En el día a día, el cliente realiza diferentes actividades con sus tarjetas de débito y crédito. Entre otras, hace compras, paga servicios, efectúa operaciones financieras o estrictamente retira efectivo en cajeros automáticos, ocasionando el desgaste del plástico debido al uso, por lo que es necesario solicitar una nueva tarjeta para evitar el rechazo en los comercios.
Gastos
La obligación que adquiere un particular o una empresa de devolver los fondos aportados por terceros se denomina deuda o endeudamiento financiero. Es uno de los mecanismos básicos para el funcionamiento de la economía y una cuestión fundamental a tener en cuenta en el cuidado de la salud financiera, tanto de las familias como de las empresas.
Lograr la independencia es uno de los objetivos anhelados por la mayoría de los jóvenes. Para poder lograrlo deben tener en cuenta, entre otros factores, los gastos −que antes no tenían− a asumir una vez que vivan solos. El primer paso para lograr emanciparse pasa por establecer un presupuesto para tener registrados los futuros desembolsos.
El mercado inmobiliario en Colombia está en constante movimiento y ante ese escenario resulta imprescindible cuál es la mejor opción para cuidar el patrimonio familiar.
Cuesta ganarlo, pero en cambio se va de forma rápida si no se controlan los gastos. Muchas personas piensan en cómo ahorrar más e incluso empiezan diversas estrategias pero nunca llegan a buen puerto por falta de constancia o por la tendencia de nuestro cerebro a priorizar las recompensas a corto plazo. La clave para ahorrar y cuidar de la salud financiera es adquirir pequeños hábitos diarios que pueden llegar a tener un gran impacto en el bolsillo.
Existen tres tipos de gastos “silenciosos” o “inofensivos” que, aunque sean mínimos, muchas veces resultan perjudiciales para las finanzas personales. Coloquialmente se les conoce como gastos hormiga, fantasma y vampiro, y suelen ser mucho más comunes de lo que se cree.
Llega el 7 de enero y con él las rebajas de invierno, pero también la temida cuesta de enero. A pesar de que las familias habrán gastado ya estas Navidades buena parte de su presupuesto en regalos y celebraciones, resistirse a las ofertas es casi imposible porque nuestro cerebro se deja engañar muy fácilmente cuando se trata de gastar. La Economía del Comportamiento nos da algunos trucos para evitar las compras impulsivas y empezar el año cuidando nuestra salud financiera.
El código IBAN es el código de identificación del número de cuenta de una persona o empresa dentro de la Unión Europea. El código BIC o SWIFT, entretanto, es el correspondiente a entidades y sucursales de todo el mundo. Conocer esta información es fundamental para realizar transferencias nacionales e internacionales.
Equivocarse en el destinatario o en la cantidad de una transferencia no es lo más habitual, pero sucede en algunas ocasiones. Aunque no es posible anular una transferencia, hay algunos pasos que se pueden dar para tratar de conseguirlo.
En el día a día, el cliente realiza diferentes actividades con sus tarjetas de débito y crédito. Entre otras, hace compras, paga servicios, efectúa operaciones financieras o estrictamente retira efectivo en cajeros automáticos, ocasionando el desgaste del plástico debido al uso, por lo que es necesario solicitar una nueva tarjeta para evitar el rechazo en los comercios.
Según su plazo de ejecución, las transferencias se clasifican en ordinarias, urgentes e inmediatas. Desde la entrada en vigor de la Zona Única de Pagos en Euros, tanto las transferencias nacionales como las internacionales dirigidas a países europeos realizadas en euros tienen un plazo máximo de un día hábil. En el caso de las transferencias inmediatas, el dinero apenas tarda diez segundos en cambiar de cuenta.
Cuesta ganarlo, pero en cambio se va de forma rápida si no se controlan los gastos. Muchas personas piensan en cómo ahorrar más e incluso empiezan diversas estrategias pero nunca llegan a buen puerto por falta de constancia o por la tendencia de nuestro cerebro a priorizar las recompensas a corto plazo. La clave para ahorrar y cuidar de la salud financiera es adquirir pequeños hábitos diarios que pueden llegar a tener un gran impacto en el bolsillo.
Existen tres tipos de gastos “silenciosos” o “inofensivos” que, aunque sean mínimos, muchas veces resultan perjudiciales para las finanzas personales. Coloquialmente se les conoce como gastos hormiga, fantasma y vampiro, y suelen ser mucho más comunes de lo que se cree.
La obligación que adquiere un particular o una empresa de devolver los fondos aportados por terceros se denomina deuda o endeudamiento financiero. Es uno de los mecanismos básicos para el funcionamiento de la economía y una cuestión fundamental a tener en cuenta en el cuidado de la salud financiera, tanto de las familias como de las empresas.
La solvencia es uno de los indicadores más importantes de la salud financiera tanto de una familia como de una empresa. Tener la capacidad para devolver las deudas y hacer frente a las obligaciones adquiridas es esencial para asegurar la estabilidad y la viabilidad económica a largo plazo.
El mensaje “su tarjeta fue rechazada” no es algo agradable de escuchar. En la mayoría de los casos se trata de un error de conexión en el momento de realizar el pago. Sin embargo, hay otras razones que es necesario conocer para saber cómo actuar y evitar que la salud financiera se pueda ver afectada.
En el día a día, el cliente realiza diferentes actividades con sus tarjetas de débito y crédito. Entre otras, hace compras, paga servicios, efectúa operaciones financieras o estrictamente retira efectivo en cajeros automáticos, ocasionando el desgaste del plástico debido al uso, por lo que es necesario solicitar una nueva tarjeta para evitar el rechazo en los comercios.
Las tarjetas prepago, o monedero, son una alternativa popular a las de crédito y débito. A diferencia de las anteriores, no requieren vinculación a una cuenta bancaria y solo permiten gastar el dinero previamente cargado. Se pueden usar tanto en tiendas físicas como online, y son útiles para tener un mayor control sobre nuestros gastos o para evitar endeudarnos.