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Salud financiera 22 ago 2024

Inflación: estas son las causas y herramientas para combatirla

Hay pocos conceptos más intuitivos en economía que la inflación. La literatura económica es muy clara: existe inflación cuando se produce un incremento general de los precios al comparar dos periodos de tiempo. Afecta a bienes y servicios y, con el tiempo, reduce el valor de la moneda. Es decir, con la misma cantidad de dinero se pueden pagar menos cosas.

Inflación: estas son las causas y herramientas para combatirla

Para calcular la inflación se tienen en cuenta una cesta de bienes y servicios que consumen las familias, lo que incluye artículos de consumo diario (alimentos o gasolina, por ejemplo), bienes de consumo duradero (electrodomésticos, dispositivos electrónicos, ropa…) o servicios (enseñanza, peluquería, servicios médicos…).

A partir de esa cesta, se construye un índice de precios de consumo (comúnmente conocido como IPC). Para garantizar que todos los estados miembros emplean idéntica metodología, en la Unión Europea se utiliza el Índice Armonizado de Precios de Consumo (IAPC). Es la variación de ese índice entre dos momentos del tiempo lo que arroja el dato de inflación.

La influencia de las variaciones del precio de un determinado artículo en el IAPC (o en cualquier otro índice de este tipo) depende del gasto medio de las familias en él. De esta manera, artículos como el cacao, el té o el café (que tienen una ponderación del 0,4 % sobre el total) no afectan tanto al IAPC como la gasolina, cuya ponderación es del 4,6 %. Esto significa que una variación similar del precio en términos porcentuales, tendrá una influencia sobre el IAPC más de diez veces mayor en el caso de la gasolina.

¿Es siempre mala la inflación?

Algunos economistas consideran que una inflación moderada es positiva porque significa una economía sana: los salarios suben y los consumidores compran. ¿Pero qué nivel de inflación se considera aceptable? Para responder a esta pregunta habría que mirar a las características particulares de cada economía, a su capacidad de crecimiento y, particularmente, a si la autoridad monetaria de un país o zona económica concreta cuenta con una inflación objetivo.

En el caso del Banco Central Europeo (BCE), su objetivo es mantener la estabilidad de los precios en el medio plazo. Pero esto no significa una inflación de 0. La institución europea apunta a mantener una inflación de en torno al 2% en el medio plazo. En palabras del propio BCE: “consideramos que una inflación demasiado baja es tan negativa como una inflación demasiado alta”.

'Podcast': ¿Cómo nos afecta el repunte de la inflación?

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Algunos economistas consideran que una inflación moderada es positiva porque significa una economía sana: los salarios suben y los consumidores compran. ¿Pero qué nivel de inflación se considera aceptable? Para responder a esta pregunta habría que mirar a las características particulares de cada economía, a su capacidad de crecimiento y, particularmente, a si la autoridad monetaria de un país o zona económica concreta cuenta con una inflación objetivo. En el caso del Banco Central Europeo (BCE), su objetivo es mantener la estabilidad de los precios en el medio plazo. Pero esto no significa una inflación de 0. La institución europea apunta a mantener una inflación de en torno al 2% en el medio plazo. En palabras del propio BCE: “consideramos que una inflación demasiado baja es tan negativa como una inflación demasiado alta”.

¿Cuáles son las causas y posibles soluciones para la inflación?

Si la inflación está causada por un exceso de demanda, hay varias alternativas. Como narra José García Montalvo, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona: “Los bancos centrales pueden aumentar el tipo de interés (reduce la demanda de crédito y el consumo) o rebajar la oferta monetaria”.

Si el problema es de oferta (aumento de los costes), las medidas, propone el economista, deben centrarse en el incremento de la productividad o en la sustitución de los insumos que están provocando el incremento de los precios.

Si la causa es la pérdida del valor de la divisa (países que importan una gran cantidad de artículos necesarios para la producción o el consumo, que viene denominado en monedas extranjeras, normalmente dólares) se debe mejorar la competitividad de la economía o, de forma transitoria, subir los tipos para mantener la cotización de la moneda propia.

Ahora bien, si el problema, apunta García Montalvo, es la generalización de las expectativas de inflación (los ciudadanos y las empresas esperan que los precios continúen subiendo en el futuro) resulta necesario actuar contra esa espiral. Una forma es proponer un pacto de rentas donde amplios sectores de la población (trabajadores, empresarios, pensionistas…) acepten una disminución de su poder adquisitivo para frenar ese movimiento.

Inflación: estas son las causas y herramientas para combatirla

Contexto actual de la inflación en España y Europa

La tasa de inflación interanual en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) registró una variación anual de 6% en 2023, que confirma una moderación desde el pico alcanzado al cierre de 2022, cuando llegó a 9.4%. La tasa de inflación cayó en 21 países del bloque, mientras que aumentó en 14 (incluido México) y no registró cambios en tres.

En España, mientras, la tasa de variación anual del IPC del mes de agosto de 2024 se situó en el 2,2%, su nivel más bajo desde junio de 2023. La tasa anual de la inflación subyacente se sitúa en el 2,7%, solo una décima menos, según lo publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). De esta forma, España se aproxima al objetivo del 2% impuesto por el BCE a los países de la Unión Europea.

La gran crisis financiera de 2008 llevó a los grandes bancos centrales a reducir los tipos de interés hasta niveles cercanos a cero, o incluso, negativos, para estimular la economía. Esta situación se mantuvo para paliar los efectos de la crisis sanitaria, explica David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI). El dinero estaba “barato”. ¿Qué quiere decir esto? Por ejemplo, que una entidad financiera cobraba (a través de los intereses) muy poco por pedir capital prestado (un crédito) a una empresa o un particular. De esta forma, se buscaba estimular el consumo y la inversión y tener un impacto positivo en el crecimiento económico.

En los últimos años, la situación ha cambiado y estamos siendo testigos de tensiones de oferta. Es decir, hay demanda, pero la oferta no la puede cubrir o llega con mucha demora: las cadenas de suministro (la producción y el transporte de bienes esenciales para la economía; pensemos en los chips, por ejemplo) sufren un cuello de botella.  La geopolítica (guerra en Ucrania, tensión entre China y Estados Unidos), además, es adversa y añade incertidumbre a la economía.

¿Hasta cuándo durará la inflación?

La historia económica, sobre todo la anglosajona, cuenta que la inflación vuelve a niveles normales en un tiempo de un año y en casos extraordinarios, dos.

Los precios en los países de la moneda única cerraron 2023 con una inflación del 2,9%, según la primera estimación de Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea. En ese sentido, el objetivo del Banco Central Europeo es llegar al 2% en 2024.

Protegerse de la inflación

Para preservar el poder adquisitivo del dinero, los expertos recomiendan invertir y obtener una rentabilidad que supere el aumento en el nivel de precios. Existen diferentes alternativas para poner a trabajar el dinero que se ajustan a las necesidades y perfil de riesgo de cada persona: normalmente las mayores rentabilidades son las que conllevan también un mayor riesgo.