Que las compras de Navidad no le amarguen el año nuevo
Las tarjetas de crédito son una excelente herramienta para emergencias, un eficaz medio de pago y una muy buena opción de financiación, pero es importante darle un adecuado manejo. El uso de las tarjetas de crédito debe ser responsable, para que no se nos conviertan en un dolor de cabeza.
Estos días ataviados de compras y afanes navideños, me trajeron a la memoria recuerdos de cuando apenas iniciaba mi vida profesional y un día, queriendo no ser ajeno al mundo de las compras y del consumo al que da acceso el tener una tarjeta de crédito, inicié la búsqueda de un medio de pago de este tipo.
En aquel tiempo, a uno le tocaba ir a los bancos a buscar la forma de que le aprobaran una tarjeta de crédito, para los jóvenes de mi generación era un verdadero símbolo de capacidad adquisitiva, de estatus. Efectivamente a mis 23 años tuve la primera tarjeta de crédito con un cupo muy bajo, que en todo caso me resultó bastante útil. Lo cierto es que antes de los 25 años, gracias a mi buen comportamiento crediticio, cargaba ya en mi billetera tres tarjetas de crédito con cupos muy generosos.
Este supuesto alto poder adquisitivo al que pude acceder por mis cupos en las tarjetas de crédito me llevó poco a poco a llevar un nivel de vida que claramente no estaba acorde con mis ingresos mensuales. Por aquellos días me daba gustos nada despreciables como vestir ropa de las mejores marcas, vacaciones envidiadas por mis amigos y mis rumbas en los sitios de moda en Bogotá eran frecuentes.
Planifique tanto las compras como los gastos y así evitará gastar más de la cuenta.
Sin embargo, pese a lo bien que suena esto, lo cierto es que pasados unos meses comencé a padecer y a darme cuenta que los lujos que me estaba dando estaban llevando mi vida y mis finanzas al desastre. Mi sueldo se iba prácticamente todo en pagar las cuentas de las tarjetas de crédito. Aunque nunca incurrí en mora, mis días comenzaron a hacerse angustiosos.
Un día hice un alto en el camino y reflexioné. Si seguía con ese nivel de gastos y desenfreno, terminaría mal. De hecho, ya lo estaba, si el sueldo que te llega solo alcanza para pagar las tarjetas de crédito y te queda poco para los demás gastos es una muy mala señala.
De esto hace ya por lo menos 20 años, mucho ha cambiado desde entonces. Recompuse mi nivel de gastos y ahora hago un uso moderado de las tarjetas de créditos. Las utilizo básicamente para adquirir bienes de media o larga duración, como una nevera, un televisor o unos muebles, este tipo de bienes durables es correcto comprarlos con tarjeta de crédito y además es muy útil la financiación a mediano plazo. Por otro lado, me ha resultado muy útil usar la tarjeta para pagar todas mis compras y las difiero a un mes porque me da acceso a los beneficios de mí banco.
Tengo que confesar que aún de vez en cuando hago uso de las promociones, pero con sensatez, sin dejarme llevar por la locura de las compras y los descuentos.
Al margen de mi experiencia personal, que puede ser la de muchos que se dejan seducir por la avalancha de descuentos o el placer que produce recorrer un centro comercial y comprar aquello que se nos antoja, lo cierto es que hoy tenemos a la mano herramientas como la educación financiera que nos enseñan la mejor forma de hacer uso de estos medios de pago, de manera responsable, con el fin de que no se conviertan en un dolor de cabeza.
Y en un mundo digital como el actual, el uso de la tarjeta de crédito es casi que obligatorio, pues dan la posibilidad de comprar en cualquier parte del mundo y a cualquier hora.
Y es que sin duda, las tarjetas de crédito son un excelente salvavidas y una muy buena opción de financiación con un adecuado manejo, pues además de ofrecer la posibilidad de disponer del dinero las 24 horas del día, otorgan beneficios adicionales como la posibilidad de realizar compras por Internet.
Esta es la época de mayor gasto del año, y para que no le deje una resaca que se alargue más de lo debido, les dejo algunos tips:
- Haga una lista de los gastos en los que deberá incurrir en esta temporada: regalos, eventos sociales, vacaciones, etc.
- Tenga en cuenta sus ingresos y planifique tanto las compras como los gastos. Así evitará
gastar más de la cuenta.
- Restrinja el uso de los avances, úselos solo cuando sea estrictamente necesario.
- Al momento de sacar la tarjeta de crédito, tenga muy claro su capacidad de pago y para qué compras hará uso de ella.
- Por último, no olvide que las tarjetas de crédito pagan intereses cuando se financian a más de dos cuota, así que haga también cuentas de los intereses.
Así muy seguramente, tendrá una Feliz Navidad y un mejor Año Nuevo.
*Columna publicada en el diario La República