Hipoteca fija, variable o mixta: ¿Cuál elegir?
Las hipotecas, con independencia de su modalidad (fija, variable o mixta), son productos muy personalizados y existen numerosas variables a tener en cuenta a la hora de elegir una u otra. Los expertos recomiendan valorar tres aspectos para tomar la mejor decisión para nuestra salud financiera: situación personal, condiciones del préstamo y contexto macroeconómico.
A la hora de buscar una casa son muchos los factores a tener en cuenta: si es más conveniente alquilar o comprar, cuánto se debería pagar por ella o qué barrio se adapta mejor a las necesidades personales y familiares. Cada vez existen más herramientas digitales y simuladores de hipotecas que resultan muy útiles a la hora de tomar la mejor decisión.
Es el caso de BBVA Valora, una plataforma digital que ayuda a todas las personas —sean clientes o no de BBVA— a resolver estas cuestiones, ya que agrupa toda la información necesaria para elegir el futuro hogar. Esta herramienta está disponible tanto en la web como en la aplicación móvil de la entidad financiera en diferentes países, como España o México.
Si se decide comprar, la plataforma cuenta con un simulador que permite calcular la cuota de la hipoteca para conocer qué impacto real va a tener ese gasto en las finanzas personales y ofrece información sobre cómo afectaría al bolsillo una hipoteca fija o variable.
Diferencias entre hipoteca fija y variable
La principal diferencia entre un préstamo hipotecario a tipo fijo (hipoteca fija), variable (hipoteca variable) o mixto se encuentra en tipo de interés que se les aplica, lo que a su vez determina las condiciones que ofrecen las entidades financieras para cada una de estos productos. Para elegir qué tipo de hipoteca se adapta mejor a las circunstancias de cada persona conviene analizar tres factores principalmente: tipo de interés, plazo de amortización y cuota.
Además de las condiciones de la hipoteca, no se debe perder de vista otras variables que tienen que ver con la situación personal de quien va a solicitar el préstamo —la edad o la situación económica, laboral y familiar —, el tipo de vivienda a financiar o el contexto económico (tipos de interés en el momento en que se solicita y lo que se puede esperar de su evolución futura, por ejemplo).
Hipoteca fija
En principio, el préstamo hipotecario a tipo fijo es el más indicado para aquellas personas que tienen una mayor aversión al riesgo, ya que desde el primer momento se sabe que se pagará siempre lo mismo, con independencia de la evolución de los índices de referencia y los tipos oficiales de interés. No obstante, esa certidumbre tiene su precio, ya que las cuotas suelen ser más elevadas en el momento inicial.
Por lo general, el plazo de amortización de este tipo de hipotecas es mucho más corto que las contratadas a interés variable. Tal vez por ello sea más recomendable para personas de cierta edad que para los más jóvenes, aunque siempre dependerá de las circunstancias personales de cada uno.
Hipoteca variable
Los préstamos hipotecarios a tipo variable suelen ser la opción preferida por personas con menos temor a las oscilaciones que se pueden producir a lo largo de la vida de la hipoteca, ya que los cambios de los índices y los tipos de interés serán numerosos a lo largo de 30 o 40 años, los plazos de amortización más habituales en estos casos. Sin embargo, antes de decidir conviene tener en cuenta la expectativa de ingresos futuros: si no van a crecer, podría ser mejor optar por una hipoteca fija, para que una futura subida de tipos de interés no ponga en riesgo nuestra salud financiera.
Más allá de la edad de la persona que la solicita, una hipoteca a tipo variable es la más recomendable en momentos en los que los tipos de interés sean muy elevados y todo haga pensar que las autoridades monetarias van a proceder a una reducción de los mismos en poco tiempo. En estos casos, el beneficio es claro para el cliente.
También puede ocurrir todo lo contrario. En un entorno de tipos de interés en mínimos históricos y una previsión de que suban más a largo plazo o cuando en los mercados se descarta que lleguen a niveles muy elevados, incluso con las potenciales subidas, el préstamo hipotecario a tipo fijo puede ser el más conveniente.
Hipoteca mixta
Este producto se adapta a aquellas personas con la suficiente solvencia y seguridad laboral en el momento de la contratación del préstamo. De inicio, las cuotas serán más elevadas que en una hipoteca variable, pero se beneficiará de un menor coste cuando se abandone el tipo fijo.
Esta vía de financiación es la que más se puede adecuar en momentos en los que todas las previsiones apuntan a una subida cercana de los tipos de interés o una tendencia al alza en los indicadores hipotecarios. Aquellos clientes con un buen colchón de ahorros para imprevistos y cierta capacidad para seguir ahorrando son quienes más interesados pueden estar por este tipo de hipoteca mixta, ya que afrontarán durante los primeros años el mayor coste de la financiación.