Consejos para no quedarse sin dinero si se gana en la lotería
La lotería no es el camino más aconsejable para ganar una importante suma de dinero, debido a las escasas probabilidades de éxito que ofrece. Aun así, la importante implantación social del citado juego hace que en determinadas fechas, como las navideñas, un décimo de lotería pueda llegar a estar muy cotizado.
Son muchos los que fantasean con ser agraciados con el Gordo de Navidad o los primeros premios de la Primitiva o el Euromillón, retribuciones muy cuantiosas que si se dan, posiblemente desaparezcan con enorme rapidez si no se tienen claras las ideas.
Ganar un premio millonario en la lotería sorprende a quien resulta agraciado y, salvo excepciones, obliga al afortunado a tener que pararse a pensar acerca de qué hará con la repentina entrada de tanto capital. Quien más quien menos ha fantaseado alguna vez con la llegada de ese momento y con lo que haría con un premio suculento, pero las estadísticas revelan que la realidad suele superar al afortunado ganador. En torno al 80% de los que han recibido premios cuantiosos producto del juego en España, lo ha perdido todo en menos de 10 años. Unas cifras que indican la conveniencia de reflexionar, asesorarse y mostrarse cauto antes de cobrar el botín.
Discreción de inicio
No resulta sencillo mostrarse comedido ante la sorpresa y la alegría de saberse ganador de una cantidad considerable de dinero pero conviene gestionar la emoción con contención y en la más estricta intimidad. Cuanta menos gente sea consciente de la noticia, habrá menos problemas para enfrentarse a una situación en la que familiares, amigos y entidades financieras suelen querer influir en el destino del premio. Ser discreto evita tener que lidiar con presiones añadidas que pueden conducir a tomar decisiones precipitadas.
Asesoría adecuada
Tanto si se cree saber qué hacer con el premio como si no, se recomienda buscar la asesoría de un profesional con experiencia en la gestión de inversiones y patrimonios. Las derivadas de un premio de lotería son muy diversas y no conviene ignorar su complejidad. Asuntos como los aspectos fiscales y el destino y naturaleza de las posibles inversiones a realizar son cruciales para la buena salud financiera de un premiado que en principio no dispone de formación al respecto.
Las deudas, lo primero
El paso inicial en el caso de tener deudas es deshacerse de ellas. Sobre todo si son deudas ejecutivas, es decir, aquellas que tienen que ver con impagos, ya que implican intereses de demora muy cuantiosos. Respecto a la cancelación de préstamos o hipotecas, dependerá de si conviene según los términos de los contratos de los mismos. En el caso de una hipoteca, una solución a tener en cuenta, si no se quiere amortizar totalmente, pasa por hacerlo parcialmente mediante la disminución del número de cuotas a pagar y acortar así los plazos. Sin embargo, en tiempos de tipos bajos, como ocurre en la actualidad, amortizar un préstamo puede no ser tan atractivo como realizar alguna inversión interesante como alternativa.
En caso de repartir el premio
Cuando la cantidad a recibir es importante no es infrecuente que el afortunado desee repartirla con algún allegado. Si es el caso, lo más conveniente es tomar la decisión antes de que la entidad bancaria tramite el cobro del premio. Para ello habrá que comunicar en el banco al inicio del proceso quiénes son los titulares legítimos del premio y así evitarles sorpresas con Hacienda que se derivarían como consecuencia de realizar el reparto a posteriori, hecho que la administración considera como una donación y que lleva aparejado la obligación de satisfacer el impuesto de sucesiones.
Cabe señalar que el cobro del premio a través del banco incluye la detracción previa del impuesto de loterías (en el 20% que marca la ley), lo que hace que quienes lo cobran reciban la cantidad neta. La donación posterior no haría sino añadir un impuesto evitable si el reparto del premio se realiza en origen.
Cómo invertir
- Prohibido no diversificar
Independientemente del importe del premio, no es aconsejable poner a trabajar el dinero en un mismo depósito o en una sola inversión. Conviene repartir el capital en más de un destino para no incrementar innecesariamente el riesgo que supone confiar a terceros el dinero ganado.
- Según el perfil
La decisión sobre dónde colocar el dinero dependerá del perfil del premiado ante el riesgo. Aquellos que no quieran asumir ciertos riesgos de inversión en los mercados tienen la posibilidad de apostar por alternativas más seguras aunque menos rentables como los depósitos de ahorro a largo plazo, los planes de pensiones, deuda corporativa, arte o la adquisición de bienes inmuebles como inversión.
Para perfiles más cómodos con el riesgo y la expectativa de mayores rentabilidades, el mercado ofrece productos como los fondos de inversión que posibilitan hacerse con carteras con mayor preponderancia de renta fija o de renta variable en función de lo que el inversión desee arriesgar o no. En el caso de los fondos de inversión se recomienda a quien apueste por ellos a estar atento a su continua evolución, más aún cuanto mayor sea su composición de variable.
- No todo es rentabilidad y riesgo
La rentabilidad y el riesgo no deben ser los únicos criterios a tener en cuenta a la hora de escoger el destino del dinero. Factores como la posibilidad de convertir en líquidas las inversiones, la tributación que suponen las modalidades elegidas y el contenido de la letra pequeña de los contratos firmados deben valer su peso en oro antes de decidirse por una alternativa u otra.
- La importancia de la liquidez
Invertir con criterio es el mejor camino para no dilapidar en poco tiempo el dinero obtenido pero no por ello conviene inmovilizar todo el capital. La vida tiene imprevistos que por propia definición aparecen cuando uno menos se lo espera y a los que hay que hacer frente. Por ello, se recomienda conservar una parte del capital en un depósito que permita disponer de una liquidez inmediata.
En todo caso, y pese a que la decisión última recae sobre el propietario del dinero derivado del premio, el asesor escogido es quien tiene que realizar el estudio previo de las alternativas y explicarlo posteriormente. No conviene dejarse llevar por consejos de amigos y familiares sin que el profesional conozca los detalles de los posibles ofrecimientos externos que tengan lugar.