¿Escasez de talento? La banca busca perfiles tecnológicos disruptivos
El sector financiero busca ingenieros, físicos, matemáticos y expertos en inteligencia artificial o gestión de datos. Acelerar el proceso de transformación digital de la banca se ha convertido en una prioridad ineludible, y para ello resultan más necesarios que nunca una serie de perfiles profesionales específicos que siguen escaseando, pese a los recientes esfuerzos de adecuación de los programas educativos.
La escasez de talento específico se ha convertido, en los dos últimos años, en uno de los principales problemas del mercado laboral español. Ya en junio de 2021, un estudio de Manpower alertaba de un significativo desajuste entre ofertas de trabajo y perfiles de candidatos: el 64% de las empresas nacionales aseguraban estar encontrando dificultades para cubrir sus vacantes.
Esta cifra no ha dejado de crecer desde entonces: el pasado mes de julio, Adecco publicaba que el porcentaje de compañías a las que resulta difícil encontrar candidatos idóneos supera ya el 80%. Esto se traduce, según la consultora, en un 9% de vacantes sin cubrir. Según cifras de la oficina de estadística europea (Eurostat), son ya al menos 109.000 los puestos de trabajo que no se adjudican por falta de cualificación específica de los aspirantes, algo que resulta paradójico en un país que sigue presentando una tasa de desempleo (13,6%) muy superior a la media europea.
Fuentes de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) aseguran que se trata de un problema acuciante, que afecta sobre todo a las empresas en proceso de transición digital y transformación de su modelo de negocio, para las que está resultando cada vez más difícil reclutar personal cualificado o altamente cualificado. En especial, en áreas relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (por sus siglas en inglés, competencias STEM).
El contradictorio presente de las profesiones del futuro
En opinión de Valentín Bote, director de la consultora Randstad Research, no se trata de un problema exclusivo de España, pero en nuestro país se está manifestando con particular crudeza. A Bote le preocupa un dato en especial: “En la última década, el número de graduados universitarios en España ha crecido en casi todas las carreras, menos en las relacionadas con Ingeniería e Informática”. En su opinión, se trata de un síntoma de que la digitalización está sorprendiendo al mercado laboral español con el pie cambiado.
Bote recuerda que, según estudios prospectivos, dos de cada tres niños que hoy van a la guardería acabarán desempeñando profesiones que todavía no existen y que tal vez ni siquiera imaginamos. Y es precisamente ahora, en el contexto de la llamada revolución industrial 4.0 (la de los datos, la inteligencia artificial y la nueva disrupción tecnológica), cuando hay que esforzarse por crear los puestos de trabajo del futuro, un proceso en el que España está empezando ya a acumular un retraso significativo.
¿Cuáles son los perfiles más buscados en la banca?
Las entidades necesitan incorporar talento disruptivo. En especial, matemáticos, físicos e ingenieros, son el tipo de perfiles que más escasean o que resultan más difícil de captar. En especial, matemáticos, físicos e ingenieros, son el tipo de perfiles que más escasean o que resulta más difícil de captar, es decir, incorporar perfiles con alta cualificación tecnológica.
Se busca físico, ingeniero informático o matemático
Sectores como el financiero padecen especialmente este desajuste. La aceleración digital (a la que tanto ha contribuido el cambio de hábitos que trajo la pandemia) y la consolidación de las fintech, un nuevo ecosistema de empresas fuertemente digitalizadas y con una base tecnológica muy robusta, han transformado las reglas del juego.
Emilio Velasco, profesor del Máster de Dirección de Recursos Humanos y Desarrollo del Talento en la EAE Business School, explica que la demanda creciente de perfiles técnicos en la banca responde a dos tendencias: “Por un lado, el sector financiero ha estado siempre vinculado a la capacidad de predicción de riesgos y, por otro, más recientemente, al carácter no tangible de sus beneficios”.
Es decir, incorporar profesionales con alta cualificación tecnológica dota al sector de un perfil empresarial más sólido y de la capacidad de generar grandes beneficios de inversión, extrapolando, hasta cierto punto, el modelo de empresas tan reconocidas como Twitter, Facebook o Netflix.
Un impacto cualitativo a varios niveles
Esa es la lógica que han consolidado las fintech, y el sector financiero en su conjunto se está adaptando a ella. Para Velasco, el rol fundamental que juegan los profesionales STEM es el diseño de modelos. Los gestores financieros necesitan esos modelos para permitir anticipar riesgos y beneficios futuros y este tipo de profesionales son capaces de proporcionarlos, afirma.
No solo eso: los perfiles técnicos tienen también un alto impacto en la cultura organizativa de las empresas, porque aportan un tipo de conocimiento, e incluso de comportamiento, no directamente relacionado con el business code o la serie de hábitos establecidos. En otras palabras, su sola presencia ya resulta transformadora, ya que contribuyen a enriquecer y diversificar la cultura corporativa de las entidades que los contratan.
Velasco reconoce la existencia de una brecha entre esta nueva demanda y la oferta educativa en España, pero confía en que pueda corregirse a medio plazo. “Actualmente, el número de universidades que ofertan grados técnicos en áreas como matemáticas o física se ha incrementado. También la formación específica que combina estas disciplinas con otras de perfil más técnico, como la economía o el derecho”, comenta. De esta manera, la alta demanda inicial de estos perfiles empieza a ser compensada por el incremento gradual de personas con formación en estos ámbitos.
Para Velasco, lo que se echa de menos ahora mismo es una formación permanente orientada a reconvertir o adaptar perfiles profesionales de otras áreas de conocimiento colindantes a los perfiles actualmente requeridos. En su opinión, como sucedió en su día en otros ámbitos, como la informática, la demanda se estabilizará pronto por la flexibilidad de la oferta.
A la hora de adaptar sus programas educativos a la existencia de estos nuevos nichos de demanda específica (contribuyendo así a paliar la escasez de talento idóneo), las instituciones académicas dudaron, según Velasco, entre dos estrategias posibles. “Dotar de contenido relacionado con el negocio a profesionales de formación científica básica o bien dotar de alfabetización en datos y modelos a profesionales formados en negocio”, explica. La disyuntiva se ha superado en gran medida. Ambas vías se están explorando y desarrollando de manera consistente. En ese sentido, el experto destaca que cada vez es más común encontrar módulos de Marketing Analytics o People Analytics en másteres de Marketing o Recursos Humanos.
También se ha incrementado de manera muy significativa la oferta de másteres Fintech, Banca Digital o Tecnologías del Sector Financiero. Instituciones como la Universidad Carlos III, la Universidad Europa, la Universidad de Barcelona o INESDI Digital Business School los han incorporado ya a su oferta educativa.
Velasco opina que por lo general “resulta más eficaz alfabetizar en ciencia a perfiles operativos de negocio que intentar dotar de un complemento de negocio a perfiles de ciencia básica”. Pero ambas vías pueden resultar adecuadas y fértiles para contribuir a que en el sector financiero deje de escasear el talento con potencial transformador.