorros antes de que una inflación se los coma”, explica el profesor de la Universidad de Salamanca.
Nuevas alternativas
Ante el avance de las tecnologías y los nuevos hábitos de consumo, se abren otras alternativas que expone Garvía: en vehículos, las opciones de ‘leasing' (financiación que incluye distintos servicios asociados, como garantía o mantenimiento), ‘renting’ (alquiler del coche), o incluso la de compartir. “Cuando hablamos de automóviles, cada vez es más frecuente ver nuestras calles llenas de coches que se comparten”, evidencia.
Otra alternativa de forma de pago es la fórmula ‘Buy now, Pay Later’, que tiene sus ventajas pero también algunos inconvenientes. En principio, permite diferir en el tiempo el pago de un producto o servicio, fraccionando el importe en varias cuotas, generalmente sin pagar intereses. Pero, según advierte el Banco de España, el hecho de comprar y pagar luego “puede fomentar la compra impulsiva, y por ello hay que poner sensatez para no terminar endeudándose en exceso. Tarde o temprano tendrás que pagar esas pequeñas deudas y se pueden acumular”.