Consejos para mochileros, la opción más barata para viajar este verano
Preparar la ruta con antelación, ir con presupuesto ajustado, convivir con la población local y saber adaptarse a los cambios son algunas constantes de esta forma de recorrer el mundo con una mochila al hombro. Son viajes normalmente largos y multipaís, que presentan similitudes, pero también diferencias, respecto a los independientes y a los económicos.
Imagen de cabecera generada con Midjourney (IA)
“Si se es fiel a la filosofía mochilera, los viajes son más económicos”, asegura Núria Cabrero, responsable editorial de Lonely Planet España, cuando se le pregunta si esta modalidad es realmente más barata que otras, o se trata de un mito. La clave estriba, según Cabrero, en organizarse y preparar bien la ruta antes de partir, incluso con meses de antelación.
“Hay que informarse sobre los destinos y su situación actual, mediante guías, blogs y medios de comunicación internacionales; poner al día la documentación (visados, renovación de documentos oficiales, datos sobre monedas oficiales), vacunarse, realizar las gestiones bancarias y de pagos necesarios, sacar los billetes para el transporte o poner a punto el vehículo, si el itinerario no se va a hacer a pie”, enumera la experta. Y, muy importante, preparar el físico y la mente. “Esto a veces lo olvidamos, y es fundamental”, añade.
Un viaje mochilero, según la definición clásica, consiste en aquel de bajo coste, en muchos casos planteado como un recorrido largo y multipaís. Si el presupuesto da solo para empezarlo, se suele combinar con ciertos trabajos para costearse el periplo. Está muy vinculado al viaje iniciático y de descubrimiento o a un cambio de rumbo vital. Requiere de una inversión de tiempo y energía que no todo el mundo está dispuesto o puede asumir.
Este perfil de escapada funciona, en muchas ocasiones, como “un verdadero rito de paso que marca el tránsito de la juventud a la edad adulta”, afirma Antonio Martín-Cabello, profesor del área de Sociología en la Universidad Rey Juan Carlos (España).
Imagen generada con Midjourney (IA).
Los destinos para este tipo de viajes suelen ser variados, pero Latinoamérica es, junto con Asia, un clásico para una expedición mochilera. Entre los recorridos más 'top' del mundo de acuerdo con la comunidad StudentUniverse figuran: desde San José (en Costa Rica) hasta Playa del Carmen (en México), y desde Lima (en Perú) hasta Río de Janeiro (en Brasil). Mientras que Bolivia pasa por ser uno de los países más baratos para este perfil de viajero.
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Cabrero aconseja desplazarse en transporte público, por cuestiones económicas y medioambientales, pero también porque la experiencia será más rica. Además de ser más barato que el vehículo privado, desplazarse como un lugareño permitirá ir al ritmo del lugar y conocer a gente. Y en muchos sitios del mundo, una opción maravillosa es alojarse en casas particulares, aunque los albergues y hostales también son una alternativa asequible. En cuanto a la alimentación, siempre que sea posible, mejor comer donde va la gente de allí. O incluso, si se es invitado a casa, hay que aceptarlo agradecidos. “Es una vivencia única”, destaca.
Diferencias del viaje mochilero respecto al económico y al independiente
El viaje mochilero comparte similitudes, pero también presenta diferencias respecto al viaje económico. Este último ha cambiado radicalmente a partir de la aparición de las aerolíneas 'low-cost', que facilitaron el acceso masivo al viaje internacional sin tener que dejarse necesariamente todos los ahorros, y también cuando aparecieron los intercambios de alojamiento y, sobre todo, el fenómeno Airbnb.
Un viajero independiente tampoco es necesariamente mochilero, sino una persona que organiza por sí mismo su itinerario de principio a fin, no reserva un paquete y tiene la flexibilidad de cambiar la idea inicial a medida que está en ruta. Se puede ser mochilero, en el sentido clásico de la palabra, o un viajero de presupuesto medio, permitiéndose unos extras que en general no se los plantea el primero. Por otro lado, la extensión de viaje suele ser menor en el caso del viajero independiente.
Imagen generada con Midjourney (IA).
Ver el mundo con la mochila al hombro no es para todos los públicos, lo que no significa que no todo el mundo, potencialmente, pueda hacer este tipo de viajes o incluso disfrutarlos. Saber organizarse, preparar la ruta y las alternativas, prever posibles percances, ajustarse a un presupuesto, aceptar incomodidades, tener paciencia…, todo eso forma parte de este tipo de viajes. “Pero si se tiene un tiempo limitado, unas necesidades de comodidad mínimas o dificultades para adaptarse a los cambios, no creo que ese sea el viaje adecuado. Hay muchos otros que sí que se pueden ajustar más”, sostiene Cabrero.
El mejor consejo para disfrutar de un viaje mochilero, es dejar los prejuicios en casa, aceptar los imprevistos con buen humor, respetar a las personas que habitan el destino y su medio natural, utilizar el sentido común y vivir cada momento del trayecto con intensidad, sin pensar en la siguiente parada.